Excelencias, queridos colegas y amigos:
Gracias por la oportunidad que me brindan de dirigirme a ustedes hoy. Quisiera dar las gracias especialmente al Reino Unido por acoger este evento y al Primer Ministro Boris Johnson por su liderazgo en esta área vital de la salud pública.
Este año se cumplen 40 años desde que la viruela se convirtió en la primera —y hasta ahora la única— enfermedad humana en ser erradicada.
Este gran logro de salud pública solo fue posible gracias a la primera vacuna del mundo, desarrollada por Edward Jenner en 1796.
El Dr. Jenner dio a luz una de las herramientas más poderosas en la historia de la medicina.
Gracias a las vacunas se han evitado cientos de millones de muertes.
La poliomielitis está al borde de ser erradicada, y solo en los últimos años se han puesto a disposición nuevas vacunas contra el ebola y el paludismo.
Sin embargo, todos estos progresos están amenazados.
La pandemia de COVID‑19 está deshaciendo muchos de los avances que hemos logrado.
Las campañas de vacunación contra la poliomielitis, el cólera, el sarampión, la meningitis y el VPH se han interrumpido, lo que pone en peligro a cientos de millones de personas.
Además, 80 millones de niños corren el riesgo de no recibir las vacunas de rutina contra la tuberculosis, la neumonía y la diarrea.
Será esencial contar con una vacuna para controlar la COVID‑19.
Con todo, las vacunas solo son plenamente eficaces cuando se utilizan para proteger a los más pobres y vulnerables.
Por eso, la OMS y sus asociados han establecido el Acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID‑19 y el Acceso Mancomunado a Tecnología contra la COVID‑19.
Nuestro deber compartido es garantizar que una vez que una vacuna esté disponible, esté disponible para todos.
La infraestructura de inmunización que la Alianza Gavi ha ayudado a construir en los últimos 20 años será esencial para cumplir ese deber.
La COVID‑19 es un recordatorio devastador de que la vida es frágil y de que, en nuestra aldea global, nuestra salud individual depende de nuestra salud colectiva.
La viruela no se erradicó solo con una vacuna. Hubo otro ingrediente clave: la solidaridad.
Ahora es el momento de que el mundo se una solidariamente para hacer efectivo el poder de las vacunas para todos.
Ahora es el momento de que todos nosotros financiemos plenamente la Gavi para asegurarnos de que continúe previniendo, protegiendo y prosperando.
Gracias.