Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
Al igual que para el resto del mundo, el conflicto en Israel y Gaza es motivo de conmoción, consternación y tristeza para cuantos trabajamos en la OMS.
Los ataques perpetrados por Hamás y otros grupos armados el 7 de octubre contra civiles israelíes fueron horribles e injustificables.
Al mismo tiempo, la OMS está profundamente preocupada por la salud y el bienestar de los civiles en Gaza, que sufren los bombardeos y el asedio.
Deploro asimismo los ataques contra los servicios de atención de la salud tanto en Gaza como en Israel, que han provocado muertos y heridos entre trabajadores de la salud y pacientes de ambos lados.
Con arreglo al derecho internacional humanitario, todos los agentes armados están obligados a proteger de manera proactiva la atención de la salud.
La bomba que impactó en el hospital Al Ahli de la ciudad de Gaza el martes por la noche, y la consiguientes pérdida de vidas, es algo intolerable, con independencia de quién fuera el responsable.
Pese a los ataques aéreos y a los riesgos para su propia seguridad, el equipo de la OMS en Gaza ha entregado suministros médicos vitales en cantidad suficiente para atender a 2000 pacientes. Pero se necesita mucho más.
La semana pasada me reuní en El Cairo con el Presidente de Egipto, Abdel Fattah Al-Sisi, que accedió a facilitar la entrega de suministros médicos a Gaza a través del cruce fronterizo de Rafah.
El sábado, la OMS, desde nuestro Centro Logístico Mundial en Dubái, entregó a Egipto un avión cargado de suministros, y cuatro vuelos más, con 40 toneladas de suministros, llegarán a lo largo de la próxima semana.
Estos suministros incluyen medicamentos para tratar a pacientes heridos por traumatismos, medicamentos para personas con diabetes, cáncer y enfermedades cardiovasculares, y otros suministros de salud esenciales para dar respuesta a las necesidades de 300 000 personas, incluidas mujeres embarazadas.
Acogemos con beneplácito el anuncio realizado ayer por Israel de que no bloqueará la entrada de agua, alimentos y medicamentos a Gaza desde Egipto. También se necesita combustible para los generadores de los hospitales, las ambulancias y las plantas desalinizadoras, e instamos a Israel a que incluya el combustible entre los suministros vitales que pueden entrar en Gaza.
Nuestros camiones están cargados y listos para salir. Estamos trabajando con las Sociedades de la Media Luna Roja de Egipto y de Palestina para entregar los suministros a Gaza en cuanto se abra el cruce de Rafah, esperamos que mañana.
La OMS ha movilizado US$ 10 millones en apoyo de nuestra respuesta.
Todavía hay tiempo para evitar que la situación se continúe agravando; esa oportunidad sigue estando ahí.
La OMS apoya el llamamiento realizado por el Secretario General de las Naciones Unidas en favor de un alto el fuego humanitario inmediato.
Pedimos la liberación inmediata y segura de los rehenes capturados y trasladados a Gaza por Hamás y otros grupos armados, incluidos niños, ancianos y personas que necesitan atención médica urgente.
Seguimos exhortando a Israel y a Hamás a que cumplan con las obligaciones contraídas en virtud del derecho internacional de proteger a los civiles y la atención de salud.
Hacemos un llamamiento a Israel para que restablezca el suministro de electricidad y de agua.
Quiero dejar claro que, como organismo de las Naciones Unidas, la OMS es imparcial desde un punto de vista político y está comprometida con el apoyo a la salud y el bienestar de todos los israelíes y todos los palestinos.
Para ello, la OMS estableció una presencia oficial en Israel en 2019, que se suma a nuestra oficina ya existente en el territorio palestino ocupado.
El representante de la OMS en el territorio palestino ocupado, el Dr. Rik Peeperkorn, y nuestro representante especial en Israel, el Dr. Michel Thieren, están hoy con nosotros en línea y pueden responder a sus preguntas.
Gracias a ambos y a otros colegas por los esfuerzos que están llevando a cabo en esta terrible situación.
Las balas y las bombas no son la solución a esta situación. La guerra no traerá sino destrucción y horror, y no hará nada para transformar la región en un lugar más seguro; más bien, todo lo contrario.
La única solución, la única esperanza, es el diálogo, la comprensión y la paz.
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Si bien es comprensible que la crisis en Israel y Gaza domine los titulares, otra crisis está cayendo en el olvido: la del Sudán.
Seis meses después del inicio de los combates, el conflicto en el Sudán ha tenido un impacto devastador en la vida y la salud de las personas en todo el país y más allá de sus fronteras.
Más de 5,8 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares, tanto dentro como fuera del Sudán.
Si, antes de la guerra, el sistema de salud del Sudán ya estaba sobrecargado, hoy está al límite de su capacidad.
Alrededor del 70% de los hospitales situados en los estados afectados por el conflicto no están en condiciones de funcionar.
Los trabajadores de la salud llevan meses sin cobrar y sufren periódicamente ataques, y los establecimientos de salud son objeto de ocupaciones o saqueos, o están siendo destruidos.
Hasta la fecha, la OMS ha verificado 58 ataques contra los servicios de atención de la salud, en los que han muerto 31 trabajadores de la salud y pacientes y otros 38 han resultado heridos.
La gente muere como consecuencia de la falta de acceso a una atención de salud y unos medicamentos básicos y esenciales.
La temporada de lluvias en el Sudán está limitando aún más el acceso a las comunidades vulnerables.
Un brote de cólera se está propagando rápidamente, mientras que brotes de paludismo, sarampión y dengue siguen cobrándose vidas.
También nos preocupa especialmente la situación en Darfur. Según los informes, no es posible acceder a muchos hospitales, y la inseguridad impide entregar en condiciones la ayuda humanitaria.
Prácticamente medio millón de personas han huido de Darfur hacia el Chad, muchas de las cuales necesitan recibir inmediatamente atención de salud, incluida atención traumatológica.
Hasta la fecha, la OMS ha enviado más de 1000 toneladas de suministros sanitarios al Sudán, y más suministros están en camino. También hemos abierto 21 dispensarios móviles para atender a personas desplazadas en distintos estados.
Necesitamos que la comunidad internacional muestre solidaridad ahora. Necesitamos un compromiso y un apoyo decididos de nuestros donantes para seguir fortaleciendo la respuesta y atender las necesidades cada vez mayores del pueblo del Sudán.
Sin embargo, la solución a esta crisis no es fundamentalmente una solución humanitaria; es una solución política.
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A pesar de que la OMS responde a las numerosas crisis de nuestro mundo, seguimos trabajando en una amplia gama de esferas para ayudar a los países a fortalecer sus sistemas de salud y dar respuesta a las necesidades cotidianas en materia de salud de la población.
Hoy, la OMS ha publicado la última edición de la Lista de pruebas diagnósticas esenciales, un registro basado en la evidencia para orientar a los países acerca de los diagnósticos más importantes que deben estar a disposición de los trabajadores de la salud y los pacientes.
La lista de este año incluye ocho nuevas pruebas: para la hepatitis E, la diabetes, los trastornos endocrinos, la salud reproductiva, materna y del recién nacido y las enfermedades cardiovasculares.
En total, la lista incluye ahora 216 pruebas.
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También hoy, la OMS publica unas nuevas orientaciones para los países sobre la regulación del uso de la inteligencia artificial en la esfera de la salud.
La inteligencia artificial puede ofrecer muchas cosas en el terreno de la salud, por ejemplo, a la hora de mejorar diagnósticos y tratamientos, especialmente en ámbitos en los que hay escasez de especialistas médicos.
Pero también entraña importantes desafíos, como la posibilidad de una recopilación de datos poco ética, amenazas desde el punto de vista de la ciberseguridad y la información errónea.
Estas nuevas orientaciones describen seis áreas para regular la utilización de la inteligencia artificial en relación con la salud, a fin de ayudar a los países a aprovechar su potencial y reducir, al mismo tiempo, sus riesgos.
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Por último, se acerca la temporada gripal en el hemisferio norte, en un momento en el que las hospitalizaciones y muertes debidas a la COVID-19 siguen aumentando.
Durante la fase aguda de la pandemia de COVID-19, la circulación de los virus de la gripe se redujo como consecuencia de las precauciones que la sociedad y las personas estaban adoptando para prevenir infecciones por COVID-19.
La gripe ha vuelto a unos niveles similares a los observados antes de la pandemia.
La circulación simultánea del virus de la gripe, el VRS y la COVID-19 puede provocar importantes trastornos en los sistemas de salud.
Para protegerse tanto a usted como a sus seres queridos, y para ayudar a aliviar la presión sobre los sistemas de salud, la OMS recomienda vacunarse contra la gripe y la COVID-19, en particular en el caso de los grupos de alto riesgo.
Margaret, le devuelvo la palabra.