Honorables Ministros, excelencias:
Presento esta declaración en nombre del Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud.
Los recortes repentinos y pronunciados de la asistencia oficial para el desarrollo están causando estragos en la salud de millones de personas, lo que está agudizando las desigualdades y la inestabilidad.
Las crisis humanitarias están agravando estos desafíos, incluidos los conflictos en los que los ataques a la atención de la salud se han convertido en la nueva normalidad, en violación del derecho internacional humanitario.
La paz y la salud están entrelazadas, y donde no hay paz, las enfermedades prosperan.
No es casualidad que la poliomielitis reapareciera en Gaza el año pasado, 25 años después del último caso notificado.
La salud no es solo un imperativo moral, es un pilar de la seguridad, la paz y la prosperidad.
En un mundo en el que los virus no conocen fronteras, la seguridad sanitaria solo puede lograrse mediante la acción colectiva.
Por eso la cooperación multilateral es más vital que nunca, y por eso las organizaciones multilaterales, cuando están empoderadas y apoyadas, pueden impulsar la equidad, la resiliencia y la acción colectiva.
Y el multilateralismo sigue funcionando, como lo demuestra el Acuerdo sobre Pandemias, adoptado por los Estados Miembros de la OMS en la Asamblea Mundial de la Salud de este año.
Y hoy, los Estados miembros de las Naciones Unidas aprobarán una declaración política sobre las enfermedades no transmisibles y la salud mental, con metas ambiciosas, medibles y alcanzables.
No hay duda de que la salud mundial, y el multilateralismo en general, están en crisis. Sin embargo, como dijo Winston Churchill, nunca hay que desaprovechar una buena crisis.
Porque esta crisis también brinda a los países de ingreso bajo la oportunidad de dejar atrás finalmente la era de la dependencia de la ayuda y avanzar hacia una nueva era de soberanía y autosuficiencia.
En la OMS, aunque nos encontramos en un período difícil y doloroso, también vemos una oportunidad para hacer que la Organización sea más ágil, eficaz y centrada en su mandato fundamental.
Los países del G20 pueden desempeñar un papel clave en la realización de ambas oportunidades estratégicas, apoyando a los países en el camino hacia la autosuficiencia y construyendo una OMS más fuerte, más empoderada y más independiente.
Muchas gracias.