Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
El alto el fuego anunciado en Gaza hace dos semanas es frágil y se ha violado en más de una ocasión, pero sigue en pie, lo que es una excelente noticia para todos.
Aplaudimos el regreso de los rehenes, la liberación de los prisioneros, el cese de la violencia y el aumento de las corrientes de ayuda.
Pero la crisis está lejos de haber terminado y las necesidades son inmensas.
En Gaza han sufrido traumatismos más de 170 000 personas, de las que más de 5000 tienen amputaciones y 3600 quemaduras graves.
Al menos 42 000 personas tienen lesiones que requieren rehabilitación a largo plazo.
Y cada mes, 4000 mujeres dan a luz en condiciones poco seguras.
El hambre y las enfermedades no han cesado y los niños siguen siendo vulnerables.
La destrucción ha sido tanto física como psicológica. Se estima que un millón de personas necesita acceso a atención de salud mental.
Son ingentes las exigencias al sistema de salud, aunque partes importantes de este han quedado destruidas o gravemente degradadas.
Ningún hospital funciona a pleno rendimiento en Gaza y solo 14 de los 36 hospitales siguen abiertos. Hay escasez crítica de medicamentos esenciales, equipos y trabajadores de la salud.
Desde la entrada en vigor del alto el fuego, la OMS ha enviado más suministros médicos a los hospitales, desplegado equipos médicos de emergencia adicionales y ampliado las evacuaciones médicas.
Hoy, los equipos de la OMS se encuentran en el cruce de Kerem Shalom, recopilando suministros médicos.
Y ayer, ayudamos a evacuar a 41 pacientes y 145 acompañantes a varios países.
Doy las gracias a los más de 20 países que han acogido evacuados de Gaza por motivos médicos.
Con todo, todavía hay 15 000 pacientes que necesitan tratamiento fuera de Gaza, entre ellos 4000 niños. Más de 700 han muerto mientras esperaban la evacuación.
Seguimos pidiendo que se restablezcan las derivaciones a la Ribera Occidental, incluida Jerusalén oriental.
Pedimos que más países acojan a pacientes de Gaza para recibir atención especializada.
Y pedimos la apertura del cruce de Rafah –y de todos los cruces– para que más pacientes puedan recibir tratamiento en Egipto y sea posible enviar más ayuda.
Pese a que la corriente de ayuda ha aumentado, sigue siendo apenas una fracción de la necesaria.
El cruce de Rafah tenía que haberse abierto la semana pasada. Se ha acumulado una cantidad importante de ayuda en Al-Arish, en Egipto, lista para entrar a Gaza cuando se abra el cruce.
Aunque estamos volcados en responder a las actuales necesidades de salud sobre el terreno, también colaboramos con nuestros asociados para planificar la recuperación y reconstrucción del sistema de salud de Gaza a largo plazo.
En los próximos días y semanas, la OMS se centrará en cuatro ámbitos:
Primero, mantener los servicios de salud esenciales que permiten sostener y salvar tantas vidas;
segundo, fortalecer la información sobre salud pública, las alertas tempranas y la prevención y control de enfermedades transmisibles;
tercero, coordinar a los asociados del sector de la salud;
y por último, apoyar la recuperación, rehabilitación y reconstrucción del sistema de salud.
Nuestro plan de 60 días para el alto el fuego requiere USD 45 millones, pero los costos totales de reconstruir el sistema de salud de Gaza ascenderán al menos a USD 7000 millones.
La OMS estaba en Gaza antes de la guerra, hemos estado allí todo el tiempo y permaneceremos para ayudar al pueblo de Gaza a construir un futuro más saludable, más seguro y más justo.
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Tenemos más buenas noticias de la República Democrática del Congo, donde el brote de ébola parece encaminado hacia su fin.
El domingo pasado, el último paciente con ébola fue dado de alta en Bulape, tras recuperarse por completo.
La cuenta atrás de 42 días comenzó oficialmente el lunes, lo que significa que si no se confirman más casos, se declarará el fin del brote a principios de diciembre.
En total, se han notificado 64 casos, con 45 muertes y 19 recuperaciones.
Ello ilustra una vez más lo peligrosa que es la enfermedad del ébola.
Pero también demuestra que con un sólido liderazgo gubernamental y las herramientas, alianzas y experiencia adecuadas, el ébola puede controlarse rápidamente.
El brote aún no ha terminado. Es necesario mantener las medidas sobre el terreno a fin de estar preparados para responder a nuevos casos.
Más de 250 agentes de salud comunitarios hacen seguimiento de los contactos cada día.
Algunos caminan durante horas por bosques y zonas pantanosas para llegar a las aldeas más aisladas.
Desde el inicio del brote, se han notificado casi mil alertas de posibles casos de ébola, muchas procedentes de las propias comunidades, lo que demuestra la importancia de colaborar codo a codo con las poblaciones afectadas.
La respuesta en Bulape también se apoya en una vigorosa movilización comunitaria, en la que los líderes comunitarios informan a su pueblo, incluso en mercados e iglesias, para sensibilizarlos sobre la vacunación y el aislamiento, y reforzar la confianza en la respuesta.
La OMS ha desplegado a más de 100 expertos y proporcionado 150 toneladas de suministros médicos, ambulancias, motocicletas y tabletas digitales para la rápida recopilación e intercambio de datos.
También apoyamos al Gobierno para que las personas que se han recuperado reciban atención continua mediante un programa de atención a supervivientes.
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Responder a las emergencias es solo una parte de la labor de la OMS; apoyar a los países para que estén preparados es otra.
La OMS publica hoy su nuevo Marco de Alerta y Respuesta frente a Emergencias Sanitarias en los Países, que describe los principales pasos para una respuesta de emergencia eficaz y coordinada a escala local y nacional.
Para ello se necesitan sistemas especializados con funciones claras; personal capacitado; procedimientos flexibles para gestionar información que cambia rápidamente; y mucho más.
El marco se ha elaborado a partir de las enseñanzas derivadas de experiencias reales, en particular la pandemia de COVID-19.
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Por último, mañana es el Día Mundial contra la Poliomielitis.
Cuando pusimos en marcha la Iniciativa de Erradicación Mundial de la Poliomielitis en 1988, más de 350 000 niños quedaban paralizados por la enfermedad cada año.
Hoy, esa cifra se ha reducido en más del 99 por ciento: en lo que va de año solo se han notificado 36 casos de poliovirus salvaje.
El éxito se debe en gran medida al liderazgo de Rotary International, pionero en la eliminación de la poliomielitis.
Esta semana tuve la oportunidad de dar la bienvenida a los asociados de Rotary aquí, en la OMS, y darles las gracias por su cooperación, que nos ha permitido llegar tan lejos.
Pero no hemos terminado y mientras haya poliomielitis en algún lugar, la amenaza está por doquier.
Hace décadas, se superaron las barreras geopolíticas y geográficas para poner fin a la viruela.
Hagamos lo mismo con la poliomielitis. Lleguemos hasta el final.
Tarik, le devuelvo la palabra.