Buenos días, buenas tardes y buenas noches:

 

En primer lugar, voy a referirme a los brotes de enfermedad por el virus de Marburgo en Guinea Ecuatorial y Tanzanía.

 

En Guinea Ecuatorial, la OMS trabaja en el terreno con sus asociados para ayudar al Ministerio de Salud a responder al brote.

 

Hemos desplegado equipos para ayudar en la detección de casos, la atención clínica, la logística y la participación de la colectividad.

 

También hemos ayudado a establecer unidades de tratamiento en las zonas afectadas.

 

Se han notificado oficialmente nueve casos, siete de ellos mortales, en tres provincias.

 

Sin embargo, estas tres provincias están separadas por 150 kilómetros, un dato indicativo de que la transmisión del virus es más generalizada.

 

La OMS tiene conocimiento de otros casos y hemos pedido a las autoridades gubernamentales que los notifiquen oficialmente.

 

En Tanzanía se han confirmado ocho casos, cinco de ellos mortales.

 

Tres personas están en tratamiento en un establecimiento de salud. Entre los casos confirmados hay dos trabajadores de la salud, uno de ellos fallecido.

 

Por el momento, todos los casos se han notificado en la misma zona.

 

La OMS y sus asociados, entre ellos el UNICEF, los CDC de los Estados Unidos de América y Médecins sans frontières, han ofrecido apoyo al Gobierno para colmar cualquier laguna existente en las actividades de respuesta.

 

Como transmitimos la pasada semana, la OMS está trabajando para empezar lo antes posible los ensayos de vacunas y tratamientos.

 

Un comité de la OMS ha examinado ya las pruebas de cuatro vacunas. Los protocolos del ensayo están terminados y nuestros asociados están listos para ayudar a ponerlos en marcha.

 

Estamos deseando trabajar con los gobiernos de ambos países para iniciar estos ensayos a fin de ayudar a prevenir casos y defunciones ahora y ante futuros brotes.

 

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Los brotes de enfermedad por el virus de Marburgo nos recuerdan una vez más que solo podemos proteger verdaderamente la salud de las personas si hacemos lo propio con la de los animales y con nuestro planeta, del que depende toda la vida.

 

En ello consiste el enfoque de «Una sola salud».

 

El concepto de que hay «una sola salud» no es nuevo. Durante décadas, la OMS ha colaborado con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y la Organización Mundial de Sanidad Animal en una alianza tripartita para hacer frente a los riesgos para la salud derivados de las interacciones entre los seres humanos, los animales y el medio ambiente.

 

Desde el inicio de la pandemia de COVID-19 hemos vuelto a constatar que necesitamos ampliar el enfoque de «Una sola salud» para ir más allá de su marco teórico y llevarlo a la práctica.

 

Por ello, esta alianza se amplió el pasado año con la incorporación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente a fin de constituir la actual Alianza Cuatripartita.

 

Esta semana, la Alianza Cuatripartita ha celebrado su reunión anual de máximos responsables aquí, en la sede ginebrina de la OMS.

 

Hacemos un llamado a los países para que prioricen el enfoque de «Una sola salud», reforzando las políticas, las estrategias, los planes, la evidencia, las inversiones y el personal necesarios para afrontar adecuadamente las amenazas derivadas de nuestra relación con los animales y el medio ambiente.

 

Para respaldar estas medidas, la Alianza Cuatripartita ha aprobado esta semana un proyecto de guía para aplicar el Plan de Acción Conjunto del enfoque de «Una sola salud».

 

Nos complace también ver que el enfoque de «Una sola salud» se incluye como principio esencial en el proyecto preliminar del acuerdo sobre pandemias que están negociando los países.

 

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El enfoque de «Una sola salud» será fundamental para evitar que los virus se transmitan de los animales a las personas.

 

Así es como empezaron muchas epidemias, como la de la infección por el VIH, la enfermedad por el virus de Marburgo, el ébola, la gripe aviar, la viruela símica, el MERS y la epidemia de SRAS de 2003.

 

Una de las personas que más contribuyó a descubrir que el SRAS era una enfermedad nueva y mortal fue el Dr. Carlo Urbani, a la sazón Director del Departamento de Enfermedades Infecciosas de la Región del Pacífico Occidental de la OMS, mientras trabajaba en Viet Nam.

 

Un día, el Dr. Urbani recibió una llamada de un hospital de Hanoi que le pidió ayuda para investigar lo que parecía un caso grave de gripe. Tras explorar al paciente, el Dr. Urbani se dio cuenta de que no tenía gripe y de que podía tratarse de algo distinto.

 

La rápida actuación del Dr. Urbani fue fundamental para ayudar a contener el brote, pues desencadenó una respuesta mundial que resultó decisiva para detener el brote en Viet Nam y salvar innumerables vidas en todo el mundo.

 

El Dr. Urbani se percató de que se trataba de una nueva enfermedad muy contagiosa y decidió pasar varios días en el hospital coordinando los procedimientos de prevención y control de las infecciones y las medidas de cuarentena y manteniendo alta la moral del personal del hospital.

 

Al mes siguiente, durante un vuelo a Bangkok, el Dr. Urbani presentó síntomas de SRAS y, menos de tres semanas después, falleció a causa de las complicaciones de la enfermedad. Tenía 46 años y dejó esposa y tres hijos.

 

El sábado tendré el honor de participar en la inauguración del Museo Carlo Urbani en Castelplanio (Italia), su ciudad natal.

 

Hoy nos honra contar con la presencia de Tommaso Urbani, su hijo.

 

Tommaso, muchas gracias por estar aquí con nosotros. Te cedo la palabra.

 

[TOMMASO URBANI SE DIRIGE A LOS MEDIOS]

 

Grazie mille, Tommaso, hasta pronto y gracias de nuevo por dar continuidad al legado de tu padre.

 

En vísperas del 75.º aniversario de la OMS que celebraremos la próxima semana, quiero manifestar que el Dr. Urbani encarnó todo lo que representa nuestra Organización: personas increíbles que hacen cosas increíbles para proteger a los demás, exponiéndose a veces a riesgos importantes. Como hizo Carlo Urbani, incluso dando su vida para salvar la de los demás.

 

Christian, te devuelvo la palabra.