Cuidado de los ojos, discapacidad visual y ceguera: errores de refracción
21 de agosto de 2024 | Preguntas y respuestas
Un error de refracción es una afección ocular muy común. Debido a una forma o longitud anormal del ojo, la luz no se enfoca en la retina, lo que provoca visión borrosa. Hay varios tipos de errores de refracción:
- miopía: dificultad para ver con claridad objetos lejanos;
- hipermetropía: dificultad para ver con claridad objetos cercanos;
- astigmatismo: visión distorsionada resultante de una curvatura irregular de la córnea o del cristalino del ojo, lo que provoca dificultad para ver con claridad objetos lejanos y cercanos; y
- presbicia: dificultad para ver objetos a corta distancia que aparece casi sistemáticamente con la edad (es decir, después de los 40 años).
Los errores de refracción no corregidos son la principal causa de discapacidad visual tanto en niños como en adultos. Si no se corrigen, los errores de refracción repercuten significativamente en el bienestar, pueden contribuir a un bajo rendimiento académico en los niños, a una menor participación en la fuerza laboral y a la pérdida de productividad en los adultos que trabajan, y al aislamiento social en los adultos mayores.
A nivel mundial, se estima que solo el 36% de las personas con deficiencia de la visión de lejos debida a un error de refracción tienen acceso a gafas. Además, más de 800 millones de personas tienen una deficiencia de la visión de cerca (es decir, presbicia) que podría tratarse con gafas de lectura.
Para complicar aún más este problema, se espera que el número de personas que necesitan atención por un error de refracción aumente sustancialmente en los próximos 10 años. La presbicia, que se prevé que afecte a 2100 millones de personas para 2030, forma parte del proceso de envejecimiento. Mientras tanto, se prevé que la miopía aumente a 3360 millones de casos para 2030, debido en gran medida a factores de riesgo modificables relacionados con el estilo de vida.
La visión reducida debido a errores de refracción puede corregirse por completo con gafas o lentes de contacto adecuadas o tratarse con cirugía láser. Las gafas son, sin duda, la intervención más utilizada en todo el mundo para tratar un error de refracción. Son un producto de apoyo no invasivo y figuran en la Lista de ayudas técnicas prioritarias y las listas de dispositivos médicos prioritarios de la OMS.
Si bien la presbicia, la hipermetropía y el astigmatismo no se pueden prevenir, existen estrategias que pueden ayudar a retrasar la aparición y retrasar la progresión de la miopía en los niños. Estas incluyen pasar al menos 90 minutos al aire libre durante el día, tomar descansos regulares durante las actividades que requieran una visión de cerca y usar sistemáticamente gafas u otras intervenciones ópticas prescritas. La aplicación de estas medidas puede reducir el riesgo de desarrollar una miopía avanzada y sus complicaciones asociadas más adelante en la vida.
A pesar de la disponibilidad de intervenciones sencillas para corregir la vista, como las gafas, existen varios obstáculos que dificultan el aumento de la cobertura de los servicios de corrección de los errores de refracción. En primer lugar, la carga de errores de refracción no corregidos suele ser mayor en las comunidades o grupos desatendidos, como los de las zonas rurales, las poblaciones de bajos ingresos, las mujeres, las poblaciones indígenas y las minorías étnicas. En segundo lugar, en la mayoría de los entornos de ingreso bajo y mediano, los servicios de corrección de los errores de refracción no son prioritarios en las inversiones públicas y están mal integrados en los sistemas de salud. Estos servicios están disponibles principalmente en el sector privado, lo que puede crear problemas de disponibilidad, asequibilidad y calidad. Otros obstáculos importantes son la falta de sensibilización y aceptación de las gafas por parte del público, la insuficiente disponibilidad de recursos humanos competentes para proporcionar servicios de corrección de los errores de refracción y prescribir gafas, una supervisión gubernamental y una regulación clínica limitadas, y los escasos puntos de servicio, que se encuentran predominantemente en áreas urbanas.
Los errores de refracción no corregidos suponen una carga económica sustancial para la sociedad: se calcula que, a nivel mundial, las pérdidas anuales de productividad asociadas a la discapacidad visual derivada de la miopía no corregida en adultos y la presbicia por sí solas ascienden a USD 244 000 millones y USD 25 400 millones, respectivamente. En cambio, se calcula que el déficit de recursos financieros para atender las necesidades no satisfechas de corrección de errores de refracción por medio de gafas es de USD 16 000 millones, esto es, una fracción de las pérdidas económicas ocasionadas. Abordar los errores de refracción no corregidos podría generar un impacto económico neto positivo de más de USD 250 000 millones anuales.
Existe una sólida justificación económica sanitaria para aumentar la cobertura de los servicios de atención oftálmica y las gafas. Por ejemplo, la corrección de la miopía con gafas puede generar USD 10,50 por cada USD 1,00 gastado, mientras que los programas de salud ocular en las escuelas pueden tener una relación costo-beneficio de hasta 26,4 en algunos entornos. En el caso de la presbicia, la corrección de la visión de cerca puede aumentar el ingreso medio promedio de las personas en comunidades de ingreso bajo en más del 30%.
La OMS ha adoptado medidas importantes para hacer frente al problema mundial de los errores de refracción, reconociendo su repercusión generalizada y la disponibilidad de intervenciones costoeficaces. En 2021, en la 74.ª Asamblea Mundial de la Salud, los Estados Miembros de la OMS refrendaron la primera meta mundial en la materia: un aumento de 40 puntos porcentuales en la cobertura efectiva de la corrección de los errores de refracción para 2030. Con este ambicioso objetivo se reconoce la gran necesidad insatisfecha de atención y el potencial de mejora sustancial a través de intervenciones accesibles como las gafas.
Para apoyar a los Estados Miembros en el logro de la meta de 2030 refrendada por la Asamblea de la Salud, la OMS puso en marcha en mayo de 2024 la iniciativa SPECS 2030, un enfoque integral para abordar los errores de refracción a nivel mundial. En el marco de esta iniciativa se hace un llamado a favor de una acción global coordinada por todas las partes interesadas en 5 pilares estratégicos (servicios, personal, educación, costos y vigilancia). Al centrarse en estas áreas clave, la iniciativa tiene como objetivo abordar los principales desafíos en la atención de errores de refracción, como mejorar el acceso a los servicios, desarrollar una mano de obra calificada, aumentar la concienciación pública, reducir los costos y fortalecer los sistemas de recopilación y monitoreo de datos. A través de la iniciativa SPECS 2030, la OMS está trabajando para catalizar los esfuerzos mundiales, promover las mejores prácticas y apoyar a los Estados Miembros en el logro de la meta de 2030, con el objetivo final de reducir la discapacidad visual y mejorar la calidad de vida de millones de personas afectadas por errores de refracción no corregidos en todo el mundo.