Resumen de la situatión
Descripción de la situación
Entre el 3 y el 30 de enero de 2022 se notificaron en Nigeria 211 casos de fiebre de Lassa confirmados mediante pruebas analíticas, 40 de ellos mortales (tasa de letalidad: 19%). Los casos se registraron en 14 de los 36 estados nigerianos y en el Territorio de la Capital Federal (figura 1). Tres estados concentran el 82% de los casos confirmados: Ondo (63 casos), Edo (57) y Bauchi (53). Los otros estados afectados son: Benue (11), Ebonyi (5), Oyo (5), Taraba (5), Kogi (4), Enugu (2), Kaduna (2), Cross River (1), Delta (1), Katsina (1) y Plateau (1) (figura 2).
De los 211 casos confirmados en los laboratorios, cinco son trabajadores de la salud de dos estados: Edo (3) y Benue (2).
Figura 1. Cifra semanal de casos confirmados de fiebre de Lassa y de muertes en Nigeria durante las semanas epidemiológicas primera (que empezó el 2 de enero) a cuarta (que empezó el 23 de enero) de 2022.
En cambio, en el mismo periodo (semanas epidemiológicas 1 a 4) de 2021 se notificaron muchos menos casos de la enfermedad y con una menor propagación geográfica (54 casos confirmados, incluidos 12 defunciones, en 8 estados).
La fiebre de Lassa es endémica en Nigeria y el mayor número de casos suele observarse cada año durante la estación seca (de diciembre a abril). Por tanto, se prevé que el número de infecciones siga aumentando hasta el final de la estación seca.
Aunque es endémica en Nigeria, el número de casos de fiebre de Lassa es mucho más elevado que en las anteriores temporadas epidémicas. Esto podría deberse a la menor capacidad de respuesta, concretamente en relación con la vigilancia y las pruebas analíticas. Es necesario seguir haciendo un seguimiento de los máximos anuales de la enfermedad para contextualizar la incidencia y disponer de información útil para controlarla eficazmente.
Figura 2. Casos confirmados de fiebre de Lassa notificados en Nigeria del 3 al 30 de enero de 2022, por estado.
Respuesta de salud pública
- Coordinación: el Centro Nacional para el Control de Enfermedades de Nigeria ha activado el modo de alerta del Centro Nacional de Operaciones de Emergencia para coordinar eficazmente la respuesta multisectorial y multidisciplinar. También se han puesto en marcha los centros estatales de operaciones de salud pública en los estados afectados y se han desplegado equipos nacionales de respuesta rápida en el Territorio de la Capital Federal y en los estados de Bauchi, Benue, Ebonyi, Edo, Nasarawa, Ondo, Oyo y Taraba.
- Manejo de los casos y prevención y control de infecciones: se han difundido directrices para atender a los enfermos y para prevenir y controlar las infecciones, se ha distribuido información a la población y al personal de salud y se han impartido cursos sobre el manejo de casos y sobre prevención y control de las infecciones a los trabajadores de la salud de los centros de tratamiento.
- Vigilancia: se está intensificando la vigilancia intensificada de la enfermedad en todos los estados, incluso mediante actividades encaminadas a detectar casos. El Centro Nacional para el Control de Enfermedades recoge datos para poner al día la información sobre la situación y para comunicar los planes de respuesta.
- Atención clínica: se está tratando a los casos confirmados en centros de tratamiento en todos los estados y se han distribuido productos sanitarios a los estados y centros de tratamiento.
- Capacidad de los laboratorios: los siete laboratorios nacionales para la fiebre de Lassa de la red del Centro Nacional para el Control de Enfermedades que pueden realizar pruebas moleculares están trabajando a pleno rendimiento para analizar rápidamente las muestras.
- Participación de la comunidad: se han ampliado las actividades de comunicación de riesgos y participación de la comunidad a través de la televisión, la radio, la prensa, los medios sociales y otras estrategias.
- Control de vectores y del medio ambiente: el Ministerio Federal de Medio Ambiente está llevando a cabo una campaña de respuesta medioambiental a la fiebre de Lassa en los estados afectados.
Evaluación del riesgo por la OMS
La fiebre de Lassa es una fiebre vírica hemorrágica que se transmite a los seres humanos principalmente a través del contacto con alimentos o utensilios domésticos contaminados con orina o heces de ratas del género Mastomys. En menor medida, también puede haber transmisión secundaria entre personas por contacto directo con la sangre, las secreciones, los órganos o los líquidos corporales de personas infectadas, sobre todo en los entornos de atención de salud.
Como se menciona más arriba, el mayor número de casos humanos suele observarse cada año durante la estación seca (de diciembre a abril), una vez finalizado el ciclo de reproducción de Mastomys en la estación húmeda (de mayo a noviembre). Dado que el 90-95% de las infecciones humanas se deben a la exposición indirecta (a través de alimentos o utensilios domésticos contaminados con orina o heces de las ratas) o al contacto directo con ratas infectadas, la elevadísima densidad y la gran circulación del virus de Lassa entre la población de ratas podría aumentar el riesgo de infección humana durante la estación seca.
Cerca del 80% de las personas con infección por el virus de Lassa son asintomáticas, pero en el 20% restante la enfermedad se manifiesta como una enfermedad febril de gravedad variable acompañada de disfunción multiorgánica con o sin hemorragia. La tasa global de letalidad es de alrededor del 1%, pero aumenta mucho (llega a ser del 15%) en los pacientes hospitalizados con síntomas graves.
El diagnóstico oportuno permite aislar y tratar más rápidamente a los enfermos y reduce el riesgo de transmisión entre personas en los establecimientos de la salud. La rehidratación y la administración rápida de un tratamiento sintomático mejoran la tasa de supervivencia.
Actualmente se considera que, en general, el riesgo es bajo a nivel nacional. La fiebre de Lassa es endémica en Nigeria y el país ha mejorado su capacidad para prevenir y controlar los brotes de la enfermedad, lo cual incluye una mayor capacidad de vigilancia, diagnóstico y tratamiento. No obstante, hay varios factores que explican el elevado nivel de riesgo actual, como el aumento del número de casos confirmados en comparación con temporadas epidémicas anteriores, las deficiencias en la vigilancia y las desigualdades en la capacidad de respuesta a nivel subnacional, los retrasos en el envío de muestras para analizarlas, la disminución de la capacidad de manejo de los casos debido a que algunos establecimientos que atendían a enfermos de fiebre de Lassa se dedican ahora a la COVID-19 y la aplicación insuficiente de medidas de prevención y control de las infecciones. La combinación de estos factores justifica la necesidad de seguir mejorando y reforzando la capacidad del país para detectar y responder a los brotes de fiebre de Lassa. Además, los cinco casos confirmados entre el personal de salud, entre los que se encontraban dos trabajadores que atendían al mismo paciente en un servicio de urgencias, ponen aún más de manifiesto la necesidad urgente de reforzar las medidas de prevención y control de las infecciones.
El riesgo mundial y regional se considera bajo debido a la mínima transmisión transfronteriza de Nigeria a los países vecinos. Se sabe que la fiebre de Lassa es endémica en África occidental, principalmente en Sierra Leona, Guinea, Liberia y Nigeria, pero puede estar presente en otros países de esa región.
Consejos de la OMS
Los roedores del género Mastomys, que son el principal reservorio del virus de Lassa, abundan de tal manera en África occidental que no es posible eliminarlos por completo del medio ambiente. La prevención de la enfermedad se basa en la promoción de una buena «higiene comunitaria» que disuada a los roedores de entrar en los hogares. Algunas medidas eficaces son almacenar el grano y otros alimentos en recipientes a prueba de roedores, eliminar las basuras lejos de las casas, limpiar el hogar y tener gatos domésticos. Se debe tener precaución al manipular las ratas Mastomys y cocinar suficientemente todos los productos de origen animal.
Las personas que atiendan a los afectados deben tener cuidado para no entrar el contacto con su sangre y sus líquidos corporales.
En los establecimientos de salud, el personal y los voluntarios deben aplicar las medidas habituales de prevención y control de las infecciones cuando atiendan a pacientes, independientemente de su presunto diagnóstico. Estas medidas son: la higiene de las manos, la higiene respiratoria, el uso de equipos de protección personal para evitar salpicaduras y el contacto con material infectado, y las prácticas de inyección seguras.
Para atender a pacientes con fiebre de Lassa presunta o confirmada se deben aplicar medidas adicionales de control de las infecciones con objeto de evitar el contacto con la sangre u otros líquidos corporales y con superficies o materiales contaminados, como la ropa personal y de cama. Durante el contacto estrecho (es decir, a menos de 1 metro) con estos enfermos, se han de utilizar protección facial (caretas protectoras o mascarillas médicas y gafas), una bata limpia de manga larga (no es preciso que sea estéril) y guantes (que, para practicar algunos procedimientos, deben ser estériles).
Las personas que trabajan en los laboratorios también corren riesgo. El manejo de las muestras de casos presuntos de fiebre de Lassa debe hacerlo personal capacitado en laboratorios debidamente equipados y con las condiciones más estrictas de biocontención.
La OMS sigue advirtiendo a todos los países en los que la fiebre de Lassa es endémica de la necesidad de mejorar la detección temprana y el tratamiento de los casos para reducir la tasa de letalidad.
Teniendo en cuenta la información disponible, la OMS no aconseja aplicar ninguna restricción a los viajes o el comercio con origen o destino en Nigeria y las zonas afectadas.
Información adicional
- Nota descriptiva de la OMS sobre la fiebre de Lassa
- Página web de la OMS sobre la fiebre de Lassa
- Centro Nacional para el Control de las Enfermedades de Nigeria: actualización sobre el brote de fiebre amarilla en el país