Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
Hace dos semanas, formulé recomendaciones permanentes para orientar a los países sobre el manejo a largo plazo de la COVID-19.
Dije entonces que la COVID-19 sigue siendo una amenaza para la salud mundial.
Aunque a la OMS le siguen llegando cada vez menos datos al respecto, hemos observado un aumento de las notificaciones sobre hospitalizaciones, ingresos en unidades de cuidados intensivos y muertes en algunos países.
Seguimos pidiendo a todos los países que refuercen la vigilancia, la secuenciación y la notificación para que podamos evaluar el riesgo de las nuevas variantes, como la EG.5 y la BA.2.86.
Y continuamos pidiendo a todos los países que apliquen las recomendaciones permanentes para salvar vidas y prevenir la carga de la COVID-19 de larga duración.
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Hace poco más de un año, declaré que el brote mundial de viruela símica constituía una emergencia de salud pública de importancia internacional.
Hasta el momento, los datos notificados a la OMS por 114 países arrojan más de 90 000 casos y 156 muertes. Sin embargo, sabemos que el número real de casos y muertes es mayor, debido a la infranotificación de casos en varios países.
Fuera de África, la mayoría de los casos se dan entre hombres, y en los casos en los que se informa de la orientación sexual, la mayoría de los casos se dan entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.
Como ustedes saben, en mayo de este año declaré el fin de la emergencia de salud pública de importancia internacional por viruela símica.
El número de casos notificados, hospitalizaciones y muertes a nivel mundial no ha dejado de disminuir desde agosto del año pasado.
Sin embargo, se ha producido un aumento notable de casos en los últimos dos meses en Asia, y se siguen notificando casos regularmente en África.
Al igual que había hecho con la COVID-19, establecí un comité de examen para que me asesorara sobre las recomendaciones permanentes con vistas a ayudar a los países a gestionar la viruela símica a largo plazo.
El martes de esta semana, por recomendación del comité, emití las siguientes recomendaciones, en siete ámbitos principales.
Primero, todos los países deberían elaborar y aplicar planes nacionales de viruela símica, con el objetivo de eliminar la transmisión de persona a persona.
Segundo, a fin de mantener el control y lograr su eliminación, los países deberían llevar a cabo un estrecho seguimiento de la viruela símica y mantener la vigilancia de los brotes.
Tercero, todos los países habrían de mejorar la protección de la comunidad, comunicando los riesgos, trabajando estrechamente con las organizaciones y los representantes comunitarios, y combatiendo la estigmatización y la discriminación.
Cuarto, todos los países deberían llevar a cabo, apoyar y colaborar en investigaciones sobre la prevención y el control de la viruela símica.
Quinto, todos los países deberían informar a los viajeros que puedan estar en situación de riesgo sobre cómo protegerse a sí mismos y a los demás.
Sexto, todos los países deberían prestar una atención clínica óptima para la viruela símica, integrada en los programas del VIH y otras infecciones de transmisión sexual y otros servicios de salud, según sea necesario.
Y séptimo, todos los países habrían de trabajar para garantizar el acceso equitativo a las vacunas, pruebas y tratamientos seguros, efectivos y de calidad garantizada para la viruela símica, con el fin de llegar a las personas que corren mayor riesgo o más atención necesitan.
Para hablar más sobre la labor del comité y su asesoramiento, me complace dar la bienvenida a su presidente, el profesor Preben Aavitsland, del Departamento de Salud Pública Mundial y Atención Primaria de Salud de la Universidad de Bergen (Noruega).
Profesor Aavitsland, gracias por liderar el comité y por las sólidas recomendaciones que han propuesto. Le cedo la palabra.
[HABLA EL PROFESOR AAVITSLAND]
Gracias, profesor Aavitsland, y le agradezco nuevamente su liderazgo en el comité de examen sobre las recomendaciones permanentes de la viruela símica y la COVID-19.
Como ha dicho el profesor Aavitsland, involucrar a las comunidades es fundamental para la respuesta a la viruela símica. De hecho, es clave en todos los ámbitos de la salud.
Escuchar las voces de las personas y las comunidades es esencial para abordar los retos a los que se enfrentan.
Fortalecer el trabajo de la OMS con la sociedad civil ha sido una prioridad fundamental para la Organización, como parte de la transformación que hemos estado llevando a cabo desde que asumí el puesto de Director General en 2017.
Hemos establecido el Grupo Especial de la Sociedad Civil sobre la Tuberculosis, el Grupo Consultivo de la OMS sobre Mujeres con Infección por el VIH, el Grupo de Trabajo de la Sociedad Civil de la OMS sobre Enfermedades No Transmisibles y otras formas de colaborar con la sociedad civil en cuestiones específicas de salud.
También he mantenido un diálogo regular con la sociedad civil sobre temas como la COVID-19 de larga duración, el envejecimiento saludable, la salud sexual y reproductiva, la medicina tradicional, el cambio climático, la financiación sostenible y otros, a fin de escuchar de primera mano los retos a que se enfrenta la sociedad civil y las soluciones que propone.
No obstante, reconocemos que tenemos que hacer que la colaboración con la sociedad civil sea más sistemática en los tres niveles de la Organización y establecer formas de escuchar a las personas a las que sirve la OMS.
Ayer pusimos en marcha la Comisión de la Sociedad Civil de la OMS, que nos asesorará sobre cómo mejorar la colaboración con las comunidades a las que servimos.
Para contarnos más sobre la labor de la Comisión de la Sociedad Civil, me complace dar la bienvenida a la copresidenta de su comité directivo, Lisa Hilmi. Lisa es Directora Ejecutiva de CORE Group, una organización que reúne a profesionales de la atención de salud y a profesionales de la salud pública con el fin de mejorar las prácticas de salud comunitaria para las poblaciones subatendidas.
Lisa, gracias por acompañarnos hoy, y gracias por su liderazgo en esta importante nueva iniciativa. Tiene la palabra.
[HABLA LISA HILMI]
Gracias de nuevo, Lisa, y será un placer seguir trabajando con usted en los meses y años venideros.
Antes de pasar a las preguntas y respuestas, unas palabras sobre otro par de cuestiones:
La semana pasada, tuve el honor de estar en la India con motivo de la Reunión de Ministros de Salud del G20.
Uno de los principales resultados de salud de la Presidencia del G20 de la India es el lanzamiento de la Iniciativa Mundial sobre Salud Digital.
En los últimos veinte años, se ha desatado el poder y el potencial de las tecnologías digitales para la salud, entre ellas la inteligencia artificial.
Uno de los principales desafíos a los que nos enfrentamos es la considerable fragmentación, impulsada por la proliferación de nuevas herramientas digitales.
La Iniciativa Mundial sobre Salud Digital ayudará a superar esta fragmentación mediante un proceso de convocatoria y convergencia en relación con normas mundiales y mejores prácticas.
Lo más importante es que esta iniciativa pone a los países en el centro, escuchando lo que necesitan, coordinando recursos para ayudarlos y proporcionando sólidos componentes que permitan a los empresarios locales apoyar las prioridades de salud pública.
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En paralelo a la Reunión de Ministros de Salud del G20 celebrada en la India la semana pasada, la OMS también organizó la primera cumbre mundial sobre medicina tradicional.
A lo largo de la historia, personas de todos los países y culturas han utilizado los conocimientos indígenas, los recursos naturales y la medicina tradicional, complementaria e integradora para responder a sus necesidades de salud y bienestar.
Para cientos de millones de personas, la medicina tradicional es simplemente medicina, a la que recurren para mejorar su salud y bienestar.
Muchos de los tratamientos más importantes de la llamada medicina «convencional» tienen su origen en la medicina tradicional, tales como la artemisinina —que es la piedra angular del tratamiento de la malaria—, medicamentos para cánceres infantiles, la aspirina, las píldoras anticonceptivas y la vacuna antivariólica.
No hay duda de que la medicina tradicional tiene su propio valor, independientemente de lo que aporte a la medicina convencional.
Sin embargo, con demasiada frecuencia, la medicina tradicional se estigmatiza o se tacha de acientífica.
Permítanme que sea muy claro: la OMS se ha comprometido a desarrollar la base científica para respaldar el uso seguro y eficaz de la medicina tradicional, complementaria e integradora en todos los países.
Ignorar la medicina tradicional es ignorar un componente clave de la atención médica para una gran parte de la población mundial.
El año pasado tuve el honor de inaugurar el Centro Mundial de la OMS para la Medicina Tradicional en la India, en compañía del Primer Ministro Narendra Modi.
Ese centro ampliará las capacidades para aumentar el conjunto de pruebas y datos que sienten las bases de las políticas, normas y reglamentos para el uso seguro, costoeficaz y equitativo de la medicina tradicional, complementaria e integradora.
Tarik, le devuelvo la palabra.