Profesor Houssin, miembros y asesores del Comité de Emergencias, queridos colegas y amigos:

Buenos días, buenas tardes y buenas noches, y gracias a todos ustedes una vez más por su compromiso con la labor de este Comité de Emergencias durante más de tres años.

En la alocución de apertura que pronuncié en la última reunión del Comité, celebrada en enero, señalé que el número de muertes semanales por COVID-19 notificadas estaba disminuyendo tras el repunte registrado en China después de que ese país levantara las restricciones.

Me complace observar que esta tendencia a la baja ha continuado. En cada una de las últimas 10 semanas, el número de muertes semanales notificadas ha sido el más bajo desde marzo de 2020.

Esta tendencia sostenida ha permitido volver a la «normalidad» en la mayoría de los países, y ha aumentado la capacidad de los sistemas de salud para hacer frente a posibles rebrotes y a la carga de la afección posterior a la COVID-19.

Al mismo tiempo, sigue habiendo algunas incertidumbres importantes en lo que respecta a la evolución del virus, por lo que es difícil predecir la dinámica de la transmisión o la estacionalidad futuras.

La vigilancia y la secuenciación genética se han reducido considerablemente en todo el mundo, lo que dificulta el seguimiento de las variantes conocidas y la detección de variantes nuevas. 

Debido a las desigualdades en el acceso a intervenciones que salvan vidas, millones de personas de todo el mundo están expuestas a un riesgo innecesario, en particular las más vulnerables.

Y el cansancio por la situación de pandemia es una amenaza que nos concierne a todos. Estamos todos hartos y cansados de esta pandemia, y queremos dejarla atrás.

Pero este virus ha venido para quedarse, y todos los países tendrán que aprender a gestionarlo junto con otras enfermedades infecciosas.

La OMS publicó ayer el cuarto Plan Estratégico de Preparación y Respuesta frente a la COVID-19, en el que se esbozan algunas acciones de importancia fundamental en todos los componentes básicos de la respuesta, a saber, la vigilancia colaborativa, la protección de la comunidad, la atención segura y ampliable, el acceso a contramedidas y la coordinación de emergencias.

Mis colegas les facilitarán más información sobre la situación mundial y la respuesta conexa. 

También les facilitarán información sobre las consecuencias en materia de reglamentación en caso de que se dé por terminada la emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII).

Le doy las gracias una vez más, Profesor Houssin, por su liderazgo. 

Y expreso también mi agradecimiento a cada uno de los miembros y asesores del Comité por compartir sus conocimientos especializados, y por su dedicación y compromiso.

Como siempre, el Reglamento Sanitario Internacional guiará sus deliberaciones.

Espero con interés su asesoramiento.

Gracias.