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Amianto

27 de septiembre de 2024

Datos y cifras

  • Todas las formas de amianto, incluido el crisotilo, son cancerígenas para el ser humano.
  • Los datos de una revisión sistemática muestran que una proporción significativa de trabajadores manuales del sector de la construcción en todo el mundo están expuestos al amianto.
  • Se calcula que la exposición laboral a este material provoca más de 200 000 defunciones, lo que representa más del 70% de las muertes por cáncer de origen laboral.
  • Más de 50 Estados Miembros de la OMS han prohibido el uso del amianto.

Panorama general

El término «amianto» (o «asbesto») designa un grupo de minerales fibrosos de origen natural que han tenido y siguen teniendo un uso comercial pero que pueden causar enfermedades graves y la muerte tanto a los trabajadores como a otras personas expuestas. Se calcula que causa más de 200 000 muertes al año y una elevada morbilidad en todo el mundo.

Según las evaluaciones realizadas por la OMS, todas las formas de amianto causan diversos tipos de cáncer y enfermedades respiratorias crónicas. Debido a su uso en materiales de construcción, cualquier persona que trabaje en la construcción, el mantenimiento y la demolición de edificios en los que se haya utilizado amianto corre riesgo, incluso décadas después de su instalación.

Las enfermedades relacionadas con el amianto se pueden prevenir. La forma más eficaz de hacerlo es prohibir el uso de todas las formas de este material para evitar la exposición, como ya han hecho más de 50 Estados Miembros de la OMS mediante medidas legales, y sustituirlo por materiales de bajo riesgo. Además, es fundamental proteger a los trabajadores durante las labores de mantenimiento de los edificios y de retirada del amianto.

¿Por qué es un problema el amianto?

El amianto abarca un grupo de minerales fibrosos de origen natural, ampliamente utilizados en el pasado e incluso actualmente debido a sus propiedades, como la resistencia a la tensión y el calor. Se presenta en seis formas principales, y la más utilizada hoy en día es el crisotilo o amianto blanco.

Según las evaluaciones realizadas por la OMS, esas seis formas son cancerígenas para el ser humano. La exposición al amianto, incluido el crisotilo, puede causar cáncer de pulmón, laringe y ovario, así como mesotelioma (un cáncer del revestimiento de las cavidades pleural y peritoneal). También se ha demostrado que provoca enfermedades respiratorias crónicas como la asbestosis (una forma de fibrosis pulmonar) y otros efectos nocivos para los pulmones.

Debido a su uso generalizado y, por tanto, al número considerable de personas que pueden estar expuestas, el amianto sigue causando muchos problemas de salud y muertes cada año.

Impacto

De acuerdo con las estimaciones realizadas conjuntamente en 2016 por la OMS y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la exposición laboral al amianto causa más de 200 000 defunciones al año en todo el mundo, lo que representa más del 70% de las defunciones por cánceres relacionados con el trabajo. Además, da lugar a una importante carga de morbilidad que se puede cifrar en la pérdida de casi 4 millones de años de vida ajustados en función de la discapacidad. Un número considerable de muertes y problemas de salud se atribuyen a la exposición laboral al amianto. Se ha demostrado también que la exposición combinada al humo del tabaco y a las fibras de amianto incrementa considerablemente el riesgo de contraer cáncer de pulmón, y que este aumenta cuanto mayor sea el nivel de tabaquismo.

Grupos de riesgo

En una revisión sistemática de las estimaciones de la OMS y la OIT se constató que, de acuerdo con los estudios, una proporción sustancial de los trabajadores manuales de la construcción en todo el mundo están expuestos al amianto, (1) si bien se consideró que las pruebas disponibles eran de «baja calidad» y que se debía seguir investigando sobre el tema. También hay riesgo de exposición durante la extracción y el tratamiento del amianto, así como durante la fabricación y el uso de productos que lo contienen, como las zapatas de freno, las pastillas de freno y los embragues para vehículos, y, en especial, ciertos materiales de construcción, como las planchas de fibrocemento con amianto para tejados. Cualquier persona que corte o instale productos con amianto está potencialmente en riesgo.

El mantenimiento o la demolición de edificios y la eliminación de desechos de la construcción también exponen a fibras de amianto cuando este material se ha deteriorado. Además, los daños en edificios causados por catástrofes naturales son especialmente preocupantes si se han utilizado materiales con amianto en su estructura. Cualquier persona que trabaje en la construcción, el mantenimiento o la demolición de edificios con amianto corre riesgo, incluso décadas después de que este se haya instalado.

Prevención y control

Las enfermedades relacionadas con el amianto se pueden prevenir. La forma más eficaz de hacerlo es prohibir el uso de todas las formas de este material para evitar la exposición, como ya han hecho más de 50 Estados Miembros de la OMS. Además de las cuestiones económicas y comerciales habituales, en las decisiones legislativas se tienen en cuenta una serie de costos y beneficios, como el gasto en atención de salud y la pérdida de productividad. La prevención de la exposición incluye también proteger a los trabajadores durante el mantenimiento de los edificios y la retirada del amianto.

Obstáculos

Debido a que muchos países han usado amianto de forma generalizada en la construcción, será necesario proteger a los trabajadores que mantengan los edificios y retiren el amianto durante muchos años más. Entre la exposición y la aparición de enfermedades relacionadas con este material puede transcurrir bastante tiempo, lo que significa que seguirán registrándose problemas de salud y defunciones durante muchos años tras su prohibición en un país. Por tanto, se tendrán que mantener durante un tiempo considerable las actividades de sensibilización, el seguimiento de las enfermedades y la formación del personal de salud, los inspectores de trabajo y los profesionales de la seguridad laboral.

Materiales sustitutivos del amianto

Se conocen varias alternativas y sustitutos del amianto, y se han publicado evaluaciones sobre sus efectos en la salud humana. Muchas de las fibras sustitutas del amianto crisotilo evaluadas por la OMS presentan un riesgo relativamente bajo, si bien algunos sustitutos exponen a un alto riesgo de cáncer. Con todo, se dispone de muchos materiales no fibrosos de bajo riesgo, entre ellos materiales de construcción convencionales, que pueden sustituir al crisotilo en muchas aplicaciones.

Respuesta de la OMS

En su resolución WHA58.22 sobre prevención del cáncer, la Asamblea Mundial de la Salud instó a los Estados Miembros a prestar especial atención a los cánceres relacionados con exposiciones evitables, en particular a sustancias químicas en el lugar de trabajo o procedentes del medio ambiente.

Además de prevenir la exposición resultante del uso tradicional de todas las formas de amianto, las actividades de protección frente a las enfermedades relacionadas con este material se centran especialmente en los países que todavía usan crisotilo.

La OMS, en colaboración con la OIT, otras organizaciones intergubernamentales y la sociedad civil, trabaja con los países para poner fin a las enfermedades relacionadas con el amianto mediante intervenciones como las siguientes:

  • el reconocimiento de que la forma más efectiva de eliminar esas enfermedades es dejar de usar todo tipo de amianto;
  • la información sobre alternativas seguras al amianto y los mecanismos económicos y tecnológicos que facilitan su reemplazo;
  • las medidas para prevenir la exposición al amianto, tanto in situ como durante su eliminación;
  • la mejora de los servicios de diagnóstico precoz, tratamiento y rehabilitación de las enfermedades relacionadas con el amianto;
  • el registro de las personas expuestas en la actualidad o en el pasado, y la organización de la vigilancia médica de los trabajadores expuestos; y
  • la información sobre los peligros de los materiales y productos que contienen amianto, así como la concienciación sobre su eliminación como desechos peligrosos.

Bibliografía

  1. Schlünssen, Vivi et al (2023). The prevalences and levels of occupational exposure to dusts and/or fibres (silica, asbestos and coal): A systematic review and meta-analysis from the WHO/ILO Joint Estimates of the Work-related Burden of Disease and Injury. https://doi.org/10.1016/j.envint.2023.107980.