Excelencias, distinguidos invitados, queridos colegas y amigos: 

Desde hace casi 18 meses, los trabajadores sanitarios y asistenciales del mundo han estado en primera línea de la lucha contra la pandemia de COVID-19. 

Nos han recordado casi a diario que son personas increíbles que hacen un trabajo increíble en circunstancias increíbles. 

Su servicio no ha sido en vano. 

Aunque los informes son escasos, estimamos que al menos 115 000 trabajadores sanitarios y asistenciales han perdido la vida a causa de la COVID-19, y que millones más se han infectado. 

Es oportuno que 2021 sea el Año Internacional de los Trabajadores Sanitarios y Asistenciales, porque les debemos mucho. 

Y podemos hacer mucho más como líderes para agradecerles este servicio. 

Abordar las desigualdades de género debe ser una prioridad. 

La mayoría de los trabajadores de la salud del mundo —casi el 70%— son mujeres.   

Si hacemos un desglose por ocupaciones específicas dentro del sector de la salud, las proporciones son aún más marcadas. 

Las mujeres representan aproximadamente el 90% del personal de enfermería y partería, y cerca del 50% de todos los médicos. 

Las cifras hablan por sí solas: el mundo depende de las mujeres para la prestación de servicios sanitarios y asistenciales. Y sabemos que la salud es fundamental. 

Esta dependencia exige que nos planteemos preguntas difíciles sobre las condiciones de trabajo y la equidad. 

Por ejemplo, cómo valoramos y recompensamos a las mujeres en el sector sanitario y asistencial. 

Y cómo garantizamos que los lugares de trabajo estén libres de discriminación, violencia, explotación sexual y abusos. 

La Iniciativa para la Igualdad de Género en los Sectores Sanitario y Asistencial, que es una alianza entre la OMS, el Gobierno de Francia y Women in Global Health, es un paso importante para abordar estas cuestiones. 

En todo el mundo, el sector sanitario y asistencial emplea a un mayor porcentaje de mujeres que cualquier otro.  

Eso significa que las medidas para apoyar mejor a las mujeres en este campo pueden suponer una diferencia inmediata para las mujeres en la fuerza de trabajo en su conjunto. 

Permítanme señalarles tres áreas prioritarias para establecer los mejores estándares, hacer efectivos los entornos de trabajo decentes y eliminar las diferencias salariales entre hombres y mujeres. 

En primer lugar, debe haber igualdad de remuneración por trabajo de igual valor. 

En segundo lugar, hemos de trabajar juntos para que las mujeres estén protegidas del acoso, la discriminación y la violencia en el lugar de trabajo. 

Los ámbitos que requieren una atención especial en este sentido son los entornos con pocos recursos o condiciones duras, como los campamentos de refugiados o los refugios. 

En tercer lugar, el cambio debe impulsarse desde lo más alto, lo que significa garantizar la representación de las mujeres en los puestos de liderazgo. 

Como mínimo, el número de mujeres en puestos de liderazgo debería ser igual al de los hombres: 50-50. 

No obstante, en realidad dicha cifra debería ser proporcional a su participación en todos los puestos de trabajo: 70-30. 

El Foro Generación Igualdad nos brinda la oportunidad no solo de reconocer estos retos y ambiciones, sino de pasar a la acción. 

La OMS está comprometida a abogar por unas condiciones de trabajo decentes y seguras para todos los trabajadores sanitarios y asistenciales, especialmente las mujeres. 

Les pido que se unan a Francia, a México, a la OMS y a nuestros asociados de la sociedad civil para trabajar juntos con el fin de proteger mejor a quienes nos protegen. 

La igualdad es algo por lo que tenemos que trabajar. Juntos, podemos marcar la diferencia.   

Gracias.