Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
Ayer me reuní por segunda vez con las familias de los rehenes israelíes retenidos en Gaza.
Escuché y sentí su dolor y angustia.
La OMS sigue exigiendo que los rehenes sean liberados ilesos y sin condiciones.
Estamos muy preocupados por su salud y bienestar, al igual que lo estamos por la salud y el bienestar de los habitantes de Gaza, cuya situación se vuelve cada vez más precaria.
En los últimos tres días, la OMS no ha recibido noticias sobre el número de muertos o heridos en Gaza, lo que complica que evaluemos el funcionamiento del sistema de salud.
Lo que sí sabemos es que tan solo un cuarto de los hospitales de Gaza siguen en funcionamiento (26 de los 36 hospitales están actualmente cerrados, ya sea debido a los daños, a los ataques o al agotamiento del combustible).
Los pacientes, los trabajadores de la salud y las ambulancias no pueden entrar ni salir de algunos hospitales.
Antes del conflicto había aproximadamente 3500 camas de hospital en Gaza; actualmente se estima que hay 1400. Hay muchos más pacientes que camas.
Los doctores y enfermeros se están viendo obligados a tomar decisiones imposibles sobre quién vive y quién muere.
Las lluvias torrenciales han inundado los campamentos provisionales por la noche, lo que ha empeorado aún más las condiciones de las personas desplazadas.
La incursión militar israelí en el hospital Al-Shifa en la ciudad de Gaza es totalmente inaceptable.
Los hospitales no son campos de batalla.
Estamos extremadamente preocupados por la seguridad del personal y los pacientes. Es primordial protegerlos.
La OMS ha perdido el contacto con los trabajadores de la salud del hospital Al-Shifa.
Pero hay algo que está claro: de acuerdo con el derecho internacional humanitario, los establecimientos de salud, los trabajadores de la salud, las ambulancias y los pacientes deben ser salvaguardados y protegidos frente a todos los actos de guerra.
No solo eso: deben ser protegidos activamente en la planificación militar.
Incluso si los establecimientos de salud se usan para fines militares, los principios de distinción, precaución y proporcionalidad siempre se deben aplicar.
La seguridad de los pacientes y el personal, así como la integridad de los sistemas de salud dentro de la comunidad en general, son preocupaciones prioritarias.
El derecho internacional humanitario debe respetarse.
La OMS tiene personal que vive en Gaza, pero muchos de ellos han sido desplazados y solo están tratando de protegerse a sí mismos y a sus familias.
Uno de nuestros trabajadores declaró lo siguiente esta semana: «No hay agua, comida ni electricidad, solo bombardeos, bombardeos y bombardeos.»
Ayer, varios funcionarios internacionales llegaron para coordinar nuestra operación. He hablado con nuestros colegas en Gaza esta mañana.
Dijeron que las necesidades más apremiantes son un alto el fuego, la apertura sostenida del cruce de Rafah, la circulación segura de la asistencia humanitaria y los trabajadores y la restauración de los suministros de electricidad y combustible.
Se necesita electricidad para suministrar energía a las plantas de desalación y de depuración de aguas residuales, los hospitales y las telecomunicaciones; y combustible para distribuir la ayuda.
Puede que consigamos llevar esta ayuda a Gaza a través del paso de Rafah, pero, sin combustible, no podemos transportarla a donde se necesita.
Este lunes, la carretilla elevadora que utilizamos para cargar los recursos de ayuda en los caminos dentro de Gaza se quedó sin combustible.
Los proveedores de telecomunicaciones en Gaza han dicho que, sin combustible o electricidad, sus redes se apagarán en las próximas horas.
Hace unas horas entró en Gaza un camión con 23 000 litros de combustible, pero Israel ha limitado su uso al transporte de ayuda desde Rafah.
Se necesitan al menos 120 000 litros cada día para el funcionamiento de los generadores de los hospitales, ambulancias, plantas de desalinización, estaciones depuradoras de aguas residuales y telecomunicaciones.
La solución a este problema es sencilla: hay que restaurar el suministro eléctrico y se debe permitir la entrada de suficiente combustible para hacer funcionar la infraestructura vital y distribuir la ayuda vital.
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Aunque la situación en Gaza domina con razón nuestros titulares, la labor de la OMS continúa en muchos otros ámbitos.
La pandemia de COVID-19 atrajo la atención pública sobre el problema del aislamiento social y la soledad, que afecta a todos los países, comunidades y personas de todas las edades.
Sin embargo, este problema estaba presente desde mucho antes de la pandemia, y continúa existiendo para muchas personas en el mundo.
Actualmente, una de cada cuatro personas mayores experimenta aislamiento social, y uno de cada seis adolescentes está socialmente aislado y solo, aunque esta es probablemente una subestimación.
El aislamiento social y la soledad afectan a la salud tanto física como mental.
Se asocia con un aumento de hasta el 50 por ciento de la demencia y un aumento del 30 por ciento de los accidentes cerebrovasculares y las enfermedades cardiovasculares.
La conexión social tiene enormes beneficios en la mejora de la salud, la educación y la economía.
Existen muchas iniciativas en el mundo para promover la conexión social en diferentes comunidades, pero aún no sabemos cuáles son las que mejor funcionan.
Necesitamos liderazgo a nivel mundial para identificar las mejores inversiones y ayudarnos a proporcionar los recursos necesarios para la aplicación de estas soluciones.
Por ello, me enorgullece presentarles hoy la puesta en marcha de la Comisión de la OMS sobre Conexión Social.
Se trata de la primera iniciativa mundial que aborda la epidemia de la soledad.
La Comisión trabajará para comprender la gravedad de los riesgos que supone el aislamiento social para la salud y buscar soluciones y recursos eficaces.
Me complace anunciar hoy a los Copresidentes de la Comisión de la OMS sobre Conexión Social, compuesta por once miembros: el Dr. Vivek Murthy, Director General de Salud de los Estados Unidos, y la Sra. Chido Mpemba, Enviada de la Comisión de la Unión Africana para la Juventud.
Chido, gracias por aceptar liderar esta importante iniciativa. Le cedo la palabra.
[LA SRA. MPEMBA TOMÓ LA PALABRA ANTE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN]
Muchas gracias, Chido.
Dr. Murthy, gracias por su compromiso con esta importante iniciativa. Muchas gracias por su liderazgo. Recuerdo que el año pasado me explicó su compromiso con la causa y sus ideas, y yo le comenté que la OMS le apoyaría en todo lo posible. Sé lo que esto significa para usted y lo apasionado que es. Tiene la palabra.
[EL DR. MURTHY TOMÓ LA PALABRA ANTE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN]
Muchas gracias, Dr. Murthy, Director General de Salud, por su liderazgo.
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Por último, hoy, The Lancet ha publicado su octavo informe de cuenta atrás sobre salud y cambio climático, en el que se subraya cómo los impactos del cambio climático en la salud están aumentando en todo el mundo y cobrándose vidas y medios de subsistencia.
La crisis climática está empeorando la gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos, lo que aumenta la inseguridad alimentaria, exacerba las enfermedades respiratorias y contribuye a la propagación de enfermedades infecciosas.
Alcanzar la meta del Acuerdo de París de limitar el calentamiento mundial a 1,5 °C es un imperativo de salud pública.
La OMS se une al llamado que se hace en este informe para que se lleve a cabo una acción transformadora para reducir la contaminación atmosférica y aumentar la equidad en la salud.
Espero con interés la COP28 en los Emiratos Árabes Unidos el mes que viene, que por primera vez incluirá un día dedicado a la salud.
Juntos, tenemos que seguir recordando al mundo que la crisis climática es una crisis de salud.
Margaret, le devuelvo la palabra.