Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
Ya se han notificado a la OMS más de 9,1 millones de casos de COVID-19 y más de 470 000 muertes.
En el primer mes de este brote, se notificaron menos de 10 000 casos. En el último mes, se han notificado casi 4 millones de casos.
Estimamos que llegaremos a un total de 10 millones de casos en la próxima semana.
Este es un aviso serio que nos recuerda que, aun mientras seguimos investigando sobre vacunas y tratamientos, tenemos la responsabilidad apremiante de hacer todo lo que esté a nuestro alcance por suprimir la transmisión y salvar vidas con las herramientas disponibles en estos momentos.
Una de las formas más eficaces de salvar vidas es proporcionar oxígeno a los pacientes que lo necesitan.
En varios informes de prensa publicados hoy se ha destacado el papel crucial del oxígeno en el tratamiento de pacientes de COVID-19 en estado grave y crítico.
La OMS se ha centrado intensamente en esta cuestión desde el comienzo de la pandemia.
Los pacientes de COVID-19 en estado grave y crítico no consiguen suficiente oxígeno en la sangre respirando con normalidad. Necesitan mayores concentraciones de oxígeno y ayuda para que les llegue a los pulmones.
Sin tratamiento, la COVID-19 grave priva a las células y a los órganos del oxígeno que necesitan, lo que en última instancia conduce a la insuficiencia orgánica y a la muerte.
El oxígeno médico se produce utilizando concentradores de oxígeno, que extraen y purifican el oxígeno del aire.
La OMS estima que, al ritmo actual de aproximadamente 1 millón de casos nuevos por semana, el mundo necesita unos 620 000 metros cúbicos de oxígeno al día, lo que equivale a unos 88 000 cilindros grandes.
Sin embargo, muchos países están teniendo dificultades para obtener concentradores de oxígeno.
El 80 % del mercado está en manos de unas pocas empresas y, hoy por hoy, la demanda es mayor que la oferta.
La OMS y nuestros asociados de las Naciones Unidas están trabajando con fabricantes de todo el mundo a través de distintas redes del sector privado con objeto de adquirir concentradores de oxígeno para los países que más los necesitan.
Las conversaciones entabladas con los proveedores en las últimas semanas han permitido a la OMS adquirir 14 000 concentradores de oxígeno, que se enviarán a 120 países en las próximas semanas.
La OMS ha dado con otros 170 000 concentradores que pueden estar disponibles en los próximos 6 meses, con un valor de US$100 millones.
Además, la OMS ha adquirido 9800 pulsioxímetros, unos dispositivos sencillos que se utilizan para controlar el nivel de oxígeno en la sangre, y ya se están preparando para el envío.
Otra dificultad es que muchos pacientes en estado crítico necesitan un flujo de oxígeno mayor que el producido por la mayoría de los concentradores disponibles en el mercado.
Para solucionarlo, la OMS está prestando apoyo a varios países para que compren equipos que les permitan generar su propio oxígeno concentrado en mayores cantidades. Esta es una solución sostenible para la COVID-19 y una vez pasada esta, pero requiere conocimientos técnicos para su mantenimiento.
La OMS también ha publicado las especificaciones técnicas sobre el diseño de esos equipos, así como orientaciones para los países sobre las fuentes de oxígeno y su distribución.
Esta es solo una de las formas en que la OMS sigue brindando apoyo a los países a base de ciencia, solidaridad y soluciones.
===
A medida que algunos países comienzan a reabrir sus sociedades y economías, las preguntas sobre cómo celebrar reuniones con un gran número de personas de forma segura revisten cada vez mayor importancia.
Esto es particularmente pertinente en el caso de una de las mayores concentraciones multitudinarias del mundo, la peregrinación anual a La Meca, el Hayy.
A principios de esta semana, el Gobierno del Reino de la Arabia Saudita anunció que, este año, el Hayy se realizará con un número limitado de peregrinos de diferentes nacionalidades que residen en el país.
Esta decisión se tomó tras una evaluación de los riesgos y un análisis de las diferentes posibilidades, de conformidad con las orientaciones de la OMS, para proteger la seguridad de los peregrinos y reducir al mínimo el riesgo de transmisión.
La OMS apoya esta decisión. Entendemos que no fue fácil tomarla y también entendemos que es una gran decepción para muchos musulmanes que estaban deseando hacer la peregrinación este año.
Este es otro ejemplo de las decisiones difíciles que todos los países deben tomar para dar prioridad a la salud.
===
Por último, mañana el Gobierno de la República Democrática del Congo tiene previsto anunciar el fin del brote de ebola en el este del país, tras casi dos años de lucha.
En total se han registrado casi 3500 casos, casi 2300 muertes y hay casi 1200 supervivientes.
La OMS se enorgullece de haber trabajado bajo la batuta del Gobierno de la República Democrática del Congo para controlar este brote.
Esto solo ha sido posible gracias al servicio y el sacrificio de miles de trabajadores de la salud congoleses, que han trabajado codo con codo con los compañeros de la OMS y muchos otros asociados. Los felicito a todos.
Muchas de las medidas de salud pública que han conseguido detener el ebola son las mismas que ahora son fundamentales para acabar con la COVID-19:
Encontrar a cada uno de los casos, aislar a cada uno de los casos, hacer pruebas a cada uno de los casos, cuidar a cada uno de los casos y hacer un rastreo sin tregua de los contactos.
Estas medidas deben seguir siendo la piedra angular de la respuesta en todos los países. No hay atajos.
Pero el ebola y la COVID-19 son solo dos de las amenazas para la salud a las que se enfrenta la población de la República Democrática del Congo y de muchos otros países de ingresos bajos y medianos.
Por ello, la OMS se ha comprometido a seguir trabajando con el pueblo y el gobierno de la República Democrática del Congo para fortalecer su sistema de salud y apoyarlos en el camino hacia la cobertura sanitaria universal.
Muchas gracias.