Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
El martes, Tanzanía confirmó sus primeros casos conocidos de enfermedad por el virus de Marburgo.
Hasta el momento se han confirmado ocho casos, entre ellos cinco defunciones.
Se han identificado más de 160 contactos que están siendo objeto de seguimiento.
En la región afectada se han desplegado equipos nacionales de respuesta, capacitados conjuntamente por la OMS y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, con el fin de realizar investigaciones adicionales, hacer el seguimiento de los contactos y brindar atención clínica.
Tanzanía pudo confirmar el brote porque las primeras muestras se analizaron en un laboratorio móvil establecido gracias al trabajo de preparación contra brotes de fiebres hemorrágicas virales, entre ellas el ébola y la fiebre de Marburgo, realizado el año pasado con el apoyo de la OMS.
La OMS ha ofrecido más apoyo al gobierno de Tanzanía.
Hace un mes, Guinea Ecuatorial también informó de un brote de la enfermedad por el virus de Marburgo.
Desde entonces se han notificado otros ocho casos confirmados en laboratorio, lo que eleva el total a nueve casos confirmados y 20 casos probables.
La OMS ha enviado expertos a Guinea Ecuatorial para apoyar la respuesta del Gobierno y fortalecer la participación comunitaria.
El virus de Marburgo pertenece a la misma familia de virus que el del Ébola; sus síntomas son similares, se transmite de la misma manera entre humanos y, como el virus del Ébola, tiene una tasa de mortalidad muy alta.
Aunque no hay vacunas ni tratamientos aprobados contra la enfermedad por el virus de Marburgo, la OMS está encabezando trabajos para evaluar las vacunas y tratamientos candidatos en el contexto del brote.
Los desarrolladores están participando, los protocolos de ensayos clínicos están listos y los expertos y donantes están preparados y esperando que el gobierno nacional y los investigadores les den luz verde.
Mientras tanto, no estamos indefensos. El seguimiento riguroso de los contactos, el aislamiento y la atención de apoyo son herramientas poderosas para prevenir la transmisión y salvar vidas.
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Seguimos observando que en las redes sociales y en los medios de comunicación se difunde información errónea acerca del acuerdo que los países están negociando en relación con la pandemia.
Como dije la semana pasada, la afirmación según la cual el acuerdo cederá poder a la OMS es simplemente falsa. Es una noticia falsa.
Los países, y solo los países, decidirán los términos del acuerdo.
Y los países aplicarán el acuerdo de conformidad con sus propias leyes nacionales.
Ningún país cederá soberanía a la OMS.
Si algún político, empresario o cualquier persona tiene dudas sobre lo que es y lo que no es el acuerdo relativo a la pandemia, estaremos más que felices de discutirlo y explicarlo.
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Ayer comenzó en Nueva York la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua que se celebra en casi 50 años.
En todo el mundo, 2000 millones de personas carecen de agua potable, y casi la mitad de la población mundial utiliza servicios de saneamiento que eliminan los desechos humanos sin depurarlos.
La mitad de todas las instalaciones de atención médica a nivel mundial carecen de agua y jabón o de desinfectante hidroalcohólico para manos.
Las consecuencias son letales.
Cada año, al menos 1,4 millones de personas, muchas de ellas niños, mueren por causas prevenibles relacionadas con el agua insalubre y la falta de saneamiento. En este momento, por ejemplo, el cólera se está propagando en países que no habían tenido brotes durante décadas.
En todo el mundo, la OMS y el UNICEF trabajan con gobiernos y asociados para mejorar el acceso al agua, el saneamiento y la higiene. Pedimos un liderazgo gubernamental más fuerte para impulsar el cambio; mayores recursos y mejor financiación; inversiones en el personal y las instituciones; mejores datos y pruebas para orientar las decisiones; e innovación y experimentación.
El derecho a la salud entraña el derecho al agua segura, el saneamiento y la higiene.
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Mañana es el Día Mundial de la Tuberculosis.
Este día señala la fecha, el 24 de marzo de 1882, en la que el científico alemán Robert Koch presentó por primera vez, hace 141 años, su descubrimiento de la bacteria causante de la tuberculosis.
Desde entonces hemos recorrido un largo camino. Tenemos pruebas, tratamientos y una vacuna contra la tuberculosis que han salvado un sinnúmero de vidas. La tuberculosis es una enfermedad prevenible, tratable y curable.
Desde el año 2000, las defunciones por tuberculosis han disminuido casi un 40% a nivel mundial, y más de 74 millones de personas han tenido acceso a servicios relacionados con la tuberculosis.
Sin embargo, esta enfermedad aún mata a 1,6 millones de personas cada año, afecta a muchos millones más y tiene enormes repercusiones en las familias y comunidades.
La pandemia de COVID-19 y los conflictos que tienen lugar en muchos países han alterado gravemente los servicios de prevención, detección y tratamiento de la tuberculosis.
En consecuencia, y por primera vez en más de un decenio, la OMS informó el año pasado de un aumento del número de defunciones por tuberculosis
En 2015, en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, las naciones del mundo se comprometieron a poner fin a la epidemia mundial de tuberculosis para 2030.
El próximo mes de septiembre, los dirigentes mundiales se reunirán en Nueva York para celebrar la segunda Reunión de Alto Nivel sobre la Tuberculosis.
Creemos que esa reunión podría ser un punto de inflexión en la lucha contra la tuberculosis, si los dirigentes asumieran compromisos reales y duraderos para invertir en la respuesta a la tuberculosis.
Acabar con la tuberculosis para 2030 es un objetivo extremadamente ambicioso.
Cinco años atrás, para apoyar la consecución de ese objetivo, establecimos la iniciativa emblemática de la OMS sobre tuberculosis, con miras a promover la investigación y ampliar el acceso a los servicios relacionados con la tuberculosis.
Debemos poner a disposición de más personas las herramientas que tenemos. Pero, además, necesitamos herramientas nuevas.
El aumento de la farmacorresistencia está socavando la eficacia de algunos medicamentos que se usan para tratar la tuberculosis.
Y la única vacuna contra la tuberculosis desarrollada hasta la fecha, la vacuna BCG, tiene más de 100 años y no protege suficientemente a los adolescentes y adultos, que representan la mayor parte de los casos de transmisión de la tuberculosis.
Es por eso que la OMS ha propuesto establecer un Consejo de Aceleración de las Vacunas contra la Tuberculosis, con el fin de facilitar el desarrollo, la autorización y el uso de nuevas vacunas contra la tuberculosis.
Sin embargo, está claro que no podremos poner fin a la tuberculosis a menos que abordemos los principales factores que la propician: la pobreza, la desnutrición, la diabetes, el VIH, el consumo de tabaco y de alcohol, las condiciones de vida y trabajo deficientes, el estigma y la discriminación, y otros.
Por esa razón, hemos decidido extender la iniciativa por cinco años más, hasta 2027, y ampliar su alcance.
Para escuchar algo más sobre este tema, me complace dar la bienvenida a la Dra. Tereza Kasaeva, Subdirectora General interina de la OMS para enfermedades transmisibles y no transmisibles.
Bienvenida, Tereza. Tiene la palabra.
[LA DRA. KASAEVA SE DIRIGIÓ A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN]
Gracias, Tereza.
Poner fin a la tuberculosis no es un trabajo que incumbe solo a la OMS, a los gobiernos o a los sistemas de salud.
Ese objetivo requerirá la adopción de medidas -y una mayor responsabilidad- por parte de todos los gobiernos, organismos, donantes, investigadores, el sector privado y la sociedad civil.
Las voces de las personas afectadas por la tuberculosis son las más poderosas y deben escucharse más fuerte.
Por eso, me complace dar la bienvenida a Jeff Acaba, un sobreviviente de tuberculosis y VIH, de Filipinas, que integra el grupo de trabajo de la sociedad civil de la OMS.
Jeff, gracias por estar hoy con nosotros. Tiene la palabra.
[EL SR. ACABA SE DIRIGIÓ A LOS MEDIOS De COMUNICACIÓN]
Gracias, Jeff, por tu defensa y compromiso en la lucha contra la tuberculosis en todo el mundo.
Gracias también por tus amables palabras sobre nuestra alianza, cuyas repercusiones se están teniendo cada vez más repercusiones, y te aseguro que colaboraremos más estrechamente con la sociedad civil, porque hemos visto en los últimos cinco años lo importante que es incluirte en nuestro trabajo, especialmente en el desarrollo de directrices.
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Por último, hoy es el primer día de Ramadán, así que aprovecho para desear un Ramadán Kareem a todos los musulmanes.
Christian, le devuelvo la palabra.