Obesidad: análogos del GLP-1
2 de diciembre de 2025 | Preguntas y respuestas
Los agonistas del receptor del péptido glucagonoide de tipo 1 (análogos del GLP-1) son una clase de fármacos que actúan como esta hormona presente en el organismo, es decir, regulando la glucemia y el apetito. Aunque en un principio se utilizaron para tratar la diabetes de tipo 2, ahora también se han autorizado para tratar la obesidad y la pérdida de peso. Algunos de estos fármacos reducen el riesgo de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardiaca, y disminuyen la incidencia de diabetes de tipo 2, así como de enfermedades renales y hepáticas, entre otras afecciones.
Los análogos del GLP-1 estimulan la liberación de insulina cuando la glucemia es alta. Al reducir la secreción de glucagón, ayudan a disminuir la glucemia.
Además, retrasan la digestión de los alimentos y aumentan la sensación de saciedad, lo que lleva a reducir la ingesta.
Los análogos del GLP-1 no son adecuados para todas las personas. Solo debe recetarlos un médico tras examinar el historial clínico y las indicaciones correspondientes. Según las recomendaciones actuales de la OMS, solo deben prescribirse como opción terapéutica a largo plazo para los adultos con obesidad (es decir, con un índice de masa corporal de 30 o más). Estas directrices no contemplan prescribirlos a embarazadas, ya que no se han probado en este grupo.
Los análogos del GLP-1 son eficaces para perder peso. La mayoría de las personas que los toman pierde al menos un 5 % de su peso corporal. Sin embargo, para obtener mejores resultados, deben combinarse con intervenciones conductuales estructuradas que incluyan una alimentación saludable y ejercicio.
Los efectos secundarios más habituales son náuseas, vómitos, estreñimiento y diarrea, que suelen ser leves y desaparecer al interrumpir el tratamiento o bien disminuyen con el tiempo. Además, estos fármacos se siguen asociando con otros problemas gastrointestinales, como enfermedades biliares, pancreatitis aguda, obstrucción intestinal y gastroparesia (un trastorno relacionado con la dificultad para digerir los alimentos), aunque todavía se están evaluando. También se ha mencionado el cáncer de tiroides como un posible efecto nocivo, pero ese riesgo aún se está evaluando en el ser humano.
Un evento adverso muy infrecuente es la neuropatía óptica isquémica anterior no arterítica, que causa pérdida de la visión, aunque, por el momento, las pruebas no son concluyentes.
El tratamiento con análogos del GLP-1 suele ser prolongado y dura al menos seis meses. La OMS supervisa los datos sobre la eficacia y la seguridad a largo plazo de estos fármacos, así como el momento y los efectos de su suspensión, con el fin de poder proporcionar orientaciones específicas en el futuro.
No, los análogos del GLP-1 no están disponibles en todas partes. Su disponibilidad depende, entre otros factores, de la capacidad de producción, el registro en los países, el costo y el suministro. En los países de ingresos altos se encuentran más en el mercado, aunque a veces escasean cuando aumenta la demanda. En cambio, su disponibilidad es mucho menor en los países de ingresos bajos y medianos. La OMS presta apoyo a los países para mejorar la disponibilidad de medicamentos, incluidos los análogos del GLP-1.
No. Aunque los análogos del GLP-1 se utilizan para tratar la obesidad, no deben sustituir otros medios de control del peso. En cualquier programa de atención crónica de la obesidad es fundamental tomar una alimentación saludable y realizar actividad física de forma habitual.