Buenas tardes a todos.
Permítanme empezar, como siempre, dándoles las últimas cifras.
A fecha de hoy, a las 6 de la mañana (hora de Ginebra), China ha notificado a la OMS 74 675 casos de COVID-19, entre ellos 2121 víctimas mortales.
Los datos que llegan de China siguen indicando una disminución de los nuevos casos confirmados. Una vez más, es una noticia alentadora, pero no es momento de darnos palmadas en la espalda.
Fuera de China, se cuentan en este momento 1076 casos 26 países, y siete víctimas mortales en total.
En las últimas 24 horas, la República Islámica del Irán ha notificado cinco casos, entre ellos dos víctimas mortales. Es la primera notificación que se recibe de este país.
Más de la mitad de todos los casos que se han registrado fuera de China corresponden a pasajeros del crucero Diamond Princess.
Ya han empezado a desembarcar los primeros pasajeros, siempre y cuando hayan dado negativo en las pruebas, no manifiesten síntomas y no hayan tenido contacto con un caso confirmado en los últimos 14 días.
El Japón ha aconsejado además a los pasajeros que permanezcan en sus casas durante 14 días más y que vigilen su temperatura, y también ha establecido una línea telefónica directa para que puedan llamar si tienen alguna inquietud.
El Japón mantiene un contacto periódico con otros países a través de un mecanismo establecido con arreglo al Reglamento Sanitario Internacional, con el fin de que estos países puedan hacer un seguimiento de sus ciudadanos que iban a bordo del barco.
Además de vigilar la evolución del brote, la función principal de la OMS es colaborar con los países y con sus asociados para coordinar la respuesta mundial.
Es una tarea que estamos llevando a cabo de varias maneras, tanto a nivel interno como externo.
Como saben, un equipo internacional de expertos dirigido por la OMS se encuentra en estos momentos sobre el terreno en China, trabajando con sus homólogos en el país para encontrar respuestas sobre algunas de las cosas que no sabemos, por ejemplo sobre la transmisibilidad del virus y los efectos de las medidas que ha adoptado China.
El equipo se ha organizado a través de la Red Mundial de Alerta y Respuesta ante Brotes Epidémicos, y está integrado por expertos en epidemiología, virología, gestión clínica, control de brotes y salud pública de las siguientes instituciones:
La Universidad Nacional de Singapur;
El Instituto Pasteur de San Petersburgo;
El Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (Japón);
La Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Seúl (República de Corea);
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Nigeria;
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos de América;
Los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos de América;
El National Medical Research Center of Phthisiopulmonology and Infectious Diseases (Federación de Rusia);
Y el Instituto Robert Koch (Alemania).
Permítanme que les describa algunas de las muchas formas que está tomando la labor de la OMS en la coordinación de la respuesta.
Como saben, la coordinación mundial es clave en la lucha contra un enemigo peligroso como es este coronavirus.
Hemos convocado el Consejo de Seguridad Sanitaria de la OMS, una reunión diaria en la que participamos el director de nuestro programa de emergencias, Dr. Mike Ryan, los directores regionales, otros altos cargos y yo mismo para examinar la evolución del brote y coordinar la respuesta.
Ayer celebramos la primera de las reuniones informativas que tendrán lugar semanalmente con las misiones diplomáticas que se encuentran aquí en Ginebra, con el fin de informar a nuestros Estados Miembros, y por otro lado estamos celebrando estas reuniones informativas diarias para mantener informados a los medios de comunicación.
Ayer no pudimos celebrar la rueda de prensa porque el evento estaba dedicado a informar a los Estados Miembros.
También mantengo una comunicación semanal con una serie de expertos independientes de todo el mundo —expertos de muy alto nivel— para complementar el asesoramiento que recibo del Comité de Emergencia.
Hace dos semanas informé al Secretario General y ambos acordamos activar el Equipo de Gestión de Crisis de las Naciones Unidas, dirigido por el Dr. Mike Ryan. Hoy mantendremos un segundo contacto con los representantes de las Naciones Unidas en los países para informarles de las medidas que pueden adoptar a este nivel para coordinar la respuesta de las Naciones Unidas, pues lo importante es la intervención que se lleve a cabo al nivel de los países. Por eso involucramos a todos los coordinadores residentes de las Naciones Unidas y representantes de la OMS en los países.
Dos veces por semana mantenemos contactos con expertos clínicos que tratan a pacientes con COVID-19, entre ellos trabajadores de primera línea en China, para intercambiar información sobre la evolución de la enfermedad y sobre las intervenciones que funcionan y las que no funcionan a efectos de tratamiento.
También hemos creado una plataforma en línea donde los médicos pueden compartir datos anónimos sobre los pacientes, para que podamos tener una visión más clara de la enfermedad.
Lo que estamos viendo es que cuanto antes se realizan pruebas a los pacientes y se inicia su tratamiento, mejor es su evolución.
También estamos esperando los resultados de dos ensayos clínicos de terapias priorizadas en el marco del proyecto de I+D de la OMS.
Uno de estos ensayos combina dos fármacos utilizados para el VIH, el lopinavir y el ritonavir, y el otro pone a prueba un antivírico llamado remdisivir.
Esperamos disponer de resultados preliminares en el plazo de tres semanas.
Mi colega Janet Diaz está aquí para responder a sus preguntas sobre la gestión clínica de los pacientes, porque es fundamental también conseguir mejores resultados en el caso de las personas infectadas y salvar sus vidas.
He escrito a 12 jefes ejecutivos de fabricantes de equipos de protección personal con miras a obtener su cooperación de cara a asegurar el suministro necesario para proteger a los trabajadores sanitarios. Las señales que envían los fabricantes son positivas. Como siempre digo, es el momento de la solidaridad: los gobiernos, el sector privado y el mundo entero deben trabajar al unísono.
Hoy hemos hablado con organizaciones religiosas, como una vía más para hacer llegar a las comunidades mensajes que ayuden a prevenir la infección.
Estamos colaborando con los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades para coordinar nuestros esfuerzos a fin de preparar a los países de ese continente para la posible llegada del virus. Allí es donde creemos que el virus podría ser más peligroso. Por eso concentramos nuestros esfuerzos en los continentes y países donde los sistemas sanitarios son más frágiles.
Van a terminar hartos de oírme decir que la ventana de oportunidad sigue abierta para contener este brote.
La OMS está haciendo todo lo que está en su mano para aprovechar esta ventana de oportunidad, y exhortamos a la comunidad a hacer lo mismo.
Como he dicho antes, no debemos desperdiciar la oportunidad que tenemos. El número de casos en el resto del mundo es inferior al que hay en China. Pero es posible que no siga siendo así por mucho tiempo; la ventana de oportunidad que tenemos puede cerrarse, así que debemos aprovecharla para plantar cara al brote en todos los países.
Muchas gracias.