Esta es una feliz ocasión. Estoy muy contento de estar aquí con ustedes, por tercera vez en tres meses, para transmitirles personalmente mis felicitaciones por haber vencido otro brote de ebola.

Recuerdo que en mi primera visita estábamos muy preocupados. Este brote comenzó en zonas rurales aisladas, pero rápidamente afectó a Mbandaka, un centro urbano con conexiones fluviales con Kinshasa y con países vecinos. Los riesgos eran altos.

Pero habéis mostrado al mundo un modelo de cómo se puede derrotar esta terrible enfermedad.

¿Cómo lo hicisteis?

El Gobierno mostró un liderazgo muy fuerte y el Ministerio de Salud respondió rápidamente, pidió ayuda prontamente cuando fue necesaria e informó con rapidez al público sobre los riesgos de la enfermedad. Este tipo de liderazgo salva vidas humanas. En particular, felicito a mi colega Oly Ilunga por su liderazgo.

Os pusisteis pronto en contacto con la OMS y acogisteis con agrado nuestro apoyo, permitiendo que la Organización y sus asociados actuaran con rapidez y eficiencia. Estoy orgulloso de los cientos de empleados de la OMS, principalmente de esta región, de la Región de África, que trabajaron en estrecha colaboración con ustedes y nuestros asociados para ofrecer una respuesta de salud pública muy específica respaldada por una sólida plataforma logística y operativa.

En particular, me gustaría reconocer la contribución de nuestros donantes, los organismos de las Naciones Unidas y las organizaciones no gubernamentales presentes en el país. Las capacidades del sistema de las Naciones Unidas se desplegaron de manera altamente coordinada y eficaz. Personalmente, me gustaría reconocer el papel del Representante Especial del Secretario General y del Coordinador de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, que trabajaron en estrecha colaboración con el Gobierno y la OMS para garantizar que las capacidades de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, el Programa Mundial de Alimentos, los CDC de África y el UNICEF se desplegaran con gran efectividad sobre el terreno.

Además, otros asociados internacionales, como Médecins Sans Frontières, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y la Red Mundial de Alerta y Respuesta ante Brotes Epidémicos, fueron vitales para proporcionar servicios esenciales que ayudaron a poner fin a esta epidemia.

Pero lo más importante es que esta respuesta fue dirigida e impulsada por los congoleños con el apoyo de la comunidad internacional.

Utilizasteis todas las herramientas a vuestro alcance, fueran métodos tradicionales, como la investigación de casos, el rastreo de contactos, la participación de la comunidad o la atención a los enfermos, o nuevos, como la vacunación de las personas que estaban en riesgo de ser infectadas por el virus. Esto muestra visión y determinación a la hora de desplegar todas las medidas posibles para romper las cadenas de transmisión y poner fin al brote.

Aunque la vacuna aún no dispone de autorización de comercialización, tras un exitoso ensayo clínico realizado en Guinea, Merck, el fabricante de la vacuna, donó cantidades significativas a la OMS para su uso inmediato bajo un protocolo de investigación. Ha sido en este brote en la RDC que hemos utilizado por primera vez la vacuna como un pilar importante en nuestra respuesta al ebola. La logística de la cadena de ultra frío tuvo que ser manejada con cautela, ya que la vacuna debe mantenerse entre -60 y -80 °C hasta poco antes de su administración; este fue un gran desafío en una zona remota de selva tropical, sin carreteras pavimentadas ni electricidad.

Pese a ello, a las 2 semanas de la declaración del brote comenzamos la vacunación con nuestros asociados y vuestro ministerio. En una notable muestra de solidaridad regional e internacional, el gobierno de Guinea envió a más de 30 vacunadores que habían participado en el ensayo clínico de vacunación en anillo en ese país y que tenían una experiencia de primera mano para ayudar. Se vacunaron más de 3300 contactos, lo que representa una altísima tasa de aceptación de la vacuna, de alrededor del 98%.

Otro aspecto fundamental es que ya os estáis preparando para el próximo brote. Como dijo el Ministro en nuestras reuniones informativas, tenéis que estar preparados. Sé que estáis reforzando el sistema de vigilancia para detectar tempranamente indicios de enfermedad, capacitando al personal de los centros de salud en materia de prevención y control de infecciones para que puedan protegerse mientras tratan a sus pacientes, y trabajando con las comunidades en riesgo para que reconozcan esta enfermedad cuando les afecte. Seguir reforzando el sistema de vigilancia es importante, y os felicito por seguir realmente vigilantes.

De hecho, incluso los supervivientes de este brote se han unido para proteger a otros. Me sentí realmente conmovido cuando en junio visité Itipo para encontrarme con un grupo de supervivientes dirigido por el padre Ambunga, superviviente él mismo. Aunque habían perdido casi todo y habían estado a punto de perder lo más valioso, sus vidas, estaban listos para servir a su comunidad, explicando los peligros de la enfermedad para que otros estuvieran protegidos.

Todo este trabajo, todos estos preparativos serán útiles para el próximo brote de ebola, que el Ministro Ilunga ha reconocido reiteradamente como una posibilidad. Pero esta preparación también servirá para responder a CUALQUIER otro brote. Crear un sistema de salud más fuerte tiene muchos beneficios.

Ahora, miremos hacia adelante juntos.

Esta respuesta mostró lo efectiva que puede ser la RDC para hacer frente a un brote importante. Aprovechemos el impulso que ha dado este brote para vencer otros brotes que afectan al país, como los de cólera y poliomielitis.

Juntos, debemos mejorar los servicios de salud para TODOS los congoleños.

La prevención es posible cuando existe un sistema de salud fuerte, capaz de vacunar a los niños contra enfermedades mortales, detectar enfermedades lo más pronto posible, antes de que afecten a las comunidades, proteger al personal de salud de esas enfermedades y tener personal suficiente y capacitado que pueda manejar diferentes enfermedades.

No hay una fórmula mágica para lograr esto. La magia radica simplemente en el compromiso, el trabajo duro, la responsabilidad y una determinación férrea de servir a los más vulnerables. Y eso lo habéis demostrado con el ebola.

Juntos tenemos que reforzar los sistemas y las soluciones estratégicas mediante la construcción de la atención primaria de salud.

La RDC ha demostrado lo que es posible si estamos decididos y unidos en esta causa frente a epidemias potencialmente devastadoras.

Hermanos y hermanas, una vez más, os felicito por este logro y reafirmo el compromiso de la OMS de acompañaros en cada etapa de vuestro camino en busca de una mejor salud para todos.