Gracias, Bruce.

Buenos días, buenas tardes y buenas noches.

Ayer celebramos el final del brote de ebola en la República Democrática del Congo.

Muchas de las medidas de salud pública que han conseguido detener el ebola —como la búsqueda de los casos, el aislamiento, las pruebas, el rastreo de los contactos y la atención respetuosa— son las mismas que ahora están desarrollando los países contra la COVID-19.

Sin embargo, en la lucha contra el ebola también teníamos una herramienta que aún no tenemos para la COVID-19: una vacuna eficaz.

Sin ella, no hay duda de que se hubieran dado más casos y más muertes.

Es evidente que, para controlar la COVID-19 y salvar vidas, necesitamos vacunas, pruebas diagnósticas y tratamientos eficaces a una velocidad y en unas cantidades sin precedentes.

Y es evidente que, puesto que todo el mundo corre el riesgo de contraer la COVID-19, el acceso a las herramientas para prevenirla, detectarla y tratarla no se debe restringir a quienes puedan pagarlo, sino que se tiene que ofrecer a todas las personas.

Hace dos meses, me uní al Presidente Emmanuel Macron, a la Presidenta Ursula von der Leyen y a Melinda Gates para lanzar el Acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID-19, una iniciativa mundial de múltiples asociados para garantizar el acceso equitativo a herramientas que salvan vidas en el contexto de la COVID-19.

En vísperas de un importante acto sobre promesas de contribuciones en apoyo del Acelerador, que tendrá lugar mañana y que estará dirigido por la Comisión Europea y Global Citizen, me complace estar hoy aquí para anunciar más detalles sobre su funcionamiento y sobre cómo nos aseguramos de que, juntos, cumplimos los compromisos que hemos contraído.

Es fácil decir que el acceso a estas herramientas será equitativo, pero es más complicado llevarlo a la práctica, ya que requiere una colaboración activa entre los gobiernos, la industria, las organizaciones de la salud, las organizaciones de la sociedad civil y las comunidades.

Las vacunas, las pruebas diagnósticas y los tratamientos son herramientas fundamentales, pero, para que sean realmente eficaces, deben administrarse con otro ingrediente esencial: la solidaridad.

Muchas gracias.