Buenas tardes; quisiera dar a nuestros amigos de la ACANU una muy cálida bienvenida a nuestra última rueda de prensa de 2024.

Este ha sido otro año muy difícil para el mundo y para la salud de sus pueblos.

Sin embargo, también ha habido muchas buenas noticias, y es por ellas por donde me gustaría comenzar.

Este año se ha certificado la eliminación de enfermedades en nueve países:

Cabo Verde y Egipto han quedado libres de paludismo (o malaria); el Brasil y Timor Oriental han eliminado la filariasis linfática; la India, el Pakistán y Viet Nam, el tracoma; Jordania, la lepra; y el Chad, la tripanosomiasis africana humana.

Se han administrado más de 12 millones de dosis de vacunas antipalúdicas en 17 países de África utilizando las nuevas vacunas antipalúdicas de que disponemos;

El consumo de tabaco sigue disminuyendo en 150 países.

La OMS ha precalificado una nueva vacuna contra el dengue;

Hemos introducido en la lista de uso en emergencias las primeras vacunas contra la viruela símica y las primeras pruebas de detección de esa enfermedad, y hemos puesto en marcha un mecanismo para la distribución equitativa de esos productos.

En la Asamblea General de las Naciones Unidas celebrada en Nueva York, los dirigentes mundiales se comprometieron a adoptar una serie de medidas para combatir la propagación de la resistencia a los antimicrobianos;

En mayo, la Asamblea Mundial de la Salud aprobó nuestra estrategia mundial para la salud para los próximos cuatro años;

El mes pasado concluimos la primera ronda de inversiones en la OMS, con un gran aumento del número de nuevos donantes que nos ayudarán a obtener por adelantado más de la mitad de los fondos que necesitamos para los próximos cuatro años, como parte de la transformación de la OMS con el pilar fundamental de la financiación sostenible;

Y la semana próxima tendré el honor de reunirme con Su Excelencia el Presidente de Francia, Sr. Macron, para inaugurar oficialmente la Academia de la OMS en Lyon. Este es otro pilar de nuestra transformación, en la que la Academia constituirá otro hito.

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Así pues, tenemos muchos motivos de celebración. Pero también hay muchos motivos por los que lamentarnos.

No se vislumbra el final de las guerras en Gaza, el Sudán y Ucrania, pero celebramos que el alto el fuego en el Líbano parezca mantenerse.

Estos conflictos han causado una terrible destrucción e incalculables muertes y desplazamientos. Y la atención de salud ha estado con frecuencia en el punto de mira.

En lo que va de año, la OMS ha contabilizado 1370 atentados contra la atención de salud en 14 países y territorios, que se han saldado con 805 muertos y 1545 heridos entre trabajadores de la salud y pacientes.

El conflicto en Gaza también ha dado lugar a la reaparición de la poliomielitis, aunque la campaña de inmunización llevada a cabo por la OMS y nuestros asociados parece haber tenido éxito en la prevención de nuevos casos.

Mientras tanto, el nombramiento en las últimas horas de un gobierno de transición en la República Árabe Siria trae nuevas esperanzas a un país que ya ha sufrido mucho.

Desde que comenzó la ofensiva militar hace dos semanas, cientos de personas han resultado gravemente heridas, y se calcula que se han desplazado un millón de personas, que se suman a los 7 millones de desplazados internos ya existentes y a los 5 millones que habían abandonado el país.

Los establecimientos de salud de Alepo e Idlib se han visto desbordados, algunos asociados han suspendido sus servicios y se han comunicado 19 ataques contra servicios de salud.

Satisfacer las necesidades de salud de los desplazados y de quienes puedan regresar a Siria a partir de ahora ejercerá más presión sobre un sistema de salud ya debilitado tras más de 14 años de guerra.

Visité Alepo, Idlib y Damasco el año pasado y constaté la fragilidad del sistema de salud.

Incluso antes de que comenzara la reciente ofensiva, menos de dos tercios de los hospitales y establecimientos de atención primaria estaban en funcionamiento;

Y casi 15 millones de personas ya necesitaban, entre otras muchas cosas, acceso urgente a atención traumatológica y quirúrgica, tratamiento para las enfermedades no transmisibles, atención maternoinfantil y atención de salud mental.

En las dos últimas semanas, la OMS ha enviado a las regiones de Alepo e Idlib 11 camiones de suministros quirúrgicos y de traumatología en operaciones transfronterizas, y estamos redoblando nuestros esfuerzos para distribuir más medicamentos y suministros esenciales allí donde se necesiten.

Ayer también entregamos suministros quirúrgicos y de traumatología al Hospital Al Mousat, en Damasco, y estamos trabajando para prestar apoyo a más hospitales en los próximos días.

Nuestros equipos están trabajando sobre el terreno para evaluar el alcance total de las necesidades de salud y reforzar los sistemas de vigilancia de enfermedades, ya que el riesgo de brotes, en especial de cólera, sigue aumentando.

Nuestro enfoque sigue siendo abordar las necesidades de salud urgentes, restablecer los servicios de salud esenciales y trabajar en estrecha colaboración con los asociados para fortalecer el sistema de salud de Siria.

Instamos a todas las partes a facilitar la ejecución de las operaciones humanitarias sin trabas y en condiciones de seguridad para llegar a las personas necesitadas dondequiera que estén.

Esperamos que este nuevo amanecer en Siria, que tanto ha sufrido, conduzca a una paz duradera.

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Mientras tanto, persiste el riesgo de que se produzcan brotes, epidemias y pandemias.

Como saben, en agosto declaré que el brote mundial de viruela símica constituía una emergencia de salud pública de importancia internacional.

En septiembre, Rwanda informó de un brote de enfermedad por el virus de Marburgo, que afortunadamente ya está bajo control;

Hemos visto con preocupación la propagación de la gripe aviar H5N1 a cientos de rebaños de ganado lechero en los Estados Unidos, con 58 casos en seres humanos;

Y aunque se están logrando avances contra algunas enfermedades, estamos perdiendo terreno con respecto a otras.

Según los nuevos datos de la OMS y sus asociados que se han publicado este año, se ha producido un aumento del 71 % de las muertes por cólera en 2023 y del 20 % de los casos de sarampión, mientras que el número de adultos con diabetes se ha cuadruplicado desde 1990 y ya supera los 800 millones.

Hace menos de dos semanas, se comunicó a la OMS una enfermedad no diagnosticada en la República Democrática del Congo, con 416 casos y 31 fallecimientos notificados hasta ahora.

La mayoría de los casos y los fallecimientos se concentran en niños menores de 14 años, en el distrito de Panzi, en la provincia occidental de Kwango de la República Democrática del Congo.

El 30 de noviembre se desplegó un equipo provincial de respuesta rápida, que ahora cuenta con el apoyo de un equipo nacional de expertos que ha llegado hoy.

La zona afectada es remota, las telecomunicaciones están muy limitadas y el acceso se ha visto dificultado por la temporada de lluvias. El equipo nacional de respuesta ha tardado varios días en llegar a Panzi.

La zona también presenta niveles elevados de malnutrición y baja cobertura de inmunización, por lo que los niños son vulnerables a diversas enfermedades, como el paludismo, la neumonía y el sarampión, entre otras.

De las 12 primeras muestras recogidas, 10 arrojaron resultados positivos para el paludismo, aunque cabe la posibilidad de que se trate de más de una enfermedad.

Se recogerán más muestras y se realizarán pruebas para determinar las causas exactas.

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A finales de este mes, el 31 de diciembre, se cumplirá el quinto aniversario de la presentación a la OMS de los primeros informes sobre neumonía causada por un patógeno por entonces desconocido.

En los últimos cinco años, se han notificado a la OMS más de 7 millones de muertes por COVID-19, pero creemos que el número real de muertes es, como mínimo, tres veces mayor.

No podemos hablar de la COVID-19 en pasado. Sigue entre nosotros, sigue causando enfermedad aguda y «COVID-19 de larga duración», y sigue matando.

Este año se han notificado a la OMS una media de 1000 muertes por COVID-19 a la semana, una cifra que corresponde únicamente a los pocos países que continúan notificando los casos.

Puede que el mundo quiera olvidarse de la COVID-19, pero no podemos permitírnoslo.

La OMS sigue prestando apoyo a los países para la prevención y la gestión de la COVID-19, además de otras amenazas para la salud.

Hoy, la OMS publica un paquete de seis resúmenes de políticas para ayudar a los países a actualizar sus políticas de vigilancia y reducción de la circulación de la COVID-19 y de reducción de la morbilidad, las muertes y las consecuencias a largo plazo de la enfermedad.

Una de las preguntas que me hacen con más frecuencia es: ¿está el mundo mejor preparado para la próxima pandemia que cuando apareció la COVID-19?

La respuesta es sí y no.

Si la próxima pandemia llegara hoy, el mundo aún tendría que hacer frente a algunas de las deficiencias y vulnerabilidades que ya permitieron que la COVID-19 se hiciera fuerte hace cinco años.

Pero el mundo también ha aprendido muchas de las dolorosas lecciones que nos enseñó la pandemia y ha adoptado importantes medidas para fortalecer sus defensas contra futuras epidemias y pandemias.

Junto con el Banco Mundial, la OMS creó el Fondo contra Pandemias, que en la actualidad financia 19 proyectos en 37 países con subvenciones por valor de 338 millones de dólares de los Estados Unidos.

La OMS ha brindado a muchos países apoyo destinado a fortalecer la capacidad de sus laboratorios para detectar y secuenciar agentes patógenos; pusimos en marcha en Alemania el Centro de Información de la OMS sobre Pandemias y Epidemias para fomentar la vigilancia colaborativa.

Para mejorar la fabricación local de vacunas y otros productos médicos, establecimos el Centro de Transferencia de Tecnología de ARNm en Sudáfrica y el Centro Mundial de Capacitación en Biomanufactura en la República de Corea;

Para mejorar el acceso equitativo a las herramientas que pueden salvar vidas, creamos la Red provisional de Contramedidas Médicas;

Junto con nuestros asociados, establecimos el Cuerpo Mundial para Emergencias Sanitarias;

En mayo de este año, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó un conjunto de enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional;

Y como saben, nuestros Estados Miembros siguen negociando el Acuerdo de la OMS sobre Pandemias.

Se han comprometido a ultimarlo a tiempo para la Asamblea Mundial de la Salud que tendrá lugar el próximo mes de mayo; sigo confiando en que lo conseguirán.

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Por último, este jueves se celebra el Día de la Cobertura Sanitaria Universal.

La cobertura sanitaria universal, o CSU, es una de las principales prioridades de la OMS. Se trata de que todas las personas tengan un acceso equitativo a los servicios de salud esenciales que necesitan, sin correr el riesgo de sufrir dificultades financieras.

Llama la atención que la mitad de la población mundial no puede acceder a uno o más servicios de salud esenciales.

Y aunque el acceso a los servicios ha mejorado en todo el mundo, 2000 millones de personas pasan por dificultades económicas como consecuencia del pago de medicamentos y servicios de salud.

Ese es el motivo por el que el tema del Día de la CSU de este año es la protección financiera, para que las familias no tengan que elegir entre medicamentos o alimentos, pobreza o cuidados.

Cuando se fundó la OMS en 1948, nuestra Constitución fue el primer documento de derecho internacional en afirmar que la salud es un derecho fundamental de todas las personas, sin distinción.

Hoy, en el Día de los Derechos Humanos, seguimos exhortando a todos los países a que promuevan y protejan el derecho a la salud, tanto como principio como en la práctica.

Christian, le devuelvo la palabra.