Patrones de crecimiento infantil

12 de febrero de 2025 | Preguntas y respuestas

Los patrones de crecimiento infantil (0-5 años) de la OMS de 2006 describen el crecimiento normal del niño, desde su nacimiento hasta los 5 años de edad, en condiciones ambientales óptimas, incluidas las recomendaciones de la OMS para la lactancia materna. Pueden aplicarse a todos los niños en cualquier lugar del mundo, con independencia de su origen étnico, estatus socioeconómico y tipo de alimentación. 

Las tablas con los patrones de referencia de la OMS para el crecimiento (5-19 años), de 2007, se basan en un nuevo análisis de los datos de 1977 del Centro Nacional de Estadísticas de la Salud.

Estos patrones complementan los patrones de crecimiento infantil de la OMS (0-60 meses), publicados en abril de 2006, y se utilizan para hacer un seguimiento mundial, aunque también pueden servir para efectuar un seguimiento a escala nacional.

Sírvase consultar los patrones de referencia de la OMS de 2007 para niños y niñas de 5 a 19 años.

Los patrones de referencia para el crecimiento del Centro Nacional de Estadísticas de la Salud (NCHS)/OMS empezaron a utilizarse en el decenio de 1970. En ellos se describe el crecimiento de los niños en una región y un periodo determinados. Estos patrones de referencia se basaban en datos procedentes de distintas muestras de grupos de niños de un mismo país y presentan una serie de inconvenientes técnicos y biológicos que hacen que no sean idóneos para llevar a cabo un seguimiento de la tasa de crecimiento en la primera infancia, tanto de los cambios en dicha tasa como de la velocidad a la que se producen.

En 1993, bajo la dirección de la OMS, las Naciones Unidas emprendieron un examen amplio de los usos y la interpretación de los patrones de referencia para el crecimiento infantil. El examen concluyó que había llegado el momento de elaborar patrones nuevos que, en lugar de limitarse a describir el crecimiento de los niños en un momento y un lugar concretos, mostraran cómo debería ser su crecimiento en todos los países.

Tras este examen, la Asamblea de la Salud aprobó, en 1994, la elaboración de un nuevo conjunto de instrumentos para evaluar el crecimiento de lactantes y niños pequeños. La Asamblea insistió en la necesidad de dejar atrás los enfoques del pasado y trabajar en pos de un objetivo más deseable: describir cómo deberían crecer todos los niños cuando se atienden sus necesidades.

Para establecer este ambicioso objetivo, la OMS y su principal asociado, la Universidad de las Naciones Unidas, en colaboración con distintas instituciones académicas de todo el mundo, pusieron en marcha el estudio multicéntrico sobre patrones de referencia para el crecimiento (MGRS), un proyecto multipaís de base comunitaria para elaborar nuevos patrones de crecimiento para lactantes y niños pequeños.

En el estudio participaron niños de seis países —a saber, el Brasil, los Estados Unidos de América, Ghana, la India, Noruega y Omán, en representación de las distintas regiones del mundo— que reunían una serie de criterios de salud. Los 8440 niños que participaron en el estudio se habían criado en entornos en los que obstáculos al crecimiento como una dieta deficiente y las infecciones apenas tenían incidencia. Además, sus madres seguían prácticas de salud como la lactancia materna, y no habían fumado ni durante del embarazo, ni después.

Los patrones de crecimiento de la OMS presentan varios aspectos innovadores con respecto a las tablas de crecimiento existentes. En primer lugar, el MGRS se concibió para proporcionar datos que describieran cómo deberían crecer los niños, motivo por el cual los criterios de selección del estudio incluían comportamientos de salud específicos que son coherentes con las recomendaciones vigentes en materia de promoción de la salud (por ejemplo, normas relativas a la lactancia materna, atención pediátrica estándar, requisitos para abandonar el consumo de tabaco).

Este enfoque difiere fundamentalmente del adoptado por los patrones de referencia descriptivos tradicionales. Al decantarse por un enfoque prescriptivo, el diseño del protocolo no se limitaba a actualizar la información relativa a la manera como crecen los niños en poblaciones presumiblemente saludables en un momento y un lugar determinados sino que reconocía explícitamente la necesidad de dotarse de unos patrones (es decir, unos instrumentos que permitan emitir juicios de valor, incorporando, en su diseño, normas o metas). No cabe duda de que la actual epidemia de obesidad que afecta a muchos países desarrollados habría podido detectarse antes si, hace más de 30 años, hubiera existido un patrón internacional prescriptivo.

Otra característica clave de los patrones es que elevan la lactancia materna a la categoría de norma biológica y hacen del lactante alimentado con leche materna el modelo normativo de crecimiento. El patrón de referencia anterior se basaba en el crecimiento de niños cuya alimentación procedía de medios no naturales.

La muestra conjunta obtenida de los seis países participantes permitirá elaborar un patrón verdaderamente internacional (lo que contrasta con el patrón de referencia internacional anterior, obtenido a partir de niños de un solo país) y hará hincapié en el hecho de que, si se atienden las necesidades en materia de salud y cuidados de la población infantil, el crecimiento de los niños es similar en las principales regiones del planeta.

Estos patrones también incluyen nuevos indicadores innovadores de crecimiento distintos de la estatura y el peso que son particularmente útiles para hacer un seguimiento de la creciente epidemia de obesidad infantil, como el grosor de los pliegues cutáneos.

El carácter longitudinal del estudio también permitirá elaborar patrones relativos a la velocidad del crecimiento. Los proveedores de atención de salud podrán diagnosticar la desnutrición y el sobrepeso antes de los niños hayan superado un umbral de crecimiento, ya que estos patrones permitirán detectar de manera temprana a los niños que sufren desnutrición o sobrenutrición.

Por último, al definir las ventanas complementarias para medir la consecución de los seis hitos clave desde el punto de vista del desarrollo motor se podrá establecer un vínculo único entre el crecimiento físico y el desarrollo motor. 

Sí, las estimaciones cambiaron como consecuencia de las diferencias en el patrón de crecimiento entre los nuevos patrones y los criterios de referencia antiguos, especialmente durante la infancia. No obstante, la magnitud del cambio en las estimaciones varió en función de la edad, el sexo, el indicador de crecimiento y el estado nutricional subyacente de la población evaluada.

Un efecto digno de mención es que el retraso del crecimiento (estatura insuficiente para la edad) era mayor durante la infancia si se utilizaban los nuevos patrones de la OMS que si se utilizaba el patrón internacional de referencia anterior. Se observó un aumento sustancial en las tasas de insuficiencia ponderal durante la primera mitad de la infancia (es decir, de 0 a 6 meses), antes de que esa tasa empezara a disminuir.

En el caso de la emaciación (bajo peso en función de la talla/la estatura), la diferencia principal entre los patrones nuevos y los viejos se observa durante la infancia (es decir, hasta una talla de, aproximadamente, 70 centímetros), cuando las tasas de emaciación serán sustancialmente más elevadas con los nuevos patrones de la OMS. Con respecto al sobrepeso, el uso de los nuevos patrones de la OMS dará como resultado una mayor prevalencia que variará en función de la edad, el sexo y el estado nutricional de la población estudiada.

Hay que apoyar, proteger y promover la lactancia materna. Durante los primeros seis meses, debe informarse a las madres y empoderarlas para que opten por la lactancia materna exclusiva. Hay que proporcionar a los niños alimentos inocuos, sanos y nutricionalmente adecuados tanto durante el periodo de alimentación complementaria como después del segundo año, una vez ha cesado la lactancia materna. Durante toda la infancia, es importante seguir unas buenas prácticas nutricionales. Hay que formular directrices nacionales apropiadas para ayudar a los cuidadores a la hora de elegir alimentos locales nutritivos y evitar combinaciones y cantidades incorrectas cuando alimenten a sus hijos, a fin de mantener un crecimiento óptimo en una etapa posterior de la infancia (tanto para evitar las deficiencias como los excesos nutricionales).

Todos los lactantes y los niños pequeños deben tener acceso a vacunas y a una buena atención de la salud. Las familias y sus comunidades deben hacer todo lo posible para garantizar que las madres no sufran contratiempos durante el embarazo.

A nivel nacional, la plena aplicación de los objetivos de la Estrategia Mundial para la Alimentación del Lactante y del Niño Pequeño (2002) sería de gran utilidad para crear unos entornos propicios para que las madres amamanten a sus hijos. Los patrones pueden contribuir a estimular un cambio que facilite estas mejoras. En consecuencia, habría que empezar aplicando los nuevos patrones en todos los países y garantizando que todos los niños dispongan de su propia tabla para evaluar su crecimiento y poder hacer un seguimiento adecuado.

Dado que los niños (de 0 a 5 años) todavía están creciendo y que carecemos de evidencia sobre la importancia funcional de los umbrales para el extremo superior de la distribución del IMC para la edad, la OMS optó por un enfoque gradual a la hora de definir el riesgo de obesidad. Así, para los niños de 0 a 5 años de edad, se considera que están «en situación de riesgo de sufrir sobrepeso» los que presentan una desviación estándar superior a +1, que sufren sobrepeso los que presentan una desviación estándar superior a +2 y que son obesos los que presentan una desviación estándar superior a +3. Otro motivo más para esta cautela es evitar el riesgo de imponer unas dietas restrictivas a los niños pequeños que están creciendo. 

Las clasificaciones de la OMS para el sobrepeso/la obesidad en niños de corta edad (0-5 años) pueden encontrarse en el curso de capacitación sobre evaluación del crecimiento infantil (Módulo C: Interpretación de los indicadores de crecimiento, disponible, en inglés, aquí).