Gripe: Así ayuda la preparación a combatir otras enfermedades infecciosas

12 de septiembre de 2024 | Preguntas y respuestas

Dra. Wenqing Zhang, Jefa del Programa Mundial de la OMS sobre la Gripe

Durante la preparación y la respuesta frente a los brotes de gripe, aprendemos y, al mismo tiempo, ponemos en práctica posibles respuestas a otros eventos respiratorios o enfermedades emergentes. Esto es así porque la gripe comparte atributos con otras enfermedades respiratorias, como la COVID-19. Al igual que sucede con la gripe, muchos otros virus respiratorios afectan principalmente al sistema respiratorio, y los síntomas a menudo son indistinguibles. Además, los patógenos respiratorios se suelen propagar de manera similar.

La preparación para una pandemia de gripe comporta la creación y el desarrollo de unas infraestructuras y unas habilidades esenciales que pueden utilizarse con otras enfermedades. Por ejemplo, la creación de capacidad para la vigilancia de la gripe y la respuesta a brotes epidémicos puede adaptarse rápidamente para afrontar otras enfermedades que podrían provocar una pandemia o una epidemia, como el MERS, otros coronavirus o nuevas amenazas respiratorias. Podemos ensayar las actividades de comunicación para responder a los brotes y comprender mejor los aspectos conductuales de la reticencia a la vacunación. La gripe también puede ayudarnos a aprender a implementar un programa de vacunación e introducir nuevos tratamientos.

La preparación frente a la gripe hace hincapié en la importancia de la cooperación internacional. El intercambio oportuno a nivel mundial de datos, recursos y conocimientos especializados mejora la capacidad de responder eficazmente a una pandemia.

En África, cinco países contaban, en 2006, con un programa de vigilancia para el seguimiento de la gripe y el procesamiento de muestras. Tras muchas iniciativas orientadas a la creación de capacidades, el número de países que periódicamente llevan a cabo actividades de vigilancia de la gripe ronda en la actualidad los 25. Estos sistemas de vigilancia de la gripe han dotado a los países de capacidades primarias, como ha quedado demostrado en las emergencias: cuando se produjo la pandemia de 2009, muchos estaban en condiciones de diagnosticar los primeros casos gracias a sus programas de vigilancia de la gripe, de nueva creación, y estaban asimismo a la vanguardia para detectar el SARS-CoV-2. En la actualidad, muchos países han incorporado la vigilancia del SARS-CoV-2 y del virus respiratorio sincicial (VRS) a sus programas de vigilancia de la gripe.  

También hemos puesto en marcha un programa mundial de capacitación en materia de respuesta rápida que ha permitido impartir capacitación a más de 100 países, muchos de ellos de África. La mayoría de estos países recurrían, para responder a los brotes de enfermedades respiratorias y no respiratorias, como el sarampión, la fiebre del Valle del Rift y el ébola, así como durante la reciente pandemia de SARS-CoV-2, a los equipos encargados de la respuesta a los brotes de gripe.

El Programa Mundial de la OMS sobre la Gripe lleva más de 70 años trabajando para proteger al mundo de la gripe mediante un marco mundial (el Sistema Mundial de Vigilancia y Respuesta a la Gripe (SMVRG)) e iniciativas de vigilancia, preparación y respuesta. El Marco de Preparación para una Gripe Pandémica (PIP), de la OMS, tiene por objeto mejorar y reforzar el intercambio de virus gripales potencialmente pandémicos y ampliar el acceso de los países en desarrollo a las vacunas y otros suministros relacionados con la pandemia. La iniciativa de la OMS de Preparación y Resiliencia frente a Amenazas Emergentes (PRET) también apoya, a través de un enfoque innovador, la preparación frente a pandemias. 

La Asamblea de la Salud adoptó, en 2020, la Estrategia Mundial contra la Gripe 2019-2030, que se basa en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y en las iniciativas para fortalecer los sistemas de salud a fin de lograr la cobertura sanitaria universal (CSU). La Estrategia pide a los Estados Miembros de la OMS que elaboren medidas de prevención y control de la gripe estacional. Estas iniciativas, a su vez, permitirán estar mejor preparados para la próxima pandemia. 

La Estrategia se centra en tres prioridades:

  • el fortalecimiento de la preparación frente a pandemias
  • la ampliación de las medidas de prevención y control de la gripe estacional
  • y la investigación y la innovación.

La investigación y la innovación abarcan la mejora de la modelización y la previsión de los brotes de gripe, así como el desarrollo de nuevas vacunas.