Dr. Ashley Bloomfield, 

Dr. Abdullah Assiri, 

Dra. Precious Matsoso, 

Roland Driece, 

Estimados colegas y amigos, 

Me he quedado sin voz, pero este precio que debo pagar es una nimiedad. Porque esta noche, todos hemos ganado. El mundo ha ganado. 

Les ofrezco mis más efusiva enhorabuena, mi más sincera admiración y mi más profundo agradecimiento. 

Han hecho ustedes Historia, hoy, aquí mismo, al aprobar un sólido conjunto de enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional. 

Han reforzado la piedra angular del derecho internacional de la salud. 

Y con ello, han hecho del mundo un lugar más seguro. 

Siempre he pensado que tanto las enmiendas al RSI como el Acuerdo sobre Pandemias podrían finalizarse en esta Asamblea de la Salud. 

RSI – labor concluida. 

El Acuerdo sobre Pandemias aún no está terminado, pero no tengo la menor duda de que se terminará. Han trazado ustedes una senda clara hacia adelante y han demostrado su firme compromiso de llegar hasta la meta. 

El éxito del Grupo de Trabajo sobre el RSI debería dar al Órgano de Negociación Internacional la confianza de saber que pueden terminar la labor, y así será. 

El plazo que se marcaron fue sumamente ambicioso, y no podía ser de otro modo. 

Les doy las gracias por su arduo trabajo que se prolongaba hasta altas horas de la noche, incluso en una ocasión –el récord– hasta las 4.18 de la madrugada. Es muestra de su sólido compromiso. 

Roma no se construyó en un día, ni tampoco el derecho internacional. 

Transcurrieron siete años entre la adopción por la Asamblea Mundial de la Salud de una resolución en la que se pedía un convenio marco para el control del tabaco y la adopción del CMCT. 

Aunque se tarde otro año en ultimar el Acuerdo sobre Pandemias –y no creo que se necesite tanto tiempo–, habrán logrado mucho en plazo muy breve. 

Así pues, celebraremos dos fiestas: una hoy para el RSI y otra en algún momento del próximo año, al ultimar el Acuerdo sobre Pandemias. 

Ofrezco mi profundo agradecimiento a nuestros cuatro copresidentes, Ashley, Abdullah, Precious y Roland. 

Y también a mis colegas de la Secretaría: Mike, Jaouad, Steve, Andrea, Claudia, Roberta, Anne, Olla, Kenneth, Paida, Bruno, y a los muchos otros miembros del personal que prestaron apoyo a los procesos. 

Ambos procesos –el del Órgano de Negociación Intergubernamental y el del RSI– son un logro histórico para ustedes y un regalo para nuestros hijos y nietos. 

Mi nieta está aprendiendo ballet y mañana tengo entrada para una función en la que bailará. Yo mismo casi me pondría a bailar. Casi. 

Pero lo que sin duda celebraré con ella, es que ella y sus amigos, y sus hijos y nietos tienen un futuro más seguro gracias a lo que lograron ustedes hoy. 

Gracias.