Su Excelencia Sr. Moussa Faki Mahamat, Presidente de la Comisión de la Unión Africana, Sra. Amira El Fadil, Comisionada, Dra. Matshidiso Moeti, Directora Regional de la OMS, y Sr. John Nkengason, Director,
Excelencias, estimados colegas y amigos,
En primer lugar, quisiera darles los buenos días y las gracias por la oportunidad que me brindan de informarles hoy, y de agradecerles también la iniciativa de organizar el presente evento.
Es difícil creer que hace solo 52 días, se notificó a la oficina de la OMS en China un conglomerado de casos de neumonía de causa desconocida en Wuhan.
En tan solo siete semanas, este brote ha captado la atención del mundo, y con razón, porque podría provocar graves trastornos políticos, sociales y económicos.
Como saben, la OMS declaró que el brote constituía una emergencia de salud pública de importancia internacional antes de que hubiera transcurrido un mes de la notificación de los primeros casos, debido a los indicios de transmisión entre seres humanos constatada fuera de China. Y porque nos preocupaba enormemente que el virus se propagara a países con sistemas de salud más frágiles, como es el caso en nuestro continente.
Hasta la fecha China ha notificado a la OMS 75 569 casos, entre los que cabe lamentar 2239 víctimas mortales.
Los datos procedentes de China siguen mostrando un descenso en el número de nuevos casos. Esto son buenas noticias, pero deben interpretarse con mucha prudencia. Es demasiado pronto para hacer predicciones sobre el brote.
En estos momentos, fuera de China hay 1200 casos en26 países, con ocho víctimas mortales. Como saben, hay un caso confirmado en el continente africano, en Egipto.
Varios países africanos han sometido a prueba casos sospechosos de COVID-19, pero afortunadamente los resultados han sido negativos.
Aunque el número total de casos fuera de China sigue siendo relativamente reducido, nos preocupan los casos sin un vínculo epidemiológico claro, por ejemplo, antecedentes de haber viajado a China o de haber tenido contacto con un caso confirmado.
Nos preocupa especialmente el aumento en el número de casos en la República Islámica del Irán, donde ya hay 18 casos y cuatro víctimas mortales tan solo en los dos últimos días.
La OMS ha suministrado al Irán lotes para la realización de pruebas, y seguiremos prestando apoyo al país en los próximos días y semanas. También es preocupante la información recibida ayer de Corea del Sur e Italia, así como la forma en que el virus se propaga a otras partes del mundo. Ahora bien, además de todo ello, como he señalado anteriormente en la rueda de prensa, la oportunidad se está agotando. Espero que esta reunión nos ayude a presentar un frente unido de todo el continente contra el virus.
Como ya saben, un equipo de expertos internacional dirigido por la OMS -que cuenta con un representante de los Centros para el Control de Enfermedades de Nigeria, nuestro colega Chikwe Ihekweazu- ha estado sobre el terreno en China durante la última semana, visitando tres provincias, y hoy mismo viaja al epicentro, en Wuhan.
Cada día que pasa, sabemos un poco más sobre el virus y la enfermedad que provoca.
Sabemos que más del 80% de los pacientes presentan síntomas leves y se recuperarán.
Pero el 20% restante presenta síntomas graves o muy graves, desde disnea a choque septicémico e insuficiencia multiorgánica. Estos pacientes requieren cuidados intensivos, con equipos como respiradores de apoyo que, como saben, escasean en muchos países africanos, lo cual es motivo de preocupación.
En un 2% de los casos notificados, el virus es mortal, y el riesgo de muerte aumenta con la edad del paciente, y con la presencia de afecciones médicas subyacentes.
Hemos observado relativamente pocos casos en niños, pero, naturalmente, es necesario seguir investigando para entender las razones.
Nuestra preocupación principal sigue siendo el potencial del brote de COVID-19 para propagarse a países con sistemas de salud más frágiles. Como he señalado anteriormente, en nuestra Oficina Regional para África, junto con los CDC...seguimos trabajando denodadamente para preparar a los países de la región ante la posible llegada del virus.
Acabamos de nombrar, como saben -- y como mi hermana Tshidi ha indicado anteriormente --, al Dr. John Nkengasong, Director de los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades, y al profesor Samba Sow, Director General del Centro de Desarrollo de Vacunas en Malí, como enviados especiales para la COVID-19, con el encargo de brindar asesoramiento estratégico y realizar tareas de promoción y colaboración política de alto nivel en África.
También hemos publicado un plan estratégico de preparación y respuesta en el que se hace un llamamiento para recaudar US$ 675 millones con el fin de apoyar la preparación de los países, en especial la de los más vulnerables.
La OMS ha establecido 13 países prioritarios en África por sus vínculos directos con China o por el gran volumen de viajes que mantienen con ese país. Como dijo mi hermana Tshidi, cada vez hay más países africanos que pueden realizar pruebas de detección de COVID-19 gracias a los kits de pruebas de laboratorio suministrados por la OMS, cuando hace apenas un par de semanas solamente había uno con esa capacidad.
Algunos países africanos, entre ellos la República Democrática del Congo, están aprovechando además la capacidad que han desarrollado para realizar pruebas de detección del ebola con miras a detectar la COVID-19. Este es un magnífico ejemplo de los beneficios que puede reportar la inversión en los sistemas de salud para la seguridad sanitaria.
También hemos enviado más de 30 000 equipos completos de protección personal a varios países de África, y estamos preparados para enviar casi 60 000 más a 19 países a lo largo de la próxima semana.
Estamos trabajando con los fabricantes de equipo de protección personal para resolver los graves desajustes que existen en el mercado de máscaras, guantes, batas y otros elementos de este tipo, con el fin de asegurarnos de que podemos proteger a los trabajadores sanitarios.
A lo largo del último mes se ha proporcionado formación a cerca de 11 000 trabajadores sanitarios africanos por medio de los cursos en línea de la OMS sobre la COVID-19, que se ofrecen gratuitamente en inglés, francés y otros idiomas en OpenWHO.org.
También brindamos asesoramiento a los países sobre la forma de realizar cribados, pruebas de detección, localizaciones de contactos y tratamientos.
La semana pasada reunimos a la comunidad internacional de investigación para establecer prioridades en este ámbito, especialmente en materia de diagnóstico, tratamiento y vacunación.
Hace dos semanas informé al Secretario General de las Naciones Unidas, Sr. Antonio Guterres, y ambos acordamos activar el Equipo de Gestión de Crisis de las Naciones Unidas, dirigido por el Dr. Mike Ryan, con el fin de que la OMS pueda concentrar sus esfuerzos en la respuesta sanitaria, mientras otros organismos contribuyen a través de sus conocimientos especializados sobre las consecuencias del brote en el plano social, económico y de desarrollo.
También hemos mantenido dos comunicaciones con coordinadores residentes de las Naciones Unidas en todo el mundo para informarles de las medidas que pueden adoptar para preparar a sus países y asegurar la coherencia de la actuación del sistema de las Naciones Unidas. Y espero que ustedes, excelencias y ministros, trabajen conjuntamente con nuestros coordinadores residentes y con los representantes de la OMS para dar una respuesta muy coordinada a nivel de los países.
Los crecientes signos de transmisión fuera de China indican que la ventana de oportunidad que tenemos para contener este virus se está estrechando.
Hacemos un llamamiento a todos los países para que inviertan sin demora en preparación. Debemos tratar de aprovechar con la mayor urgencia la oportunidad que se nos presenta de atacar el brote de este virus.
Gracias a todos por la atención que dedican a esta cuestión. Les aseguro que la OMS está comprometida con todos los países africanos para hacer cuanto esté en nuestra mano con el fin de prevenir la transmisión y detectar y tratar los casos lo antes posible.
Me gustaría sumarme al llamamiento que ha formulado mi hermana Amira para que ratifiquen la resolución de la Agencia Africana de Medicamentos, y también a la invitación que les ha extendido mi hermana Tshidi para que asistan a la reunión de Marrakech sobre diplomacia y seguridad sanitaria que se celebrará en marzo, un evento de gran importancia y que forma parte de lo que estamos haciendo ahora. (Por supuesto, el evento estaba planeado desde hace mucho tiempo, pero su importancia es enorme teniendo en cuenta lo que está sucediendo ahora). Y me alegro realmente de ver la claridad con la que se han trazado los objetivos como resultado de la reunión de hoy con John. Y nos gustaría ayudar a todos los países del continente, de todas las maneras posibles, sobre la base del resultado de su reunión. Por lo tanto, les deseo éxito en sus deliberaciones y todo lo mejor desde Ginebra, donde se encuentra nuestra Sede.
Muchas gracias.