Mary Purdie @drawnbymary
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Homenaje a las mujeres pioneras en los ámbitos de la ciencia y la salud

6 de marzo de 2019

En el Día Internacional de la Mujer homenajeamos a todas las mujeres que han sido pioneras en la promoción de la ciencia y la salud. Una de las más conocidas es Florence Nightingale, experta en estadística del siglo XIX y fundadora de la enfermería moderna, que comprendió los beneficios de la higiene y el saneamiento para la prevención de enfermedades.

Fe del Mundo, una pediatra filipina que fue pionera en el ámbito de enfermedades infecciosas como el dengue, fue la primera mujer estudiante de medicina en la Universidad de Harvard.

Anandi Gopal Joshi fue una de las primeras médicas indias en estar a cargo de un hospital en la zona central de la India, antes de morir de tuberculosis con tan solo 22 años.

Elizabeth Garrett Anderson, nacida poco después de Florence Nightingale, aprendió francés de manera autodidacta para poder graduarse en medicina en la Universidad de la Sorbona de París. Se convirtió en la primera médica británica.

En el siglo XX, Anne Szarewski descubrió la causa del cáncer cervicouterino, lo que permitió desarrollar la primera vacuna contra el VPH, y el trabajo de Françoise Barré-Sinoussi sobre el VIH fue fundamental para identificar el virus como la causa del sida.  

En 2019, sin embargo, en término medio tan solo un tercio de los investigadores de todo el mundo son mujeres. En algunas regiones, como Asia central y América Latina y el Caribe, la proporción entre ambos sexos está prácticamente equilibrada, pero en Europa y América del Norte la proporción de mujeres sigue siendo de entre el 30% y el 35%. 

Las mujeres también tienen dificultades para ascender profesionalmente en los ámbitos de la salud y la ciencia. Las mujeres representan solo el 12% de los miembros de las academias nacionales de ciencias de todo el mundo. Aunque las trabajadoras de la salud representan el 70% del personal sanitario a nivel mundial, las mujeres solo ocupan el 25% de los puestos de liderazgo en el sector.

Y la diferencia salarial es alta: la diferencia salarial entre hombres y mujeres en los sectores sanitario y social es de alrededor del 26% en los países de ingresos altos y del 29% en los de ingresos medianos-altos.

La discriminación de género, los prejuicios implícitos, el acoso sexual y las agresiones han resultado ser obstáculos sistémicos para el ascenso profesional de las mujeres en el ámbito de la salud a nivel mundial. A ello se suma la falta de políticas de conciliación cuando se tienen hijos (como acuerdos laborales flexibles y el aumento del permiso de paternidad).

Hay señales positivas de cambio. En la OMS, por ejemplo, las mujeres ocupan el 60% de los puestos directivos superiores. La OMS también tiene un centro activo de coordinación en materia de equidad de género para velar por que se aplique una perspectiva de género en las políticas relativas al personal sanitario en todo el mundo. Las cosas también están cambiando en el mundo académico: el año pasado, casi el 40% de los nuevos miembros de la Academia Nacional de Medicina eran mujeres.

Ya están apareciendo pruebas de que la aplicación de acuerdos laborales flexibles, la provisión de programas de tutoría y el establecimiento de políticas oficiales sobre discriminación y acoso por motivos de género, así como la capacitación en materia de liderazgo con una perspectiva específica de género, pueden derribar los obstáculos que impiden a las mujeres desempeñar funciones directivas en el ámbito de la salud mundial.    

Sin embargo, es importante transformar los propios sistemas en los que trabajan las mujeres, lo que puede requerir reexaminar las trayectorias profesionales y los métodos de ascenso tradicionales. Con demasiada frecuencia, se alienta a las mujeres a que se adapten a un sistema que fue diseñado para hombres. Sin embargo, hay nuevas generaciones de mujeres líderes que están logrando ascender con tolerancia, cooperación y determinación. Estas mujeres pueden ejercer liderazgo de diferentes maneras, por ejemplo compartiendo el poder y la información y al mismo tiempo mejorando la autoestima de otras personas.

El argumento para aumentar la representación de las mujeres líderes en la ciencia y la salud es a menudo económico, en el sentido de que la diversidad de perspectivas en el liderazgo puede beneficiar a las empresas. Con todo, los argumentos económicos no pueden ser la única razón para que las mujeres progresen en la ciencia. 

El 8 de marzo de 2019 es el momento de recordar que los principios de los derechos humanos y la equidad social exigen que las mujeres desempeñen papeles tan importantes en la ciencia y la salud como los hombres.