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Fiebre de Lassa - Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte

21 de febrero de 2022

Resumen de la situatión

El 9 de febrero de 2022, las autoridades sanitarias del Reino Unido notificaron a la OMS dos casos confirmados en laboratorio y un caso probable de fiebre de Lassa. Hasta el 18 de febrero, se han confirmado tres casos y se ha notificado una defunción.

Descripción de la situación

El 9 de febrero de 2022, las autoridades sanitarias del Reino Unido notificaron a la OMS dos casos confirmados en laboratorio y un caso probable de fiebre de Lassa. Hasta el 18 de febrero, se han confirmado tres casos y se ha notificado una defunción. Se trata de los primeros casos de la enfermedad registrados en el Reino Unido desde 2009 y, de acuerdo con los datos disponibles, es la segunda vez que se produce un contagio secundario en Europa.

A finales de 2021 el primer caso viajó a Malí donde la fiebre de Lassa es endémica. Tras regresar al Reino Unido, presentó fiebre, agotamiento y heces líquidas, razón por la que fue hospitalizado. En estos momentos ya se ha recuperado. El segundo y el tercer casos eran familiares del primero y no viajaron a Malí. Ambos fueron también hospitalizados; lamentablemente, el tercer caso falleció.

El 8 de febrero, la prueba de PCR confirmó la infección por el virus de Lassa en el primer y segundo casos. Al tercer caso se le atendió considerando que, probablemente, presentaba esta enfermedad, cuyo diagnóstico se confirmó el 9 de febrero. 

Respuesta de salud pública

Las autoridades sanitarias del Reino Unido han activado respuestas ante incidentes para coordinar la atención clínica a los casos y las medidas de salud pública.

La intensificación del rastreo permitió detectar a las personas expuestas a los casos, a las que se hecho un seguimiento durante 21 días después de la última exposición (tanto a los contactos de riesgo elevado como a los de riesgo más bajo). Además, se han ofrecido tratamientos profilácticos a los contactos de alto riesgo con las exposiciones más importantes. El país dispone también de sistemas para realizar pruebas a los contactos que puedan presentar síntomas durante el periodo de seguimiento y para atenderlos.

Evaluación del riesgo por la OMS

La fiebre de Lassa es una fiebre vírica hemorrágica que se transmite a los seres humanos principalmente a través del contacto con alimentos o utensilios domésticos contaminados con orina o heces de ratas del género Mastomys. El contagio entre personas es poco frecuente, pero puede producirse a través del contacto directo con la sangre, la orina, las heces u otras secreciones corporales, sobre todo en los establecimientos de salud. En el 20% de los casos, la enfermedad puede ser grave. La tasa de letalidad es de alrededor del 1%, pero puede alcanzar el 15% en los pacientes hospitalizados con síntomas graves. El diagnóstico y el tratamiento tempranos puede ayudar a reducir dicha tasa y los efectos en la salud pública.

La fiebre de Lassa es endémica en Malí y, en los últimos años, se han dado casos esporádicos de transmisión a Europa desde países de África Occidental donde la enfermedad es endémica, como Sierra Leona, Togo, Liberia y Nigeria. Sin embargo, se sabe que el contagio secundario de esta enfermedad entre personas es muy infrecuente cuando se aplican las precauciones adecuadas de prevención y control de las infecciones y las medidas de bioseguridad en el laboratorio. La única transmisión secundaria de la que se tiene constancia en Europa ocurrió en 2016 en Alemania; en esa ocasión, el contagio tuvo lugar por contacto con un cadáver infectado por el virus.

La transmisión entre personas se produce tanto fuera como dentro de los establecimientos de salud, donde el virus puede propagarse por medio de material sanitario contaminado, como agujas reutilizadas, así como por contacto directo con secreciones corporales. El personal de salud corre riesgo si atiende a pacientes con fiebre de Lassa sin aplicar las prácticas correctas de prevención y control de las infecciones, aunque, de acuerdo con la información relativa a los casos importados recientemente en Europa, la transmisión secundaria de este virus es rara cuando se siguen las precauciones habituales de prevención y control de las infecciones. Actualmente, no se puede descartar que aparezcan más casos secundarios por contagio nosocomial, pero se consideran muy poco probables en la comunidad.

Consejos de la OMS

La prevención de la fiebre de Lassa en los países donde la enfermedad es endémica depende de la participación de la población y la mejora de la higiene para disuadir a los roedores de entrar en los hogares. El personal de salud y los familiares de los enfermos deben evitar el contacto con la sangre y los líquidos corporales de estos mientras les atienden.

En los establecimientos de salud, el personal debe aplicar sistemáticamente las medidas habituales de prevención y control de las infecciones al atender a los pacientes para prevenir las infecciones nosocomiales. Cuando atienda a pacientes en que se sospeche o se haya confirmado la infección por el virus de Lassa, o cuando manipule sus muestras clínicas, este personal debe reforzar las precauciones habituales y las aplicables al contacto, que consisten en la higiene correcta de las manos, el uso racional de los equipos de protección personal, la limpieza del entorno, el aislamiento, las prácticas de inyección sin riesgos y las prácticas seguras de enterramiento. A fin de evitar el contacto directo con la sangre y los líquidos corporales y también las salpicaduras en las mucosas faciales (ojos, nariz y boca) al atender directamente a un paciente con sospecha o confirmación de infección por el virus de Lassa, se debe utilizar un equipo de protección personal que incluya: 1) guantes limpios no estériles; 2) bata limpia, no estéril e impermeable a los líquidos; y 3) protección de la mucosa facial contra las salpicaduras (mascarilla y protección ocular, o una careta).

Debido al cuadro inespecífico que causan las fiebres hemorrágicas víricas, es fundamental aislar a los viajeros que estén enfermos y aplicar en todo momento las precauciones habituales y de contacto para prevenir la transmisión secundaria. Cuando se aplican de forma sistemática, estas medidas pueden evitar dicha transmisión, incluso si no se dispone de información sobre los desplazamientos de los afectados, no se puede obtener de inmediato o el diagnóstico se retrasa.

 

Por el momento, no se ha autorizado ninguna vacuna contra esta enfermedad. La atención temprana con rehidratación y un tratamiento sintomático mejora la supervivencia.

Teniendo en cuenta que los casos aumentan entre diciembre y marzo, se anima a los países de África Occidental donde la enfermedad es endémica a reforzar sus sistemas de vigilancia para mejorar la detección y el tratamiento precoces de los casos y reducir la tasa de letalidad, así como para intensificar la colaboración transfronteriza. 

Información adicional

Cita recomendada: Organización Mundial de la Salud (14 de febrero de 2022). Partes sobre brotes epidémicos: fiebre de Lassa – Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Disponible en: https://www.who.int/es/emergencies/disease-outbreak-news/item/lassa-fever-united-kingdom-of-great-britain-and-northern-ireland.