Trabajar para mejorar la salud

Trabajar para mejorar la salud

para todos, en todas partes

WHO/L. Pezzoli
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La salud es un don precioso. Si gozamos de salud podemos estudiar, trabajar, procurarnos el sustento y mantener a nuestra familia. En cambio si enfermamos, nos abruman los problemas y nuestras familias y comunidades quedan rezagadas.

Por eso es tan necesaria la Organización Mundial de la Salud. El personal de la OMS, que trabaja con 194 Estados Miembros esparcidos por seis regiones y desde más de 150 oficinas, está unido bajo un compromiso común: mejorar la salud de todos en todo el mundo.

WHO/R. Akbar
IMMUNIZATION - The Expanded Programme on Immunization, set up by WHO in the early 1970s, has, in partnership with UNICEF, Gavi the Vaccine Alliance, and others, brought lifesaving vaccines to millions of children.
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Nuestro principio rector

El principio de que todas las personas tienen derecho a gozar del grado máximo de salud, independientemente de su raza, religión, opiniones políticas, o situación económica o social, ha guiado la labor de la OMS desde hace 70 años, cuando inició su andadura como principal organismo dedicado a la salud en el recientemente creado sistema de las Naciones Unidas.

Con el paso de los años, este principio se ha reiterado y reforzado —por ejemplo en la Declaración del Alma‑Ata de 1978, en la que la salud para todos se estableció como ideal al que debemos aspirar. Hoy en día sigue siendo primordial en el impulso hacia el logro de la cobertura sanitaria universal.

WHO/Panos Pictures/A. Loke
UNIVERSAL HEALTH COVERAGE - WHO continues to strive for universal health coverage so that everyone, everywhere can access the health services they need, when and where they need them, without financial hardship.
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Estableciendo normas válidas en todo el mundo

Desde sus inicios, la OMS ha reunido a los principales expertos mundiales en salud para la producción de materiales de referencia internacional y la formulación de recomendaciones para mejorar la salud de los pueblos de todo el mundo. 

Se puede citar desde la Clasificación Internacional de Enfermedades, que permite a todos los países utilizar una norma común para notificar enfermedades y detectar tendencias sanitarias, a la Lista OMS de Medicamentos Esenciales, una guía para los países sobre los principales medicamentos necesarios en un sistema nacional de salud.

La labor de la OMS ha desembocado en el establecimiento de normas mundiales para la calidad del aire y del agua, tan importantes en un mundo en que la contaminación es una amenaza creciente para nuestra salud; medicamentos y vacunas seguros y eficaces, gracias a su programa de precalificación; y gráficos de altura y peso para los niños, que permiten a los profesionales de la salud y a los padres ayudar a los jóvenes a crecer sanos y fuertes. Asimismo, ha promovido directrices y asesoramiento para la prevención y el tratamiento de afecciones de salud, desde el asma y la hepatitis a la malnutrición y el zika.

WHO/PAHO
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Cambios reales sobre el terreno

Sin embargo, la OMS no solamente se dedica a formular recomendaciones; también ayuda a los países a aplicarlas para que más personas lleven una vida sana. Desde hace décadas, el personal de la OMS colabora con gobiernos y profesionales de la salud sobre el terreno. En los primeros años, su actividad se centraba principalmente en combatir enfermedades infecciosas mortales como la viruela, la poliomielitis y la difteria. El Programa Ampliado de Inmunización, por ejemplo, establecido por la OMS a principios de la década de los 70, ha hecho llegar —con la ayuda del UNICEF, la Alianza Gavi para las Vacunas y otros— a millones de niños vacunas vitales.

En el último siglo, el acceso a antibióticos, agua limpia y mejor saneamiento ha pasado a ser un arma poderosa en la prevención de las enfermedades infecciosas. Un reto importante en la actualidad es proteger la eficacia de los antibióticos mediante un programa mundial para combatir la resistencia a los antimicrobianos, y garantizar que todo el mundo tenga acceso a agua salubre y saneamiento para evitar las infecciones. Hoy día, el acceso a agua de bebida limpia y a instalaciones de saneamiento seguras es uno de los ejemplos más palmarios de la enorme brecha entre ricos y pobres.

WHO/J. Jalali
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Cambio de orientación

En las últimas décadas, se ha registrado un aumento en enfermedades no transmisibles como el cáncer, la diabetes y las cardiopatías. Impulsadas por fuerzas como el desarrollo urbanístico no planificado, la generalización de estilos de vida poco saludables y el envejecimiento de la población, esas enfermedades provocan actualmente el 70% de todas las muertes. En consecuencia, la OMS ha cambiado de orientación, junto con las autoridades sanitarias de todo el mundo, para promover la alimentación saludable, la práctica de ejercicio físico y la realización de revisiones médicas periódicas.

La Organización ha puesto en marcha campañas de salud mundiales sobre la prevención de la diabetes y la hipertensión y sobre ciudades saludables. Asimismo, negoció el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, una herramienta formidable para ayudar a reducir las enfermedades y las muertes debidas al tabaquismo.

Ahora bien, enfermedades no transmisibles hay de otros tipos: por ejemplo, la salud mental es un problema importante en todo el mundo. La OMS ha contribuido a ampliar la atención de salud mental en más de 110 países, gracias en parte a la formación de no especialistas y al aumento del apoyo psicosocial y de salud mental a personas afectadas por los desastres naturales y los conflictos.

Al mismo tiempo, se ha intensificado la labor en ámbitos como la violencia y la prevención de lesiones, lo que ha puesto de relieve las devastadoras consecuencias del maltrato infantil, la violencia sexual y el abuso de las personas mayores, así como los accidentes de tránsito y los ahogamientos. Además, la OMS ha puesto de manifiesto la importancia de atender las necesidades de las personas con discapacidades, mediante el fortalecimiento de los servicios de rehabilitación en los programas de salud y un mejor acceso a las tecnologías de asistencia.

WHO/Y. Shimizu
Early morning exercises in the Rizal Park, in Manila, Philippines.
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Uso de los datos para atinar los esfuerzos

Para seguir los progresos en todos esos ámbitos se requiere un sólido sistema de monitoreo. Los datos recogidos por países de todo el mundo se compilan e intercambian en el Observatorio mundial de la salud, una potente herramienta que permite a los países hacerse una idea clara de quiénes enferman, de qué enfermedades y dónde, a fin de dirigir los esfuerzos allí donde más se necesiten.

La capacidad de efectuar mediciones ha sido crucial para la labor de la OMS en la mejora de la salud a lo largo del curso de la vida —desde antes del nacimiento hasta los últimos años de vida. Este enfoque, que se centra en periodos críticos como el embarazo, la primera infancia y la adolescencia, pone de relieve la importancia de un comienzo saludable en la vida, y de los esfuerzos adicionales por llegar a personas que, de otro modo, quedarían rezagadas —con demasiada frecuencia, las mujeres y las niñas que viven en los entornos más desfavorecidos.

WHO/M. Sethi
MONITORING DISEASES AND IDENTIFYING HEALTH TRENDS - Data provided by countries allows WHO to obtain a clearer picture of who is falling sick, from which disease, when and where, so that efforts can be targeted where they are needed most.
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Progresos en muchos frentes

La OMS tiene muchas razones para enorgullecerse.

En el ámbito mundial, la esperanza de vida ha aumentado en 25 años desde 1950. En 2016, murieron 6 millones menos de niños antes de su quinto cumpleaños que en 1990, la viruela ha sido derrotada y la poliomielitis está a punto de ser erradicada. Muchos países han conseguido eliminar el sarampión, el paludismo y enfermedades tropicales debilitantes como el gusano de Guinea y la elefantiasis, así como la transmisión de la madre al niño del VIH y la sífilis.

Las audaces recomendaciones para la introducción más temprana de tratamientos sencillos, junto con los esfuerzos por facilitar el acceso a medicamentos genéricos más baratos, han contribuido a que 21 millones de personas reciban el tratamiento contra el VIH que les permitirá sobrevivir. La angustia de más de 300 millones de personas con hepatitis B y C crónicas ha captado finalmente la atención mundial. Gracias a alianzas innovadoras ha sido posible fabricar vacunas eficaces contra la meningitis y el ebola, y la primera vacuna antipalúdica mundial.

WHO/PAHO
MALARIA - Malaria deaths dropped by approximately 60% between 2000 and 2015, as a result of expanded prevention, diagnosis and treatment.
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En alerta constante

Cada año, la OMS analiza las tendencias de la gripe con el fin de establecer la composición de la vacuna de la estación siguiente. Y se mantiene en alerta constante contra la amenaza de la gripe pandémica. Cien años después de la pandemia gripal de 1918, la OMS está resuelta a que el mundo jamás se vea sujeto de nuevo a una amenaza de ese calibre para la seguridad sanitaria mundial.

En 2005, la OMS publicó una versión actualizada del Reglamento Sanitario Internacional, para ayudar a la comunidad internacional a prevenir y responder a riesgos agudos para la salud pública que pueden atravesar fronteras y constituyen una amenaza en todo el mundo. El instrumento es hoy más importante que nunca. El renovado compromiso de la OMS de impedir que los brotes se conviertan en epidemias, y de responder mejor y más deprisa a las emergencias humanitarias, ha impulsado la creación de un nuevo programa de emergencias sanitarias que funciona en los tres niveles de la Organización.

Centrada principalmente en vigilar los indicios tempranos de alerta, y en ayudar a los países a estar preparados, la OMS está estableciendo sistemas para que la ayuda llegue allí donde se necesita cuando se necesita. Recientemente, por ejemplo, se ha logrado contener brotes de peste y de enfermedad por el virus de Marburgo, y se ha ayudado a poner en marcha importantes campañas de vacunación contra el cólera y la fiebre amarilla.

WHO/W. Owens
RESPONDING TO OUBREAKS AND EMERGENCIES - Through its Health Emergencies Programme, WHO helps countries prevent, prepare for, detect and rapidly respond to disease outbreaks and public health emergencies.
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Participación en los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Actualmente, la OMS colabora con diferentes asociados para la salud y el desarrollo con el objetivo de lograr las metas relacionadas con la salud, establecidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los ODS subrayan la función esencial que desempeña la salud para garantizar el futuro de la humanidad, ya que el ODS 3 exhorta a todas las partes interesadas a «garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades». Además, se alinean plenamente con el objetivo de la OMS de garantizar que todas las personas, en todo el mundo, puedan hacer realidad su derecho a una vida sana. Los ODS también hacen hincapié en la importancia de la colaboración entre los diferentes agentes que trabajan en ámbitos distintos, en todos los países del mundo.

Con la mirada puesta firmemente en 2030, la OMS partirá de las enseñanzas aprendidas en sus 70 primeros años de vida. Esta experiencia, más sus redes y alianzas —en el plano mundial, regional, nacional y local— será crucial para garantizar la salud y el bienestar de todos.

WHO/Panos Pictures/A. Loke
NONCOMMUNICABLE DISEASES - Noncommunicable diseases such as cancer, diabetes and heart disease now account for 70% of all deaths. Healthy eating, physical exercise and regular health checks are the cornerstones of NCD prevention and control.
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Trabajar de forma inteligente

Ahora bien, esto solo no basta. Para que la OMS pueda incrementar sus efectos en la salud mundial, debe intensificar su labor en los más altos niveles gubernamentales a fin de velar por que la salud figure de forma decidida en los programas políticos. Debe reforzar su liderazgo en los ámbitos donde más valor aporta, y racionalizar su funcionamiento con objeto de ser más eficaz y conseguir resultados más rápidos.

La misión, tal como se articula en el nuevo Programa General de Trabajo de la OMS, consiste en «Promover la salud, preservar la seguridad mundial y servir a las poblaciones vulnerables», para lo cual se proponen nuevas metas ambiciosas que deben alcanzarse para 2023: Mil millones de personas más con cobertura sanitaria universal; mil millones de personas más con mejor protección contra las emergencias sanitarias; y mil millones de personas más que gocen de mejor salud y bienestar.

Alcanzar esos logros exigirá un compromiso político y financiero infatigable por parte de los Estados Miembros y los donantes, y colaborar de forma continua e intensa con diferentes colegas de los ámbitos académicos, los asociados sobre el terreno, y otros miembros del sistema de las Naciones Unidas.

Los objetivos se lograrán gracias al compromiso compartido, más firme que nunca, de crear un mundo en que todas las personas, en todo el mundo, tengan acceso a atención de salud de calidad y asequible. Nuestro principio rector de salud para todos sigue siendo tan pertinente ahora como cuando se fundó nuestra Organización, hace 70 años.

WHO/L. Pezzoli
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