Buenas tardes a todos.‎

A lo largo de la última semana, hemos asistido a una rápida ‎escalada del número de casos de COVID-19. ‎

Esta vez se han notificado más casos y muertes en el resto del ‎mundo que en China. ‎

También hemos asistido a una rápida escalada de las medidas de ‎distanciamiento social, como el cierre de escuelas y la cancelación ‎de eventos deportivos y otras concentraciones de personas.‎

Sin embargo, no hemos visto una escalada lo suficientemente rápida ‎de las medidas de detección, aislamiento y rastreo de contactos, ‎que son la columna vertebral de la respuesta.‎

Las medidas de distanciamiento social pueden ayudar a reducir la ‎transmisión y a evitar que los sistemas de salud se vean superados.  ‎

Medidas como lavarse las manos y taparse la boca con el codo al ‎toser pueden reducir el riesgo para uno mismo y para los demás. ‎

Pero por sí solas no bastan para poner fin a esta pandemia. Es la ‎combinación de todas ellas lo que marca la diferencia.‎

Como siempre digo, todos los países deben adoptar un enfoque ‎integral.‎

Pero la forma más eficaz de prevenir las infecciones y salvar vidas es ‎cortar las cadenas de transmisión. Y para lograrlo hay que hacer ‎pruebas y aislar.‎

No se puede combatir un incendio con los ojos vendados. Y no ‎podemos detener esta pandemia si no sabemos quién está ‎infectado. ‎

Tenemos un mensaje muy sencillo para todos los países: pruebas, ‎pruebas, pruebas.‎

Hay que hacer pruebas a todos los casos sospechosos. ‎

Si dan positivo, hay que aislarlos y averiguar con quién han ‎mantenido contacto cercano durante los dos días previos al ‎desarrollo de los síntomas, y hacer pruebas también a esas ‎personas. [NOTA: La OMS recomienda hacer pruebas a los contactos ‎de los casos confirmados solamente si presentan síntomas de COVID-19]‎

Cada día se producen más pruebas para atender la demanda ‎mundial. ‎

La OMS ha enviado casi 1,5 millones de pruebas a 120 países. ‎Estamos colaborando con las empresas a fin de aumentar la ‎disponibilidad de pruebas para los más necesitados.‎

La OMS recomienda el aislamiento en centros de salud de todos los ‎casos confirmados, incluso los leves, para prevenir la transmisión y ‎para poder prestarles una atención adecuada.‎

No obstante, somos conscientes de que muchos países ya han visto ‎superada su capacidad de atender a los casos leves en centros de ‎salud especializados.‎

Ante esa situación, los países deben dar prioridad a los pacientes de ‎edad avanzada y a los que padecen afecciones subyacentes.‎

Algunos países han ampliado su capacidad recurriendo al uso de ‎estadios y gimnasios para atender a los casos leves, mientras que ‎los casos graves y críticos se atienden en los hospitales. ‎

Otra opción es que los pacientes con enfermedades leves sean ‎aislados y atendidos en casa. ‎

La atención domiciliaria de las personas infectadas puede poner en ‎riesgo a otras personas que compartan el mismo hogar, por lo que ‎es fundamental que los cuidadores sigan las orientaciones de la ‎OMS sobre el modo de prestar atención en las condiciones más ‎seguras posibles.‎

Por ejemplo, tanto el paciente como su cuidador deben llevar ‎mascarilla médica cuando estén juntos en una misma habitación.‎

El paciente debe dormir en una habitación separada de las demás y ‎usar un baño diferente. ‎

El cuidado del paciente debe asignarse a una sola persona, ‎idealmente alguien que esté sano y que no tenga ninguna afección ‎subyacente.‎

El cuidador debe lavarse las manos después de cualquier contacto ‎con el paciente o su entorno inmediato.‎

Las personas infectadas con COVID-19 pueden seguir infectando a ‎otras aun después de que dejen de encontrarse enfermas, por lo ‎que esas medidas deben mantenerse durante al menos dos ‎semanas desde la desaparición de los síntomas.‎

No se deben permitir visitas hasta el final de este periodo.‎

Pueden encontrarse más detalles en las orientaciones de la OMS.‎

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Una vez más, nuestro principal mensaje es: pruebas, pruebas, ‎pruebas. ‎

Esta es una enfermedad grave. Si bien los datos de que disponemos ‎apuntan a que los mayores de 60 años son quienes mayores riesgos ‎corren, ha habido víctimas mortales entre jóvenes, e incluso entre ‎niños. ‎

La OMS ha publicado nuevas orientaciones clínicas, con indicaciones ‎específicas sobre cómo atender a niños, personas de edad y mujeres ‎embarazadas.‎

Hasta el momento, se han declarado epidemias en países con ‎sistemas de salud avanzados, pero incluso esos países han tenido ‎dificultades para atender todos los casos.  ‎

A medida que el virus avanza hacia los países de ingresos bajos, nos ‎preocupa enormemente el impacto que pueda tener en grupos de ‎población con elevada prevalencia del VIH, o entre niños ‎malnutridos. ‎

Por ello, hacemos un llamamiento a todos los países y a todas las ‎personas para que hagan todo lo posible por detener la ‎transmisión. ‎

Lavarse las manos ayuda a reducir el riesgo de infección, pero es ‎también un acto de solidaridad porque reduce el riesgo transmitir la ‎infección a otras personas en la comunidad y el resto del mundo. No ‎es solo por uno mismo, sino también por otras personas. ‎

También pedimos a las personas que manifiesten su solidaridad ‎absteniéndose de almacenar artículos de primera necesidad, en ‎particular medicamentos. ‎

Esta acumulación compulsiva genera escasez de medicamentos y de ‎otros productos esenciales, lo que a su vez puede exacerbar el ‎sufrimiento. ‎

Estamos muy agradecidos a todas las personas que han contribuido ‎al Fondo de Respuesta Solidaria a la COVID-19. ‎

Desde que iniciara su andadura el viernes pasado, más de 110 000 ‎personas han aportado casi 19 millones de dólares de los EE.UU. ‎

Estos fondos ayudarán a comprar pruebas diagnósticas y ‎suministros para los profesionales de la salud y apoyarán ‎actividades de investigación y desarrollo. ‎

Si desea contribuir, acceda a la página web de la OMS ‎‎(www.who.int) y pulse, en la parte superior de la página, la tecla ‎naranja «Hacer un donativo».‎

También estamos enormemente agradecidos por la forma en que ‎los diferentes sectores de la sociedad se están uniendo. ‎

Todo empezó con el reto SafeHands (manos seguras), que ha ‎logrado atraer a personalidades, dirigentes mundiales y personas de ‎todo el mundo para explicar la forma correcta de lavarse las manos. ‎

Esta misma tarde la OMS y la Cámara de Comercio Internacional han ‎publicado un llamado conjunto a la acción dirigido a la comunidad ‎empresarial internacional. La ICC remitirá periódicamente ‎recomendaciones a su red, integrada por más de 45 millones de ‎empresas, para proteger a sus trabajadores, clientes y comunidades ‎locales, y para apoyar la producción y distribución de suministros ‎esenciales. ‎

Quisiera dar las gracias a Paul Polman, Ajay Banga y John Denton ‎por su apoyo y colaboración. ‎

La OMS también está colaborando con Global Citizens para poner ‎en marcha sesiones de solidaridad, una serie de conciertos virtuales ‎de músicos destacados de todo el mundo. ‎

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Esta es la crisis sanitaria mundial que definirá nuestra época. ‎

Los días, semanas y meses venideros serán una prueba de nuestra ‎determinación, una prueba de nuestra confianza en la ciencia, y una ‎prueba de solidaridad. ‎

Las crisis como esta suelen hacer que aflore lo mejor y lo peor de la ‎humanidad. ‎

Al igual que yo, estoy seguro de que les han emocionado los vídeos ‎de los ciudadanos aplaudiendo a los profesionales de la salud desde ‎los balcones, o los testimonios de las personas que se ofrecen a ‎hacer la compra de las personas mayores de su entorno. ‎

Este extraordinario espíritu de solidaridad humana debe llegar a ser ‎más infeccioso que el virus mismo. Aunque quizá estemos ‎separados físicamente unos de otros durante un tiempo, podemos ‎estar unidos como nunca lo habíamos estado. ‎

Estamos en esto juntos. Y solo juntos podemos salir adelante. ‎

Así que la regla del juego es: juntos. Muchas gracias. ‎