Buenos días, buenas tardes y buenas noches, 

La OMS acoge con satisfacción la prórroga de la pausa humanitaria en el conflicto de Gaza y la liberación de rehenes y prisioneros por ambas partes. 

Gracias a esta pausa la OMS ha podido incrementar las entregas de suministros médicos en Gaza y trasladar pacientes del hospital Al-Shifa a otros hospitales situados al sur del Wadi Gaza. 

Durante los tres primeros días de la pausa, la OMS recibió 121 palés de suministros en nuestro almacén de Gaza, que incluían líquidos intravenosos, medicamentos, material de laboratorio, productos médicos desechables y material quirúrgico y de traumatología. 

Estos suministros permiten atender a alrededor de 90 000 personas. 

Sin embargo, se necesita mucho más. 

Mantenemos nuestra petición de un alto el fuego sostenido para que se pueda seguir entregando ayuda y, con ello, evitar más sufrimiento a la población civil. 

Pedimos también la liberación del resto de rehenes israelíes y que se preste la atención médica necesaria a los que siguen retenidos. 

La mayor preocupación de la OMS sigue siendo brindar respaldo al funcionamiento del sistema y los trabajadores de la salud de Gaza. 

De los 36 hospitales de Gaza únicamente siguen funcionando 15, pero están completamente desbordados. Por ejemplo, actualmente el hospital europeo de Gaza está funcionando al triple de su capacidad. 

De los 24 hospitales que había al norte del Wadi Gaza antes del inicio del conflicto, solo tres funcionan al nivel más básico, pero carecen de combustible, agua y alimentos. 

Se debe proteger, respaldar y ampliar la capacidad que le queda al sistema de salud. 

Las necesidades de salud de la población de Gaza han aumentado drásticamente, pero ahora se atienden con un tercio de los hospitales y centros de atención primaria. 

A su vez, la grave situación de hacinamiento aumenta el riesgo de epidemias de infecciones de las vías respiratorias, diarrea acuosa aguda, hepatitis, sarna, piojos y otras enfermedades. 

La OMS está trabajando para prestar respaldo al sistema y los trabajadores de salud de Gaza de todas las formas a nuestro alcance. 

Junto con nuestros asociados, estamos distribuyendo suministros, coordinando equipos médicos de emergencia para incrementar la capacidad clínica de los hospitales existentes y creando hospitales de campaña independientes en lugares estratégicos. 

Deseamos expresar nuestro agradecimiento a los asociados que colaboran con nosotros. 

Sin embargo, insistimos en que los equipos médicos de emergencia y los hospitales de campaña solo pueden complementar el sistema de salud de Gaza, no sustituirlo. 

El objetivo prioritario debe ser apoyar a los trabajadores de la salud, hospitales y dispensarios de Gaza para que hagan su trabajo. 

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Esta semana, el mundo se reúne en los Emiratos Árabes Unidos para celebrar la COP28, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. 

Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, alrededor de 3 500 millones de personas, casi la mitad de la humanidad, viven en zonas muy vulnerables a la crisis del clima. 

Solo durante este año, las catastróficas inundaciones de Libia y el Cuerno de África han provocado la pérdida de vidas y medios de subsistencia, y esta misma semana el Brasil ha alcanzado temperaturas récord. 

Un planeta sin salud significa personas sin salud.  

En dos décadas, las muertes relacionadas con el calor entre las personas mayores de 65 años han aumentado un 70% en todo el mundo. 

Cada año mueren 7 millones de personas a causa de la contaminación atmosférica. 

Los cambios en las pautas meteorológicas, impulsados por la actividad humana y la quema de combustibles fósiles, están favoreciendo que se produzca un número sin precedentes de brotes de cólera. 

Asimismo, el calentamiento de nuestro planeta está expandiendo las zonas con presencia de  mosquitos, que transportan patógenos peligrosos como el dengue, la chikungunya, el zika y la fiebre amarilla, hasta lugares donde nunca se habían enfrentado a ellos. 

La crisis climática es una crisis de salud. 

Por eso nos complace que este año, por primera vez, la COP celebre una jornada dedicada a la salud, que contará con la presencia de más de 50 ministros de salud de todo el mundo. 

En la COP haré tres llamamientos concretos: 

El primero, para lograr un mundo respetuoso con el clima. 

La OMS hace un llamamiento a los dirigentes gubernamentales y de las industrias para que colaboren en la eliminación gradual y urgente de los combustibles fósiles y aceleren la transición hacia la energía limpia. 

Los combustibles fósiles –carbón, petróleo y gas– son, con mucha diferencia, el principal factor contribuyente al cambio climático mundial, ya que representan más del 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero. 

Por tanto, la única forma de que los países cumplan su compromiso de limitar el calentamiento global a 1,5 ºC consiste en que el mundo deje de lado los combustibles fósiles. Es un imperativo de salud pública.  

El segundo será para dotarnos de sistemas de salud respetuosos con el clima. 

Si bien el sector de la salud se ve afectado por el cambio climático, también contribuye a él, al aportar alrededor del 5% de las emisiones mundiales. 

Para reducir esta aportación debemos centrarnos en descarbonizar los sistemas de salud. 

Al mismo tiempo, tenemos que seguir reforzando los sistemas de salud para hacerlos más resilientes al clima. 

Eso significa reforzar el personal de salud y los sistemas de vigilancia de las enfermedades, tomando como base las inversiones que hicieron muchos países durante la pandemia de COVID‑19. 

Y también significa ampliar el control de vectores y el acceso al agua potable y al saneamiento. 

En tercer lugar, hablaré de la financiación. 

El sector de la salud está en la primera línea de la crisis climática, pero solo recibe la mitad del 1% de la financiación mundial para el clima.  

El mundo gasta cada año billones de dólares de dinero público en subvenciones a los combustibles fósiles. 

Solicitamos a los gobiernos y a los inversores que reorienten esos fondos para destinarlos a proteger y promover la salud de nuestro planeta, y la salud de las personas. 

Y pedimos a los países de ingreso alto que cumplan su promesa de aportar US$ 100 000 millones en concepto de apoyo. 

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Por último, este viernes se celebra el Día Mundial del SIDA. 

El lema de este año es «Que lideren las comunidades». Con él se afirma el papel vital que desempeñan las comunidades afectadas a la hora de liderar la respuesta frente al VIH. 

Gracias a décadas de activismo, promoción y apoyo por parte de las comunidades afectadas se han evitado millones de nuevas infecciones y se ha logrado que 30 millones de personas reciban actualmente tratamiento antirretroviral. 

Dado que los servicios de prevención y tratamiento del VIH se prestan cada vez más en entornos comunitarios y de atención primaria de salud, las comunidades y los agentes de salud comunitarios han adquirido una función aún más fundamental. 

Debemos permanecer unidos a fin de garantizar a las comunidades la financiación y los recursos que necesitan para defender los derechos humanos, combatir la estigmatización y ayudarnos a acabar para siempre con el sida. 

Gracias. 

Margaret, le devuelvo la palabra.