Dengue y dengue grave

2 de octubre de 2024 | Preguntas y respuestas

El dengue es una infección vírica transmitida por mosquitos que causa una enfermedad grave similar a la gripe y que, en algunos casos, puede dar lugar a complicaciones potencialmente mortales; esta segunda forma se conoce como dengue grave. La incidencia del dengue se ha multiplicado por 30 en los últimos 50 años. Actualmente, se estima que cada año se producen entre 50 y 100 millones de infecciones en más de 100 países donde la enfermedad es endémica, lo que pone en situación de riesgo a cerca de 4000 millones de personas.

El dengue es una enfermedad vectorial que se transmite por la picadura de un mosquito infectado. El virus que causa el dengue se divide en cuatro serotipos conocidos como DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4. La mayoría de las infecciones por dengue son leves y pueden pasar inadvertidas.

El dengue grave es una complicación potencialmente mortal que puede derivarse de una infección por dengue. El riesgo de contraer dengue se puede reducir protegiéndose de las picaduras de los mosquitos, sobre todo durante el día.

Se estima que cada año se producen en todo el mundo entre 50 y 100 millones de casos de dengue, y que 4000 millones de personas viven en países donde el dengue es endémico.

El dengue se transmite principalmente a través de un mosquito (Aedes aegypti) y se da en todos los países tropicales. El Ae. aegypti y otras especies, como el Ae. Albopictus, poseen una gran capacidad de adaptación, y su distribución combinada puede llevar el dengue a regiones más septentrionales, como Europa o América del Norte, durante el verano.

Los viajeros ya infectados por el virus también propagan la enfermedad cuando reciben las picaduras de la población local de mosquitos Aedes.

Los brotes de dengue pueden producirse en cualquier momento, siempre y cuando los mosquitos sigan activos. No obstante, por lo general, la humedad y la temperatura altas favorecen la supervivencia de los mosquitos, lo que incrementa la probabilidad de transmisión.

Dengue

Los síntomas del dengue son similares a los de la gripe y duran de 2 a 7 días. La enfermedad suele manifestarse tras un periodo de incubación de 4 a 10 días después de la picadura del mosquito infectado.

La fiebre alta (40 °C/104 °F) se acompaña por lo general de, al menos, dos de los siguientes síntomas:

  • dolor de cabeza
  • dolor detrás de los ojos
  • náuseas, vómitos
  • agrandamiento de los ganglios linfáticos
  • dolor en los huesos, los músculos o las articulaciones
  • erupciones cutáneas.
Dengue grave

Las personas que se infectan por segunda vez corren más riesgo de contraer una forma grave de la enfermedad. En ese caso, la fase crítica se produce entre 3 y 7 días después de que se manifieste el primer signo de la enfermedad. La disminución de la fiebre no significa necesariamente que la persona se esté recuperando. Por otro lado, debe prestarse especial atención a las siguientes señales de advertencia, ya que podrían desembocar en dengue grave:

  • dolor abdominal intenso
  • vómitos persistentes
  • hemorragias en las encías
  • respiración acelerada
  • cansancio/inquietud
  • sangre en los vómitos o en las heces
  • sed intensa
  • piel pálida y fría.

Las personas con síntomas graves como los aquí descritos deben recibir atención de inmediato. El dengue grave puede causar:

  • extravasación de plasma que puede provocar un choque y/o acumulación de líquidos, acompañados o no de dificultades para respirar;
  • sangrado grave; e
  • insuficiencia grave de los órganos.

Las personas con dengue grave suelen necesitar hospitalización.

No existe medicación específica para el dengue. Los pacientes deben acudir a su médico, descansar y beber líquidos de manera abundante. El paracetamol puede ayudar a bajar la fiebre y reducir los dolores articulares. Sin embargo, deben evitarse las aspirinas y el ibuprofeno ya que pueden aumentar el riesgo de sangrado.

Los pacientes que ya están infectados con el virus del dengue pueden transmitir la infección a través de los mosquitos Aedes tras la aparición de los primeros síntomas (durante 4-5 días, y 12 como máximo). Como enfoque de precaución, los pacientes pueden adoptar medidas para reducir la transmisión, como por ejemplo dormir bajo un mosquitero tratado, especialmente durante el periodo en que la enfermedad se acompaña de fiebre.

La infección por una cepa proporcionará protección de por vida solo contra esa cepa específica. No obstante, seguirá siendo posible infectarse con otras cepas y contraer dengue grave.

Cuando se manifiestan signos que podrían indicar que nos encontramos ante dengue grave (enumerados anteriormente), es imprescindible consultar a un médico y el ingreso hospitalario para controlar la enfermedad.

Si se recibe la debida atención médica y los síntomas se identifican de manera precoz, las tasas de letalidad se sitúan por debajo del 1%. Sin embargo, padecer la enfermedad sigue siendo una experiencia en general muy incómoda y desagradable.

Si sospecha que tiene dengue, acuda de inmediato a un médico. A fin de llegar a un diagnóstico, el médico:

  • evaluará los signos y síntomas
  • realizará un análisis de sangre para detectar la presencia del virus del dengue
  • examinará su historial médico y de viajes.

Las personas que, durante las últimas dos semanas, hayan viajado a países donde el dengue es endémico deben comunicárselo al médico.

El dengue se transmite por la picadura de un mosquito hembra (Aedes aegypti) que se ha infectado al chupar la sangre de una persona infectada con el virus. Al cabo de una semana, aproximadamente, el mosquito puede transmitir el virus si pica a una persona sana. Aunque el mosquito puede desplazarse hasta 400 metros en busca de recipientes con agua para poner sus huevos, por lo general permanece cerca de lugares habitados por personas.

El Aedes aegypti se alimenta durante el día: los periodos en que se intensifican sus picaduras son a primera hora de la mañana y el atardecer, antes de que anochezca. Por este motivo, las picaduras pueden producirse en casa o en el trabajo.

El dengue no se transmite directamente de persona a persona. No obstante, una persona infectada y que ha contraído el dengue puede infectar a otros mosquitos. Se sabe que los seres humanos portan la infección de un país a otro o de una zona a otra durante la etapa en que el virus circula y se reproduce en el sistema sanguíneo.

El Aedes aegypti ha evolucionado hasta convertirse en un mordedor intermitente y prefiere morder a más de una persona durante los periodos en que se alimenta. Este mecanismo ha convertido al Aedes aegypti en un vector de epidemias muy eficiente. El Aedes albopictus también transmite el dengue.

Los mosquitos prosperan en zonas cercanas a la población humana (áreas urbanas).

El mosquito del dengue pone sus huevos en recipientes llenos de agua que se encuentran en el interior de los hogares y en los alrededores de las viviendas (por ejemplo, en botellas no utilizadas, envases, residuos desechados o neumáticos viejos, entre otros, en los que se acumula agua).

Los huevos eclosionan al entrar en contacto con el agua. Pueden soportar condiciones muy secas y sobrevivir durante meses. Los mosquitos hembra ponen docenas de huevos hasta en cinco momentos a lo largo de su vida.

Los mosquitos adultos suelen permanecer en espacios oscuros interiores (armarios, debajo de la cama, detrás de las cortinas). Ahí, protegidos del viento, la lluvia y la mayoría de los depredadores, aumenta su esperanza de vida y la probabilidad de vivir lo suficiente como para contraer el virus de una persona y transmitirlo a la siguiente.

La mejor medida preventiva para las zonas infestadas con el mosquito Aedes es eliminar los lugares en que los mosquitos ponen sus huevos, lo que se conoce como reducción de la fuente. Reducir el número de huevos, larvas y pupas hará que disminuya el número de nuevos mosquitos adultos y la transmisión de la enfermedad. A continuación se enumeran algunos ejemplos de hábitats:

  • En interiores
    • trampas para hormigas
    • jarrones para flores y sus platos
    • depósitos de almacenamiento de agua (agua de bebida para el hogar, baños, etc.)
    • envases de plástico
    • botellas.
  • En exteriores
    • botellas y latas desechadas
    • neumáticos desechados
    • envases artificiales
    • hoyos en el tronco de un árbol, baches, obras de construcción
    • bidones para recoger el agua de lluvia
    • conchas, cáscaras, vainas de árboles
    • axilas de las hojas de distintas plantas
    • embarcaciones, equipo.

Los artículos que se utilizan para recoger el agua de lluvia o almacenar agua deben cubrirse o desecharse correctamente. El resto de envases esenciales deben vaciarse, limpiarse y fregarse (para eliminar los huevos) al menos una vez a la semana. Esto evitará la aparición de mosquitos adultos tras la etapa huevo/larva/pupa.

La participación de la comunidad es fundamental para prevenir el dengue. La labor conjunta de los hogares para reducir la densidad de vectores propiciará que la tasa de transmisión disminuya o incluso se detenga.

Protecting yourself from mosquito bites is most effective by reducing exposed skin to mosquitoes to bite on. Long-sleeved clothing and mosquito repellents (containing DEET, IR3535 or Icaridin) are the most viable options.

Window and door screens and air conditioning reduce the risk of mosquitoes coming into contact with household members. Mosquito nets (and/or insecticide-treated nets) will also provide additional protection to people sleeping during the day or protect against other mosquitoes that can bite at night (such as malaria). Household insecticide aerosols, mosquito coils, or other insecticide vaporizers may also reduce biting activity.

Actualmente, existe una vacuna para la prevención del dengue.

TAK-003 es la única vacuna contra el dengue disponible que está autorizada. La pauta de vacunación se compone de 2 dosis, administradas con tres meses de diferencia, para grupos de edad concretos y en circunstancias específicas, de conformidad con las recomendaciones de la OMS.

La OMS recomienda el uso de TAK-003 en niños de 6 a 16 años en entornos con alta intensidad de transmisión del dengue. Actualmente, la OMS no recomienda el uso programático de la vacuna TAK-003 en niños menores de 6 años debido a la menor eficacia de la vacuna en este grupo etario.

La vacuna TAK-003 no debe administrarse a:

  • personas embarazadas o que planean quedar embarazadas al menos un mes después de la vacunación;
  • personas que están amamantando;
  • personas con deficiencia inmunitaria congénita o adquirida, incluidas aquellas que han recibido terapias inmunosupresoras, como quimioterapia o altas dosis de corticosteroides sistémicos (por ejemplo, 20 mg/día o 2 mg/kg de peso corporal/día de prednisona durante 2 semanas o más), durante las 4 semanas previas a la vacunación; y
  • personas con infección por el VIH sintomática o con infección por el VIH asintomática asociada a evidencia de función inmune deteriorada.

Viajeros: las personas que viven en países donde la enfermedad no es endémica y que previamente se han infectado con alguno de los cuatro serotipos del virus del dengue tras viajar a países donde la enfermedad sí es endémica pueden recurrir a la vacuna TAK-003 para prevenir una segunda infección por dengue (y, por lo tanto, potencialmente más grave) cuando vuelvan a viajar a un país donde la enfermedad es endémica.

La vacunación contra el dengue debe considerarse como parte de una estrategia integrada para controlar la enfermedad, que incluye el control de vectores, el manejo adecuado de los casos y la educación y la implicación de la comunidad. El control integral de vectores debe seguir siendo un componente fundamental de los programas de control del dengue.