Señora Presidenta, excelencias, queridos colegas y amigos, buenos días a todos y un muy feliz año nuevo.
Estrenar un nuevo año nos da la oportunidad de mirar hacia adelante con esperanza y volver la mirada hacia el año que acaba de finalizar. Y cuando vuelvo la mirada hacia 2023, es con emociones encontradas.
Ha sido un año de celebraciones, con la conmemoración de nuestro 75.º aniversario y las muchas mejoras de la salud humana en que hemos participado. También ha habido muchos logros y acontecimientos importantes, como el fin de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) y la viruela símica como emergencias sanitarias mundiales.
Sin embargo, también ha sido un año de aflicción; un año empañado por conflictos, desastres y enfermedades y muertes que podrían haberse prevenido. Y un año de duelo para la familia de la OMS, por la pérdida de nuestra querida hermana, la Dra. Carissa Etienne, antigua Directora Regional para las Américas, y de nuestra colega Dima Alhaj, que murió en Gaza junto con toda su familia: su bebé de 6 meses, su esposo y dos hermanos.
El año 2023 nos ha recordado la razón por la que nuestra labor es tan importante y por qué se necesita una OMS fuerte, sostenible, eficaz, eficiente y empoderada. Y por eso estamos aquí esta semana.
Como siempre, tienen ante ustedes un orden del día cargado, reflejo de la enorme diversidad de la labor de nuestra Organización. Uno de los puntos más importantes del orden del día que examinarán esta semana es el proyecto del 14.º programa general de trabajo (14.º PGT). Agradezco a los Estados Miembros su participación en la elaboración de dicho proyecto. Nuestro objetivo ha sido garantizar la continuidad entre los programas generales del trabajo 13.º y 14.º, además de incorporar las enseñanzas derivadas de la evaluación del 13.º Programa General de Trabajo (13.º PGT) y plasmar las realidades de nuestro mundo en constante cambio.
Las tres prioridades básicas del 13.º PGT ⸻poblaciones más sanas, cobertura sanitaria universal y preparación y respuesta frente a las emergencias⸻ quedan plasmadas en las tres primeras de las «cinco prioridades» que constituyen la finalidad general del 14.º PGT: promover, procurar y protéger la salud y el bienestar de todas las personas, en todas partes. Aguardo con interés nuestro debate de hoy sobre el proyecto de 14.º PGT, a medida que avanzamos hacia su finalización y, esperemos, su adopción en la 77.ª Asamblea Mundial de la Salud.
Como todos los años, quisiera tomarme unos momentos para ofrecerles una instantánea de algunos de los principales logros del año pasado, basados en el marco de las «cinco prioridades».
En primer lugar, promover la salud. Ello incluye nuestra labor compartida de abordar las causas profundas de la enfermedad, en un clima en cambio constante, y teniendo en cuenta las condiciones en que viven y trabajan las personas y los productos que consumen. El consumo de tabaco decae en 150 países, ya que en estos momentos fuman 19 millones de personas menos en todo el mundo que hace dos años. El año pasado se aprobaron prohibiciones o límites a las grasas trans en seis países y en otros siete países entraron en vigor. Y cada año, prestamos apoyo a cada vez más países para hacer frente a la emaciación infantil y la obesidad; alentar la lactancia materna; incrementar los impuestos sobre el alcohol, el tabaco o las bebidas azucaradas; regular la comercialización de productos malsanos dirigida a los niños, incluidos los cigarrillos electrónicos; promover la actividad física; y conseguir que nuestras carreteras sean más seguras.
En cuanto al cambio climático, el 28.º periodo de sesiones de la Conferencias de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) fue un punto de inflexión, ya que por primera vez, gracias a los Emiratos Árabes Unidos, se dedicó un día a la salud. Un total de 147 países firmaron la Declaración sobre Clima y Salud de los EAU en la COP28, los donantes se comprometieron a aportar más de US$ 1000 millones y se acordó iniciar la transición para abandonar los combustibles fósiles, por mencionar tan solo algunos de los acuerdos. También hemos prestado apoyo a más de 50 países en el establecimiento de sistemas de salud que sean resilientes frente al cambio climático e inocuos para el clima. Y junto con nuestros asociados de la Alianza Cuatripartita, hemos prestado apoyo a muchos países en la elaboración de planes de acción enmarcados en el principio de «Una sola salud», en reconocimiento de que la salud de los seres humanos, la sanidad animal y el medio ambiente están estrechamente vinculados.
Pasemos ahora a la segunda de las «cinco prioridades», esto es, procurar salud, apoyando a los países en su trayecto hacia la cobertura sanitaria universal, que se basa en una sólida atención primaria de salud. Este ámbito incluye nuestra labor común sobre el fortalecimiento de los sistemas de salud y los servicios que prestan en el ámbito de la salud maternoinfantil y las enfermedades transmisibles y no transmisibles.
En la esfera política, 2023 fue un año histórico para la cobertura sanitaria universal, con la celebración el pasado septiembre de la segunda reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la cobertura sanitaria universal. En los días previos a la reunión, la OMS y el Banco Mundial publicaron nuevos datos que indican que la mitad de la población mundial no está totalmente cubierta por servicios de salud esenciales y que 2000 millones de personas pasan por dificultades económicas debido a los gastos directos en atención de salud. En la declaración política, los países contrajeron más de 50 compromisos para ampliar progresivamente el acceso a servicios de salud esenciales y mejorar la protección financiera.
De hecho, la OMS está plenamente dedicada a ello en todo el mundo. A través de la Alianza en pro de la CSU, prestamos apoyo a 120 países para que avancen hacia la cobertura sanitaria universal. Para ayudar a los países a fortalecer la atención primaria, nos hemos unido a un consorcio de bancos de desarrollo con el fin de poner en marcha la Plataforma de Inversión para el Impacto en la Salud, con fondos que ascienden a € 1500 millones.
Casi 150 países solicitaron el apoyo de la OMS para reforzar sus trabajadores de la salud y asistenciales, mayoritariamente mujeres. Por ejemplo, Benin obtuvo nuevos fondos y tiene previsto ofrecer empleo a 4000 trabajadores de la salud adicionales, un incremento de casi el 25%. Sudáfrica se ha comprometido a crear otros 97 000 puestos de trabajo para trabajadores de la salud, especialmente en comunidades rurales e insuficientemente atendidas. Y para apoyar al personal de enfermería y partería, hemos elaborado un conjunto de herramientas básicas de atención de emergencia que ha demostrado reducir la mortalidad hasta en un 43% en un estudio realizado en hospitales de Nepal, Uganda y Zambia.
El año 2023 ha sido fructífero en la labor de la OMS de apoyar el acceso a medicamentos y otros productos de salud. Hemos precalificado 136 medicamentos, vacunas, pruebas diagnósticas y otros productos; hemos añadido nuevos medicamentos contra la esclerosis múltiple, el cáncer y las afecciones cardiovasculares a la Lista de Medicamentos Esenciales; y hemos difundido ocho alertas sobre productos médicos de calidad subestándar y falsificados. En Maldivas, el novedoso enfoque de pruebas impulsado por la OMS permitió a las autoridades de salud detectar rápidamente medicamentos pediátricos contaminados, lo que desencadenó una alerta mundial y un aviso de retirada de producto que salvaron vidas en cuatro regiones.
Asimismo, seguimos apoyando a los Estados Miembros para que fortalezcan sus sistemas de reglamentación. Constatamos que los sistemas de reglamentación de Türkiye y la Arabia Saudita habían alcanzado un grado elevado de madurez. La República de Corea, Singapur y Suiza fueron los tres primeros países en incorporarse a la Lista de Autoridades Reguladoras de la OMS, por lo que pasan a ser «reguladores de referencia» que cumplen normas y prácticas reconocidas internacionalmente. Y con el liderazgo de la OMS seguimos fomentando la transferencia de tecnología y la fabricación local.
También hemos organizado en la India la primera cumbre mundial sobre medicina tradicional con el fin de impulsar un uso de la medicina tradicional, complementaria e integradora que esté basado en la evidencia, y sea seguro, eficaz y sostenible.
Toda esa labor de fortalecimiento de los sistemas de salud refuerza nuestro trabajo de salvar vidas y mejorar la calidad de vida en las diferentes etapas, especialmente para las mujeres y los niños. Tras los espectaculares avances en mortalidad materna e infantil en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, desde 2016 se ha avanzado poco.
Seguimos trabajando con los Estados Miembros para detectar los obstáculos y poner en sus manos las herramientas necesarias para superarlos. El año pasado publicamos nuevas hojas de ruta o directrices sobre la hemorragia posparto, los cuidados durante el parto y la salud de los adolescentes, y prestamos apoyo a decenas de países para que las aplicaran. Como saben, la hemorragia posparto es una de las principales causas de mortalidad entre las madres durante el parto. En el otro extremo del trayecto vital, prestamos apoyo a 18 países para fortalecer la atención a las personas mayores, en particular mediante nuevas directrices sobre el dolor lumbar.
En cuanto a la salud sexual y reproductiva, hemos prestado apoyo a 23 países prioritarios para facilitar el acceso a servicios de calidad y centrados en los supervivientes en relación con la violencia sexual. Y el año pasado otros 11 países introdujeron la vacuna contra el papilomavirus humano para combatir el cáncer de cuello uterino.
Una de las mayores perturbaciones debidas a la pandemia de COVID-19 afectó a los programas de vacunación sistemática de muchos países, lo que provocó brotes de sarampión, difteria, poliomielitis y fiebre amarilla.
En abril del año pasado, pusimos en marcha la campaña «La gran puesta al día» junto con el UNICEF y Gavi, la Alianza para las Vacunas, con objeto de ayudar a los países a poner fin a los brotes y restaurar los programas de vacunación al menos hasta niveles prepandémicos.
Al mismo tiempo, el pasado año el Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización (SAGE) recomendó nuevas vacunas contra el dengue y la meningitis, y una segunda vacuna contra el paludismo (la vacuna R21-Matrix M). Disponer de dos vacunas antipalúdicas ayudará a cerrar el enorme desfase entre la oferta y la demanda, y podría salvar a decenas de miles de jóvenes, especialmente en
África. Tras la recomendación por la OMS en 2021 de la vacuna antipalúdica RTS,S, a raíz de los resultados satisfactorios obtenidos en proyectos piloto en Ghana, Kenya y Malawi, hoy se inicia en el Camerún el despliegue generalizado de la vacuna. Al menos 29 países tienen la intención de introducir la vacuna y 20 ya cuentan con aprobación para recibir apoyo de Gavi y tienen previsto introducirla este año.
El año pasado también publicamos recomendaciones sobre una nueva generación de mosquiteros tratados con insecticida. Asimismo, certificamos que Azerbaiyán, Belice y Tayikistán están libres de paludismo, y hace tan solo un par de semanas agregamos a Cabo Verde a esa lista.
En cuanto a la tuberculosis, más de 7,5 millones de personas con tuberculosis tuvieron acceso a diagnóstico y tratamiento en 2022, la cifra más alta desde que iniciamos el seguimiento de casos hace casi 30 años. Además, en la segunda reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la tuberculosis se acordaron nuevos objetivos para poner fin a la enfermedad, y pusimos en marcha el Consejo de Aceleración de las Vacunas contra la Tuberculosis con el fin de facilitar el desarrollo, la concesión de licencias y el uso equitativo de nuevas vacunas contra la tuberculosis.
En cuanto al VIH, más del 75% de las personas con el VIH en todo el mundo reciben actualmente tratamiento antirretrovírico, y casi todas las personas que siguen un tratamiento consiguen la supresión vírica, lo que significa que no pueden infectar a otras personas. Empezamos a ver una senda hacia la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de poner fin a la epidemia de VIH. Australia fue el primer país en anunciar que está cerca de la eliminación de la transmisión del VIH, en la zona de Sídney interior. Y en Zimbabwe, la integración de los servicios para el VIH y la salud sexual y reproductiva permitió multiplicar por siete el número de mujeres a las que se hicieron pruebas de detección del VIH y de infecciones de transmisión sexual.
Mientras tanto, en lo que respecta a la hepatitis, Egipto fue el primer país en alcanzar la categoría de «nivel oro» en el camino hacia la eliminación de la hepatitis C. Se trata de un hito histórico.
En cuanto a las enfermedades tropicales desatendidas, Benin, el Iraq y Malí eliminaron el tracoma, Ghana eliminó la tripanosomiasis africana y la República Democrática Popular Lao y Bangladesh eliminaron la filariasis linfática. Bangladesh también fue el primer país del mundo en eliminar la leishmaniosis visceral, gracias a la colaboración entre muchos asociados, entre ellos la OMS y el Programa Especial de Investigación y Enseñanzas sobre Enfermedades Tropicales.
Por otro lado, seguimos intensificando nuestros esfuerzos por erradicar la poliomielitis. El año pasado se notificaron seis casos poliomielitis debidos a poliovirus salvajes en el Pakistán y seis en el Afganistán, la segunda cifra más baja de casos notificados en un año civil. Nuestra meta para este año es interrumpir la transmisión de poliovirus salvajes, y tengo la esperanza de que así sea. También estamos introduciendo una nueva vacuna contra el poliovirus de tipo 2 con el fin de reducir el riesgo de brotes de infecciones por poliovirus de origen vacunal.
También hay muchas razones para sentirnos orgullosos en nuestra labor sobre las enfermedades no transmisibles. El año pasado ayudamos a más de 80 países a integrar los servicios de las enfermedades no transmisibles en sus sistemas de salud. Por ejemplo, en Etiopía apoyamos el fortalecimiento de la realización de pruebas, el diagnóstico y el tratamiento en 85 establecimientos de salud en siete regiones.
En cuanto a la hipertensión, 10 nuevos países empezaron a utilizar el paquete técnico HEARTS. La Iniciativa Mundial contra el Cáncer Infantil brindó apoyo técnico y financiero en más de 70 países en colaboración con el St. Jude Children’s Research Hospital. Hemos prestado apoyo a nueve países para que amplíen el acceso a los servicios de salud mental para casi 20 millones de personas más. Y al menos 45 países han avanzado en la atención de las necesidades de salud no cubiertas de los migrantes y los refugiados, entre ellos Bulgaria, Camboya y Jordania.
Paralelamente, seguimos apoyando a los países en su respuesta a la crisis de la resistencia a los antimicrobianos. El número de países que notifican datos sobre infecciones bacterianas se ha triplicado con creces en siete años, y el año pasado otros 11 países elaboraron planes de acción nacionales multisectoriales sobre la resistencia a los antimicrobianos.
La reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la resistencia a los antimicrobianos prevista para este año será otra oportunidad importante para obtener compromisos concretos con el fin de hacer frente a esta urgente amenaza mundial, que mata al menos a 1,3 millones de personas cada año.
Pasemos ahora a la tercera de las cinco prioridades: proteger la salud. El año 2023 fue importante en nuestra labor de preparación, prevención y respuesta frente a emergencias sanitarias. Después de casi tres años y medio, en mayo declaré el fin de la COVID-19 y la viruela símica como emergencias sanitarias mundiales, aunque ambas siguen siendo amenazas a escala mundial. Más de dos tercios de la población mundial ha recibido una pauta completa de primovacunación contra la COVID-19. COVAX, que concluyó a finales del año pasado, desempeñó una función vital, ya que entregó casi 2000 millones de dosis y se estima que salvó unos 2,7 millones de vidas en países de ingreso bajo. Seguimos instando a todos los Estados Miembros a que mantengan y refuercen las capacidades que establecieron durante la pandemia como parte de su compromiso con la preparación para futuras emergencias.
Por otro lado, el año pasado hubo muchas otras crisis que reclamaron nuestra atención. En total, la OMS respondió a 65 emergencias clasificadas, desde terremotos en Türkiye y Siria hasta conflictos y situaciones de inseguridad en la República Democrática del Congo, Etiopía, Haití, Myanmar, el Sudán, Ucrania y, por supuesto, el territorio palestino ocupado, especialmente la Franja de Gaza.
Hemos prestado apoyo a los países para que accedan a vacunas y tratamientos que permiten responder a los brotes de cólera, difteria, meningitis y fiebre amarilla. Y los equipos médicos de emergencia desempeñaron una función vital en nuestra respuesta a 19 emergencias en 18 países. Me limitaré a mencionar las cifras, porque tratar de explicar la labor que hemos llevado a cabo en todas esas emergencias nos llevaría todo el día. En cualquier caso, tienen información de nuestras actividades en diferentes informes. La semana pasada, la OMS puso en marcha un llamamiento de emergencia sanitaria, con una petición de US$ 1500 millones en apoyo de nuestra labor de respuesta a las emergencias de este año.
Si bien nuestro trabajo de respuesta a emergencias aparece con frecuencia en los titulares, la labor de prevención y preparación frente a las emergencias es menos visible, pero igualmente importante. El Marco de la OMS para la Preparación, Respuesta y Resiliencia frente a Emergencias Sanitarias constituye una hoja de ruta sobre la gobernanza, los sistemas, las herramientas, el personal y la financiación necesarios para fortalecer la seguridad sanitaria en el ámbito nacional, regional y mundial.
Como saben, tenemos muchas iniciativas en marcha en ese ámbito. Por ejemplo, el Fondo contra Pandemias ya ha iniciado su andadura y ha realizado su primera ronda de desembolsos, un monto de US$ 338 millones que beneficiará a 37 países. La segunda ronda, con fondos que ascienden a US$ 500 millones, ya está en marcha.
También avanzamos en el mecanismo provisional de contramedidas médicas, el Cuerpo Mundial de Emergencias Sanitarias, el Examen Universal de la Salud y la Preparación, la Red Internacional de Vigilancia de Patógenos, el sistema BioHub de la OMS, el Centro de transferencia de tecnología para las vacunas de ARNm, el Centro de Información de la OMS sobre Pandemias y Epidemias y la iniciativa de Preparación y Resiliencia frente a Amenazas Emergentes. Hay en realidad más de 10 iniciativas, que arrancan de la experiencia que adquirimos durante la pandemia de COVID-19. No puedo detenerme para explicar detalladamente todas estas iniciativas, pero sé que cuando las pongamos en marcha el mundo estará mejor preparado.
A nivel político, los dirigentes mundiales que participaron en la reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre prevención, preparación y respuesta frente a pandemias aprobaron una contundente declaración política, que recogía el compromiso de concluir las negociaciones del acuerdo sobre pandemias y las enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional (2005) a más tardar en mayo de este año. Ahora bien, debo confesar que me preocupa enormemente la posibilidad de que los Estados Miembros no cumplan ese compromiso. Hay poco tiempo y todavía quedan varias cuestiones pendientes por resolver.
En mi opinión, si el acuerdo sobre pandemias y las enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional (2005) no llegan a buen puerto se habrá perdido una oportunidad que las generaciones futuras podrían no perdonarnos. Se necesitará coraje y será necesario concertar transacciones de compromiso. No se llegará a un consenso si todos se atrincheran en sus posturas. Todos tendrán que ceder en algún punto o nadie logrará nada.
Insto a todos los Estados Miembros a que trabajen con premura y determinación para llegar a un consenso sobre un acuerdo firme que ayude a proteger a nuestros hijos y nietos contra futuras pandemias. Quisiera aprovechar la oportunidad para dar las gracias a los dos Copresidentes y a los miembros de la Mesa por su liderazgo en el Órgano de Negociación Intergubernamental para redactar y negociar un convenio, acuerdo u otro instrumento internacional de la OMS sobre prevención, preparación y respuesta frente a pandemias y en el Grupo de Trabajo sobre las Enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional (2005).
Excelencias, queridos colegas y amigos, la finalidad general del 14.º PGT es promover, procurar y proteger la salud. Esas tres prioridades básicas se apoyan en las prioridades cuarta y quinta: dar impulso a la salud y mejorar el desempeño en favor de la salud.
Dar impulso a la salud consiste en aprovechar el poder de la ciencia, la investigación, las tecnologías digitales, los datos y las comunicaciones para ayudar de la forma más eficaz posible a los países a acelerar para lograr hacia las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En 2023, hemos prestado apoyo a 50 países en el marco del «Cumplimiento en pro del Impacto», esto es, un enfoque riguroso, sistemático y basado en datos para poner en marcha proyectos y obtener resultados. Por ejemplo, Madagascar utiliza este enfoque para prevenir la filariasis linfática. Y con ese mismo enfoque de «Cumplimiento en pro del Impacto», Viet Nam va en camino de reducir el consumo de tabaco entre los hombres desde el 44% actual hasta el 33% para 2025.
El Centro Mundial de Datos de Salud alberga en estos momentos las mayores bases de datos sobre desigualdad y mortalidad, así como perfiles adaptados de datos de los países. Más de 120 países aplican actualmente la undécima revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), que incluye ahora un segundo módulo sobre medicina tradicional.
El año 2023 ha sido también importante en nuestra labor de apoyo a los países para que aprovechen el poder de las tecnologías digitales y la inteligencia artificial en favor de la salud. Hemos puesto en marcha la Red Mundial de Certificación Digital de Salud y la Iniciativa Mundial sobre Salud Digital, y hemos publicado directrices sobre la reglamentación de la inteligencia artificial en el ámbito de la salud.
El Consejo sobre los Aspectos Económicos de la Salud para Todos presentó su informe final. Y en octubre de este año se inaugurará el campus de la Academia de la OMS en Lyon, lo que marcará el inicio de una nueva era. Agradezco a Francia su continuo apoyo. La Academia, cuando esté en pleno funcionamiento, cambiará las reglas del juego en el fomento de las capacidades, tanto para los Estados Miembros como para nuestro personal.
La quinta y última prioridad, el desempeño en favor de la salud, significa nuestro trabajo continuado para construir una OMS más fuerte. Ello se apoya en los siete pilares de la transformación, iniciada hace seis años y medio, para fortalecer nuestra estrategia, modelo operativo, procesos, alianzas, financiación, personal y cultura.
Seguimos avanzando en cada uno de esos ámbitos. Estamos en vías de establecer un nuevo sistema de gestión de recursos institucionales (BMS), que sustituirá al sistema actual. Nuestra nueva estrategia de cadena de suministro nos permite preposicionar suministros con el fin de responder a las emergencias de forma más eficaz. Hemos reducido el tiempo de contratación en un 40% en cuatro años. Hemos puesto en marcha un nuevo sistema de contratación de personal. Estamos mejorando el acceso a la atención de salud mental para los empleados. Hemos logrado en general la igualdad de género y hemos aumentado la igualdad en los grados superiores. Hemos puesto en marcha el Consejo Juvenil de la OMS y la Comisión de la Sociedad Civil de la OMS, y hemos mejorado nuestra forma de consultar a los agentes no estatales.
Y seguimos construyendo un nuevo enfoque para la financiación que sea más sostenible y previsible. Doy las gracias a los Estados Miembros por los considerables progresos que ya han conseguido en la aplicación de las recomendaciones del Grupo de Trabajo de los Estados Miembros sobre la Financiación Sostenible.
Una de las principales recomendaciones del Grupo de Trabajo es la idea de una ronda de inversiones, que la Asamblea de la Salud refrendó el año pasado, y que tienen ante ustedes esta semana para su consideración. El objetivo de la ronda de inversiones es financiar el 14.º Programa General de Trabajo, aumentar la previsibilidad y la flexibilidad de la financiación y eliminar las bolsas de pobreza que tantos problemas han provocado en el pasado.
Doy las gracias a todos los Estados Miembros por su participación constructiva en la ronda de inversiones hasta la fecha. Aguardo con interés nuestro debate y, espero, su aprobación. Quisiera aprovechar la oportunidad para dar las gracias a Björn Kümmel por presidir el Grupo de Trabajo sobre
la Financiación Sostenible. Las recomendaciones sobre las contribuciones señaladas y la ronda de inversiones se formularon bajo su dirección. Vielen dank, Björn.
Por supuesto, somos perfectamente conscientes de que los Estados Miembros esperan un retorno de su inversión, en forma de una OMS más eficaz y eficiente; una OMS que tenga un impacto mensurable. Y así debe ser. Seguimos firmes en nuestro compromiso de hacer realidad los cambios que ustedes solicitaron a través del Grupo de Tareas Versátil de los Estados Miembros sobre el Fortalecimiento de la Gobernanza Presupuestaria, Programática y Financiera de la OMS, y a los que nos hemos comprometido a través del plan de aplicación de la reforma de la Secretaría.
Ello incluye nuestro compromiso de hacer realidad la tolerancia cero respecto de cualquier forma de conducta sexual indebida. En la República Democrática del Congo, hemos brindado durante un año apoyo a las víctimas de conformidad con la norma de las Naciones Unidas, pero nos damos cuenta de que para algunas mujeres puede no ser suficiente y por ello hemos prorrogado el apoyo caso por caso. 56. Una de mis principales prioridades para este año es fortalecer nuestras oficinas en los países como nunca se había hecho antes. Hace poco más de un año, establecimos el Grupo «Acción para Resultados», integrado por representantes de la OMS procedentes de las seis regiones, a fin de elaborar un plan para lograr ese objetivo.
Su labor se ha consolidado en un plan de acción de seis puntos que estamos en proceso de poner en marcha. Con objeto de establecer una presencia básica previsible en cada oficina de país, hemos dado prioridad a la contratación de 400 puestos en dichas oficinas. Nos hemos comprometido a aportar US$ 200 millones para financiar esos puestos. Cinco directores regionales y yo mismo hemos emitido una delegación mundial conjunta de atribuciones a los representantes de la OMS, a fin de facultarlos para que presten un apoyo más receptivo y oportuno a nuestros Estados Miembros. Y de ese modo empoderar a los jefes de nuestras oficinas en los países.
La Política de Movilidad Geográfica Mundial arrancó el año pasado y actualmente se encuentra en su fase voluntaria, la primera de las cuales se ha completado.
El año 2024 será decisivo para la salud mundial y para nuestra Organización. Viene cargado de oportunidades. Este año, tienen ustedes la oportunidad de dar forma a la estrategia mundial de salud para los próximos cuatro años en todo el mundo, a través del 14.º PGT. También este año, tienen la oportunidad de dar forma al futuro de las emergencias sanitarias, a través del acuerdo sobre pandemias y las enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional (2005). Y por último este año, tienen la oportunidad de dar forma al futuro de esta Organización, a través de la ronda de inversiones. Son tres tareas hercúleas. Y como le comentaba a la Sra. Presidenta, se trata de una ocasión histórica: centrarse en estas cuestiones tan trascendentales que darán forma a la Organización durante muchos años.
Les insto a que aprovechen estas oportunidades. No se presentan muy a menudo. Todos estamos aquí porque queremos dejar huella, porque creemos en la misión y la visión de la Organización Mundial de la Salud. Este año es nuestra oportunidad de dejar esa huella y hacer del mundo un lugar más saludable, más seguro y más justo y, sobre todo, un lugar más pacífico.
Muchas gracias a todos por su compromiso y apoyo continuados. Mis colegas y yo nos mantenemos firmes en el compromiso de colaborar con ustedes para promover, procurar y proteger la salud, y dar impulso y mejorar nuestro desempeño en favor de la salud de los pueblos del mundo. Su apoyo durante los últimos seis años en la agenda de transformación ha sido sumamente crucial, por lo que quisiera darles las gracias, en mi nombre y en el de todos mis colegas de la OMS, y estamos convencidos de que seguirán prestando su apoyo para lograr un mundo mejor. Muchas gracias.