Datos y cifras
- Cada año, en todo el mundo mueren ahogadas unas 300 000 personas.
- Los ahogamientos afectan de manera desproporcionada a los niños y los jóvenes. Casi una cuarta parte de las muertes por esta causa corresponde a niños menores de 5 años.
- El ahogamiento es la cuarta causa de muerte más frecuente entre los niños de 1 a 4 años y la tercera entre los niños de 5 a 14 años.
- El 92% de las defunciones por ahogamiento se producen en países de ingreso bajo y mediano.
- Las resoluciones aprobadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas y la Asamblea Mundial de la Salud ofrecen una hoja de ruta para las iniciativas de prevención de los ahogamientos a nivel mundial.
Panorama general
Se denomina ahogamiento a las dificultades para respirar causadas por la inmersión en un líquido. Sus consecuencias pueden ser: ausencia de morbilidad, morbilidad y muerte.
Las repercusiones de los ahogamientos se dejan sentir en todas las economías y regiones del mundo. No obstante, cabe señalar lo siguiente:
- las tasas de mortalidad por ahogamiento son más de tres veces superiores en los países de ingreso bajo y mediano que en los de ingreso alto;
- más de la mitad de los ahogamientos ocurren en las regiones del Pacífico Occidental y de Asia Sudoriental de la OMS.
Desde el año 2000, la tasa mundial de mortalidad por ahogamiento ha disminuido un 38%, y ha pasado de 6,1 a 3,8 por 100 000 habitantes. A pesar de esos avances, las muertes por ahogamiento constituyen una crisis de salud pública prevenible, y los descensos observados en los dos últimos decenios no bastan para alcanzar los numerosos Objetivos de Desarrollo Sostenible a los que la prevención de los ahogamientos puede contribuir.
Factores de riesgo
Edad
Los niños de corta edad corren un riesgo particularmente alto de ahogarse, ya que su capacidad para evaluar el riesgo está poco desarrollada y carecen de habilidades de natación y seguridad acuática. El riesgo de ahogamiento aumenta cuando los niños entran en contacto con el agua sin la supervisión activa de un adulto.
Más de la mitad de las muertes por ahogamiento (el 57%) corresponde a niños y personas adultas jóvenes de entre cero y 29 años. Las tasas más altas de ahogamiento por número de habitantes se registran entre los niños de cero a 4 años. A nivel regional, las tasas de ahogamiento en estas edades son más elevadas en la Región del Mediterráneo Oriental de la OMS, con 16,8 muertes por cada 100 000 habitantes. En la Región del Pacífico Occidental de la OMS, el ahogamiento es la causa más frecuente de defunción entre los niños de 5 a 14 años.
Sexo
La tasa de mortalidad por ahogamiento entre los varones duplica con creces la de las mujeres. Los varones también tienen más probabilidades que las mujeres de ser hospitalizados por ahogamientos no mortales. Los estudios indican que ello se debe a una mayor exposición al agua y a que incurren en prácticas más arriesgadas, como bañarse en solitario, a veces tras consumir alcohol, o navegar.
Pobreza y desigualdad
El ahogamiento afecta de manera desproporcionada a las personas pobres y marginadas. Ya sea por bañarse o lavar ropa en estanques, ríos o lagos, o por recoger agua en pozos abiertos, los hábitos de exposición diaria en los países de ingreso bajo y mediano conllevan un mayor riesgo de ahogamiento.
Exposición ocupacional
Las personas que se dedican a la pesca industrial o de subsistencia se exponen a un riesgo de ahogamiento notablemente mayor. Según las estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, cada año mueren más de 32 000 pescadores mientras trabajan. El cambio climático ha agravado las peligrosas condiciones en las que trabajan la mayoría de los pescadores, ya que los fenómenos meteorológicos intenso y los desastres naturales son cada vez más frecuentes y destructivos.
Riesgos relacionados con el clima
El cambio climático está provocando que haya cada vez más fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones y olas de calor. Los ahogamientos suponen el 75% de los fallecimientos que se producen a resultas de inundaciones catastróficas. El riesgo de ahogamiento a causa de las inundaciones es especialmente elevado en los países de ingreso bajo y mediano en que los sistemas de alerta temprana y la infraestructura de reducción de las inundaciones están poco desarrollados.
Las olas de calor también aumentan el riesgo de ahogamiento. A medida que aumentan las temperaturas, más personas se acercan al agua para aliviar el calor y, por lo general, pasan más tiempo entrando y saliendo de ella.
Transporte acuático
Los viajes por medio acuático, sobre todo con condiciones climáticas peligrosas o sin disponer del equipo de seguridad adecuado, pueden aumentar el riesgo de ahogamiento. En muchos países de ingreso bajo y mediano, el transporte acuático está mucho menos regulado que en los países de ingreso alto. A menudo, los trayectos cotidianos desde y hacia el lugar de trabajo tienen lugar en embarcaciones sobrecargadas y poco seguras, pilotadas por personas que carecen de la formación necesaria para reconocer condiciones peligrosas o para navegar en alta mar.
Migración y acogida de refugiados
Un número cada vez mayor de personas están siendo desplazadas o migran como consecuencia de conflictos, inestabilidad política o económica y el cambio climático. Muchas personas recurren a canales irregulares de migración que son muy peligrosos, e incluso se aventuran a atravesar grandes extensiones de agua en condiciones muy adversas, a menudo en embarcaciones sobrecargadas, poco seguras y carentes de material de seguridad, o pilotadas por personas sin la formación necesaria.
Prevención
Hay muchas medidas que son útiles para prevenir los ahogamientos. El cubrimiento de pozos, la colocación de barreras con puertas o corralitos, el vallado del perímetro de piscinas y otras medidas de control del acceso a las masas de agua reduce el nivel de riesgo y de exposición a los peligros acuáticos.
La instauración de sistemas comunitarios supervisados para cuidar a los niños en edad preescolar también puede reducir el riesgo de ahogamiento, amén de presentar otras ventajas contrastadas desde el punto de vista de la salud. Otro enfoque es enseñar habilidades básicas de natación, seguridad acuática y rescate seguro a los niños en edad escolar. No obstante, es preciso poner el acento en la seguridad y encuadrar esta labor en un sistema global de gestión del riesgo que incluya un programa lectivo de seguridad probado, un área de instrucción segura, procesos de preselección y selección de los estudiantes y una proporción entre estudiantes y monitores que ofrezca garantías de seguridad.
En un argumentario de la OMS a favor de la inversión destinada a la elaboración de modelos de inversión para prevenir los ahogamientos de aquí a 2050 se demuestra que, con solo dos intervenciones, se lograría una reducción de los costos. La inversión en programas de guardería para niños en edad preescolar y el aprendizaje de técnicas básicas de natación evitaría la muerte por ahogamiento de 774 000 niños de aquí a 2050. También evitaría que 178 000 niños más sufrieran traumatismos graves que impusieran limitaciones en su vida por ahogamientos no mortales en el mismo periodo. Según las previsiones, ejecutar esas dos intervenciones supondría un ahorro de más de USD 400 000 millones, lo que reportaría nueve veces el valor del costo de las intervenciones.
También es importante aplicar políticas y leyes eficaces. En este sentido, se pueden promulgar y hacer cumplir reglamentos de seguridad en la navegación recreativa y el transporte de mercancías o personas. Como prevención frente a las inundaciones catastróficas, hay que generar resiliencia y gestionar el riesgo de inundación planificando mejor la preparación frente a los desastres y de los usos del suelo y mediante sistemas de pronta alerta.
La elaboración de una estrategia nacional de seguridad acuática puede servir para fijar líneas de actuación estratégica y disponer de un marco de referencia que oriente las actividades multisectoriales y permita conocer y evaluar la labor realizada.
Respuesta de la OMS
En el informe sobre la situación mundial de la prevención de los ahogamientos se señala que las tasas de mortalidad por ahogamiento han disminuido significativamente en los últimos años, pero que el ahogamiento sigue siendo un problema de salud mundial urgente que se suele pasar por alto. Los gobiernos deben reforzar las medidas de prevención de reconocida eficacia y dar prioridad a la prevención de los ahogamientos y a la integración de esta en otros programas de salud pública.
En abril de 2021, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la primera resolución de la historia sobre la prevención de los ahogamientos, en la que se pone de manifiesto su relación con el desarrollo sostenible, la equidad social, la salubridad de las ciudades, el cambio climático, la reducción del riesgo de desastres y la salud y el bienestar de los niños. Además, en la resolución se pide a la OMS que coordine las actividades multisectoriales que el sistema de las Naciones Unidas lleva a cabo en esta esfera y se proclama el 25 de julio como Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos.
Por su parte, la 76.ª Asamblea Mundial de la Salud adoptó en mayo de 2023 una resolución para aplicar nuevas medidas hasta 2029, en la que la Organización se comprometió a establecer la Alianza Mundial para la Prevención de los Ahogamientos junto con otras organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, asociados internacionales para el desarrollo y ONG. Además, la OMS elaborará un informe sobre la situación mundial de la prevención de los ahogamientos, que se publicará en 2024.
A escala nacional, la OMS colabora con los ministerios de salud de varios países de ingreso bajo o mediano para establecer estrategias nacionales de prevención y ayudar a ejecutar intervenciones basadas en la evidencia. Además, la OMS ha financiado estudios en países de ingreso bajo con el objetivo de profundizar en una serie de cuestiones prioritarias relacionadas con la prevención de los ahogamientos. A escala regional, la OMS organiza programas de formación y convoca talleres que reúnen a representantes de gobiernos, ONG y organismos de las Naciones Unidas que trabajan en la prevención de los ahogamientos.