- La COVID-19 ha puesto de manifiesto que, a nivel colectivo, el mundo estaba lamentablemente mal preparado.
- En este nuevo informe, la Junta de Vigilancia Mundial de la Preparación expone las principales lecciones que el mundo debe aprender de la pandemia y las medidas concretas que podemos adoptar para protegernos.
- Si adoptamos un compromiso político y financiero apropiado y realizamos una inversión adecuada ahora, podemos prevenir y mitigar futuras pandemias.
- Este es un momento crítico para los países, y pedimos a los líderes que pongan en práctica las medidas específicas que sabemos que pueden suprimir la propagación y garantizar la protección de los sistemas de salud y los trabajadores sanitarios.
- También pedimos a las personas que continúen adoptando las medidas de protección básicas.
Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
Me complace estar acompañado por la Dra. Gro Brundtland y el Sr. As Sy, dos pesos pesados de la salud pública que ahora copresiden la Junta de Vigilancia Mundial de la Preparación.
Desde el cambio de milenio, los virus del SARS y el MERS, el virus H1N1 y los virus de Zika y el Ebola han evidenciado la creciente aparición de virus que franquean la barrera de las especies entre animales y seres humanos.
La Junta de Vigilancia Mundial de la Preparación fue creada hace dos años por la OMS y el Banco Mundial para romper el ciclo de pánico y desatención del que hemos sido testigos en el transcurso de múltiples brotes de enfermedades.
Se ha seguido la misma pauta de manera recurrente: se ha destinado dinero a los brotes cuando ya estaban en plena expansión, pero luego ya no se disponía de fondos para prevenir el siguiente brote.
Las revisiones y los informes solo son útiles cuando se aplican las recomendaciones que contienen. La COVID-19 ha puesto de manifiesto que, a nivel colectivo, el mundo estaba lamentablemente mal preparado.
Sin embargo, con humildad y unión podemos planificar a largo plazo e invertir en salud y preparación. No se trata de caridad: es una inversión en nuestro futuro colectivo.
En este nuevo informe, la Junta expone las principales lecciones que el mundo debe aprender de la pandemia y las medidas concretas que podemos adoptar para protegernos.
Asegurémonos de que las recomendaciones se tomen en serio y de que nuestros sistemas de alerta temprana y vigilancia sean mejorados para que podamos frenar rápida y eficazmente los brotes.
Esta pandemia ha demostrado que, independientemente de si los países son ricos o pobres, los sistemas de salud pueden verse completamente desbordados y los servicios esenciales pueden desmoronarse.
Como dije, muchos de los países que respondieron bien han aprendido de brotes anteriores.
El 13 de enero de este año, Tailandia fue el primer país fuera de China en registrar un caso de la enfermedad.
La experiencia de Tailandia con el virus del SRAS y el virus H5N1, junto con un sólido sistema de salud pública y vigilancia, brindó al país la «memoria muscular» para responder rápidamente a la COVID-19.
El liderazgo ejercido por el conjunto del Gobierno de Tailandia y la participación de la población con el apoyo de un millón de agentes de salud comunitarios contribuyeron a ampliar rápidamente un sistema eficaz de rastreo y localización.
Esto permitió al país suprimir el virus, ya que los ciudadanos desempeñaron un papel activo en la ruptura de las cadenas de transmisión. La OMS compartió recientemente un vídeo en el que se esboza la respuesta de Tailandia, y le damos las gracias al país por ello.
El desarrollo de una «memoria muscular», como hizo Tailandia a partir de anteriores brotes, es fundamental para la respuesta a una pandemia, y ahora necesitamos que todo el mundo refuerce la preparación.
Más allá de las interminables advertencias sobre la falta de preparación del mundo, todos los países tienen que trabajar juntos e invertir para garantizar que una pandemia de esta magnitud y gravedad no vuelva a ocurrir nunca más.
Si adoptamos un compromiso político y financiero apropiado y realizamos una inversión adecuada ahora, podemos prevenir y mitigar futuras pandemias.
En un mundo que se está calentando y en el que la intensificación de la actividad humana está reduciendo los espacios salvajes, la probabilidad de que un nuevo patógeno pase de los animales a los seres humanos es cada vez mayor.
Sabemos con certeza que habrá futuros nuevos virus y otra enfermedad llamada X.
Pero también tenemos las herramientas y sabemos que la única manera de hacer frente a estas amenazas mundiales es actuando como una comunidad mundial, unida en la solidaridad y comprometida con la cooperación a largo plazo.
A medida que algunos países empiezan a abrirse, vemos que los casos y las muertes empiezan a aumentar y nos preocupa la posible falta de capacidad de los hospitales.
Este es un momento crítico para los países, y pedimos a los líderes que pongan en práctica las medidas específicas que sabemos que pueden suprimir la propagación y garantizar la protección de los sistemas de salud y los trabajadores sanitarios.
También pedimos a las personas que continúen adoptando las medidas de protección básicas: mantener el distanciamiento físico, lavarse las manos, usar mascarillas, taparse la boca y la nariz al estornudar y hacerlo lejos de los demás, evitar las multitudes y mantener las ventanas y puertas abiertas cuando no sea posible reunirse con amigos y familiares en el exterior. Todas estas medidas son necesarias.
Quiero expresar mi agradecimiento al Reino Unido, Egipto e Indonesia por anunciar que se unirán a COVAX. Doy las gracias también a otros países que están adquiriendo compromisos antes de la fecha límite.
En nombre de la OMS y de nuestros asociados del Banco Mundial, quisiera dar las gracias a los copresidentes y miembros de la Junta por este informe y sus recomendaciones.
Para obtener más información sobre las recomendaciones, doy la palabra ahora a mi hermana, la Dra. Bruntland. Tiene usted la palabra.
Muchas gracias, Gro; ahora quisiera invitar al copresidente, mi hermano el Sr. As Sy, a tomar la palabra.