Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
Hablaré en primer lugar de Uganda, donde la OMS sigue apoyando al Gobierno en su respuesta a un brote de ébola en cuatro distritos.
Hasta la fecha, se han notificado 63 casos confirmados y probables, 29 de ellos mortales.
Diez trabajadores de la salud se han infectado, y cuatro han muerto.
Cuatro personas se han recuperado y están recibiendo atención de seguimiento.
La OMS ha liberado US$ 2 millones del Fondo para Contingencias relacionadas con Emergencias, y estamos trabajando con nuestros asociados para prestar apoyo al Ministerio de Salud mediante el envío de especialistas, suministros y recursos adicionales.
Cuando se produce un retraso en la detección de un brote de ébola, es normal que el número de casos aumente de manera constante al principio antes de que vaya disminuyendo conforme se ponen en marcha intervenciones que salvan vidas y se adoptan medidas de lucha contra brotes epidémicos.
Las vacunas utilizadas con éxito para frenar los recientes brotes de ébola en la República Democrática del Congo no son eficaces contra el tipo de virus del Ébola que ha causado este brote en Uganda.
Sin embargo, varias vacunas se encuentran en distintas etapas de desarrollo contra este virus, y, en el caso de dos de ellas, los ensayos clínicos en Uganda podrían comenzar en las próximas semanas, a la espera de que el Gobierno del país conceda las aprobaciones reglamentarias y relacionadas con aspectos deontológicos.
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Pasemos ahora al Pakistán.
Aunque la crecida de las aguas se ha detenido, el peligro no hace sino aumentar.
Las inundaciones se cobraron más de 1500 vidas, pero muchas más podrían perderse por enfermedades en las próximas semanas si no media una respuesta internacional a gran escala y urgente.
El Director Ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, Dr. Mike Ryan, ha encabezado un equipo que se ha desplazado al Pakistán para evaluar las necesidades.
Aproximadamente el 10 % de todos los establecimientos de salud del Pakistán han sufrido daños, lo que deja a millones de personas sin acceso a atención de la salud.
Las existencias de medicamentos esenciales y suministros médicos son limitadas o se han perdido;
Los daños en carreteras y puentes impiden el acceso a servicios y suministros;
Y tanto los mecanismos de vigilancia de la morbilidad como los de derivación de pacientes se han visto gravemente afectados.
El país sufre actualmente brotes de paludismo, cólera y dengue y un aumento de las infecciones cutáneas, y estimamos que, cada día, más de 2000 mujeres dan a luz, la mayoría de ellas en condiciones inseguras.
La OMS se centra en apoyar a cuatro grupos de personas:
Las que están en campamentos, a las que podemos llegar fácilmente, si bien constituyen un porcentaje pequeño del total que necesita asistencia.
Las que, a lo largo de centenares de kilómetros, viven en los márgenes de las carreteras.
Las que se encuentran en zonas aisladas por las aguas de crecida, a las que es muy difícil acceder.
Y las personas de zonas en las que el agua está retrocediendo, y que vuelven a aldeas y hogares destruidos.
En agosto, la OMS liberó US$ 10 millones del Fondo para Contingencias relacionadas con Emergencias, pero este desastre descomunal y sin precedentes requiere una respuesta a gran escala y sin precedentes.
Hoy hemos hecho un llamamiento con el objetivo de recaudar fondos por valor de US$ 81,5 millones para respaldar la labor de la OMS en apoyo a la prestación de servicios de inmunización y otros servicios de salud vitales;
hacer frente a la malnutrición aguda grave;
mejorar la vigilancia de la morbilidad;
y fortalecer el agua y el saneamiento.
Instamos a nuestros donantes y asociados a que apoyen esta iniciativa. En palabras del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, no estamos hablando de generosidad, sino de justicia.
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Ocupémonos ahora de la COVID-19.
Varios países de Europa han comunicado un aumento en el número de los casos, las hospitalizaciones y los fallecimientos relacionados con la COVID-19.
Esta situación es previsible pues está llegando el frío y la gente pasa más tiempo junta en interiores, y la mayoría de los países han abandonado las medidas para limitar la propagación del virus.
Es de prever que aumente el número de casos de COVID-19 notificados, pero no tiene por qué suceder lo mismo con las muertes, dado que disponemos de vacunas y de tratamientos que pueden salvar vidas.
La variante ómicron sigue siendo la dominante a nivel mundial, y la OMS, en colaboración con nuestros asociados, está rastreando más de 300 subvariantes.
Con todo, la vigilancia, las pruebas y la secuenciación continúan siendo débiles a nivel mundial, lo que hace que rastrear este virus sea como perseguir una sombra.
Por ese motivo, seguimos pidiendo a todos los países que aumenten la vigilancia, las pruebas y la secuenciación, y que velen por que los grupos de mayor riesgo reciban la vacuna.
Al mismo tiempo, comienza la temporada gripal en el hemisferio norte.
Las medidas adoptadas para frenar la propagación de la COVID-19 durante la pandemia también contribuyeron a reducir la carga de la gripe.
No obstante, una vez levantadas la mayoría de estas medidas, la gripe ha vuelto, y no deberíamos tomárnosla a la ligera.
Las vacunas contra la gripe son seguras y eficaces para reducir el número de casos de enfermedad grave y defunción, especialmente entre los grupos de mayor riesgo.
Así que, se lo ruego, vacúnense contra la gripe.
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Otra enfermedad que regresa en contra de nuestros deseos es el cólera.
Después de años en los que disminuyó el número de casos a nivel mundial, durante el año pasado asistimos a un aumento preocupante de los brotes de cólera en todo el mundo.
Durante los primeros nueve meses de este año, 27 países han notificado brotes de cólera.
No solo está aumentando el número de brotes, sino también su letalidad.
Los datos de que disponemos, aunque limitados, muestran que la tasa promedio de letalidad en lo que va de año prácticamente triplica la de los últimos cinco años.
En Siria, solo en las últimas seis semanas se han notificado más de 10 000 presuntos casos de cólera.
Y en Haití, tras más de tres años sin casos de cólera, esta semana se han notificado oficialmente dos casos en la capital, Puerto Príncipe, así como 20 presuntos casos y 7 muertes en otras zonas del país, que están siendo objeto de investigación. Es probable que el número real de casos sea sustancialmente mayor.
Este brote supone un verdadero revés, ya que Haití se estaba preparando para obtener, a finales de este año, la certificación conforme a la cual el país está libre de cólera.
Aunque el cólera puede matar en cuestión de horas, se puede prevenir con vacunas y acceso a agua potable y saneamiento y, en los casos más graves, puede tratarse fácilmente mediante rehidratación oral o antibióticos.
Sin embargo, la realidad es que muchas personas no tienen acceso a estas sencillas intervenciones.
En 2013, la OMS creó, junto con nuestros asociados, una reserva internacional de vacunas contra el cólera, que el año pasado envió 27 millones de dosis.
Pero, en vista del número cada vez mayor de brotes, la demanda supera la oferta.
Instamos a los principales fabricantes de vacunas del mundo a que hablen con nosotros sobre cómo podemos aumentar la producción.
Aunque el cólera progresa en contextos de pobreza y de conflicto, el cambio climático lo está impulsando como nunca.
Fenómenos climáticos extremos como las inundaciones, los ciclones y las sequías reducen aún más el acceso a agua salubre y crean el entorno ideal para que el cólera se propague.
El cólera es una enfermedad mortal, pero también es prevenible y tratable. Con la planificación y las medidas adecuadas, podemos invertir esta tendencia.
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Para acabar, la OMS ha emitido hoy una alerta de productos médicos en relación con cuatro medicamentos contaminados identificados en Gambia que podrían estar vinculados a lesiones renales agudas y 66 muertes infantiles.
No hay palabras para describir la desolación que sienten las familias por la pérdida de estas jóvenes vidas.
Los cuatro medicamentos son jarabes para la tos y el resfriado producidos por Maiden Pharmaceuticals Limited, en la India.
La OMS está llevando a cabo nuevas investigaciones con la empresa y las autoridades reguladoras de la India.
Si bien los productos contaminados hasta ahora solo se han detectado en Gambia, es posible que se hayan distribuido a otros países.
La OMS recomienda a todos los países que detecten esos productos y los retiren de la circulación para evitar más daños a los pacientes.
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El ébola en Uganda.
Múltiples brotes epidémicos en el Pakistán.
Casos de cólera en todo el mundo.
La pandemia de COVID-19 en curso.
El brote mundial de la viruela símica.
La amenaza que, cada año, trae consigo la gripe.
Y los medicamentos contaminados.
Todos estos ejemplos ilustran por qué es tan urgente que todos los países, por separado y como comunidad global, inviertan en fortalecer sus mecanismos de defensa frente a brotes que pueden destrozar a familias y comunidades, y paralizar a sociedades y economías.
En particular, muestran por qué son tan importantes las inversiones rentables en materia de vigilancia de la morbilidad y atención primaria de salud.
Las emergencias forman parte de la vida, desafortunadamente. Y aunque podríamos prevenir algunas, no podemos hacerlo con todas.
Pero invertir en unos sistemas de salud robustos a nivel local nos permite mitigar el impacto que tienen las emergencias y salvar muchas vidas.
Margaret, le devuelvo la palabra.