Radiación: protéjase contra el cáncer de piel ¿Se pueden evitar los daños que causa la radiación ultravioleta?
16 de julio de 2024 | Preguntas y respuestas
En general, los efectos nocivos de la radiación ultravioleta se pueden evitar. Se sabe que el aumento en la incidencia del cáncer de piel en las últimas décadas está estrechamente relacionado con la exposición profesional y recreativa a esta radiación. La sobreexposición daña la piel, los ojos y el sistema inmunitario. Aunque, en algunas culturas, el bronceado se valora estéticamente y se considera atractivo, incluso como signo de buena salud, la realidad es que no es en absoluto saludable y que la piel se oscurece para evitar que la radiación cause daños mayores. Cuatro de cada cinco casos de cáncer de piel se podrían prevenir con la protección adecuada. Basta con tomar unas sencillas precauciones.
Las actividades al aire libre aportan muchos efectos beneficiosos, tanto físicos como psicológicos. La clave está en equilibrarlos con la necesidad de proteger la piel de los conocidos efectos nocivos de la radiación ultravioleta. A continuación se indican las medidas más eficaces para protegerse del sol.
Limite el tiempo de exposición al sol del mediodía
Los rayos solares ultravioletas son más potentes durante las dos horas anteriores y posteriores al mediodía. Siempre que se pueda, debe limitarse la exposición en ese periodo, sobre todo en los meses de primavera y verano. En cambio, a primera hora de la mañana y a última hora de la tarde, el riesgo de sufrir quemaduras solares es mucho menor, por lo que se puede permanecer al aire libre.
Esté atento al índice ultravioleta
El índice ultravioleta (índice UV) mide la intensidad de la radiación ultravioleta. Su valor mínimo es cero y, cuanto más alto sea, mayor es el riesgo de que la luz cause daños en piel y los ojos y menor el tiempo que tardan en producirse. Es un dato importante para planificar actividades al aire libre y evitar la sobreexposición a la radiación ultravioleta. Aunque siempre es conveniente protegerse contra la exposición excesiva, reviste especial importancia cuando este índice alcanza valores de 3 o más. Los valores del índice ultravioleta correspondientes a su región o ubicación geográfica se pueden consultar en los sitios en línea de los servicios meteorológicos, en aplicaciones meteorológicas o en la aplicación SunSmart Global UV, que también informa de los periodos en que hay que protegerse de la luz solar.
Busque la sombra
Cuando la radiación ultravioleta sea más intensa, trate de mantenerse a la sombra. No olvide que algunos elementos, como los árboles, las sombrillas y los toldos, dan sombra pero no protegen por completo de la luz solar. Además, tenga en cuenta también que puede estar expuesto a los rayos ultravioletas procedentes de la radiación dispersa y de la luz que se refleja en superficies como la nieve y los materiales que brillan, como el agua, la arena de las playas y los edificios blancos.
Protéjase con ropa
La mejor manera de protegerse al aire libre es cubrirse con ropa. Puede usar un sombrero de ala ancha para protegerse los ojos, las orejas, el rostro y la parte posterior del cuello. La ropa tupida protege la piel y las gafas (lentes) de sol envolventes que ofrecen una protección del 100% contra los rayos ultravioletas A y B (UVA y UVB) reducen en gran medida el riesgo de que el sol cause lesiones oculares.
Aplíquese un filtro solar
Aplíquese un filtro solar de amplio espectro en las zonas de la piel que no se puedan cubrir con ropa. No obstante, recuerde que la mejor forma de protegerse del sol no es usar estos protectores, sino mantenerse en la sombra y llevar ropa. No use filtros solares como excusa para prolongar la exposición al sol porque, aunque pueden retrasar la aparición de quemaduras, no bloquean por completo la radiación ultravioleta. Se recomienda aplicar un producto de amplio espectro, que proteja contra las radiaciones UVA y UVB y que tenga un factor de protección solar de al menos 30. Deben aplicarse cantidades generosas (de tres a cuatro cucharadas grandes para cubrir todo el cuerpo de un adulto) y repetir la aplicación cada dos horas y después de sudar, nadar, jugar o practicar ejercicio al aire libre.
No utilice cabinas de bronceado
Las cabinas de bronceado emiten rayos ultravioletas intensos que, como se ha demostrado claramente, pueden causar cáncer de piel. Aunque pueden tener algunos beneficios, como la producción de vitamina D, estos se ven superados por los riesgos que conllevan, así que es preferible no utilizarlas. Varios países han promulgado leyes para prohibir o restringir su uso.
Época del año
En general, se recomienda extremar las precauciones entre primavera y principios de otoño, pues es la época del año en que los rayos solares son más intensos. En función del tipo de piel, en los trópicos y las zonas cercanas al ecuador también puede ser necesario protegerse de la radiación UV durante todo el año.
Hora del día
A primera hora de la mañana y al final de la tarde, los rayos ultravioletas que llegan a la Tierra son débiles. En cambio, pueden ser muy fuertes en las horas centrales del día, es decir, en las dos horas anteriores y posteriores al mediodía.
De vacaciones
Durante las vacaciones en regiones soleadas, el riesgo de experimentar una exposición repentina a una radiación ultravioleta intensa es elevado. Esta exposición intermitente es un importante factor de riesgo de cáncer de piel, sobre todo para las personas de piel clara. Por lo tanto, es importante conocer la propia sensibilidad a esta radiación y protegerse debidamente.
Superficies reflectantes
Algunas superficies reflejan la radiación ultravioleta, por lo que intensifican la exposición hasta niveles que pueden superar el valor máximo del índice ultravioleta recomendado para un solo día. Por ejemplo, la nieve puede reflejar hasta el 90% de los rayos ultravioletas, mientras que las paredes blancas reflejan alrededor del 20%. Protéjase bien, sobre todo al esquiar, practicar deportes acuáticos o pasar mucho tiempo en playas de arena clara.
Sunscreens offer a way of protecting your skin against harmful effects of UV radiation. However, they cannot completely block UV radiation and should be used in combination with other methods such as sun avoidance and clothing. Remember that the aim of applying sunscreen is not to prolong your stay in the sun.
Sunscreens may contain physical or chemical UV radiation filters. While physical UV filters reflect or scatter the UV rays, chemical UV filters act by absorbing the UV radiation. Today's broad spectrum sunscreens filter UV radiation in the UV-A and the UV-B range. The sun protection factor (SPF) specifies the degree of protection against UVB radiation, not UVA radiation.
Debe usarse siempre un filtro solar que proteja tanto contra los rayos UVA como contra los UVB y que tenga un factor de protección de al menos 30. Para protegerse suficientemente, aplíquese una capa gruesa y uniforme por todo el cuerpo de 20 a 30 minutos antes de salir al aire libre, prestando especial atención a las áreas más expuestas, como las orejas, la nariz, la frente y el cuello. Repita la aplicación cada dos horas y después de nadar o sudar, ya que la protección se pierde al secarse. Además, puede usar un protector labial con filtro solar para evitar la aparición recurrente de herpes labiales.
Varios estudios han demostrado que la mayoría de las personas no se aplican cantidades suficientes de filtro solar y que, por tanto, no alcanzan el factor de protección indicado en el envase. Si quieren alcanzar dicho factor, los adultos han de aplicarse unos 35 ml de protector solar, cubriendo toda la superficie corporal. Recuerde que es mejor aplicar de más que quedarse corto.
Es importante no confundir el filtro solar con las lociones reparadoras para después del sol («aftersun»), que se emplean para hidratar y aliviar la piel seca o quemada por el sol pero no protegen contra la radiación ultravioleta ni reparan los daños que causa en el ADN.
La ropa es la barrera más eficaz contra el sol. Los elementos básicos para protegerse en verano son una ropa adecuada, un sombrero de ala ancha, calzado y gafas de sol. La eficacia con que la ropa protege de la radiación ultravioleta depende de varios factores: su forma, su estructura (tejido o punto), el tamaño de los poros, el grosor de las fibras, la composición del material, el color y el acabado (por ejemplo, si tiene alguna impregnación o se han usado materiales resistentes a la radiación ultravioleta). Además, la protección varía en función de si la prenda está seca o mojada.
- Las prendas tupidas bloquean mejor los rayos ultravioletas.
- Los colores oscuros suelen bloquear más esta radiación.
- Las prendas mojadas, desgastadas o que han sufrido estiramientos pueden perder parte de sus propiedades protectoras frente a la radiación ultravioleta.
- Las fibras sintéticas, como la licra y el poliéster, suelen proteger mejor que el algodón, sobre todo cuando la prenda está mojada.
Algunas prendas de protección solar llevan una etiqueta con su factor de protección ultravioleta, que mide la protección tanto contra los rayos UVA como contra los UVB. Este indicador es equivalente al factor de protección solar de los filtros que se aplican en la piel. Cuanto mayor es el factor de protección ultravioleta, menos radiación ultravioleta llega a la piel y mayor es la protección contra las quemaduras y otros efectos nocivos del sol. Por ejemplo, un tejido con un factor de 50 bloquea el 98% de los rayos solares: es decir, solo lo atraviesan el 2% (una quincuagésima parte). Estas prendas pueden ser útiles para realizar trabajos o practicar deportes al aire libre.
Al igual que la piel, los ojos también sufren daños causados por la exposición a los rayos ultravioletas que se acumulan a lo largo de la vida y pueden ser irreversibles. Las gafas (lentes) de sol mejoran la visión y protegen los ojos porque reducen el deslumbramiento y aumentan el contraste, de modo que la luz intensa molesta menos. Recuerde que ni el color de las gafas, ni su opacidad, ni su precio indican el nivel de protección contra la radiación ultravioleta. Esta protección varía mucho entre modelos, pero la mayoría de las gafas de sol comercializadas bloquean un alto porcentaje de esa radiación.
Para ofrecer una protección total, las gafas deben absorber los rayos UVA y UVB hasta una longitud de onda de 400 nanómetros, lo cual se indica con la etiqueta «UV400». Pida a su óptico que le indique la categoría de filtrado de las gafas, sobre todo si son correctoras. Los modelos envolventes protegen más y están especialmente indicados para las personas que trabajan o practican deportes al aire libre.
La intensidad de la radiación ultravioleta varía mucho según el lugar y la hora del día, por lo que conviene informarse del índice ultravioleta en cada zona. Al viajar a una región soleada, muchas personas tienden a subestimar el riesgo de exposición a la radiación ultravioleta, a pesar de que el daño que esta puede causar en la piel y los ojos es mayor. Además de las molestias asociadas a las quemaduras solares, los turistas pueden estar más expuestos a las consecuencias a largo plazo de esta radiación para la salud de los ojos y la piel, como el envejecimiento cutáneo y el cáncer de piel.
Sí, los niños son más vulnerables a la radiación ultravioleta que los adultos, por lo que requieren una protección especial. Las quemaduras solares aumentan el riesgo de sufrir melanoma (la forma más grave de cáncer de piel) a cualquier edad, pero más durante la infancia. Los niños tienen más tiempo por delante para acabar padeciendo enfermedades con largos periodos de latencia, más años de vida que perder y más sufrimiento potencial por el deterioro de su salud.
Por lo general, los niños no son conscientes del peligro que entrañan los rayos ultravioletas, por lo que corresponde a sus padres protegerlos de los daños que causan a corto y largo plazo.
- Los niños menores de 12 meses deben permanecer siempre a la sombra.
- No deje que los bebés y los niños pequeños duerman al sol.
- Anime a sus hijos a jugar en zonas de sombra.
- Cuando estén al aire libre, deben llevar ropa protectora, un sombrero y gafas de sol.
- Acostúmbrelos a llevar puesto filtro solar.
- Aplique generosamente en la piel del niño un filtro solar de alta protección, como mínimo cada dos horas, cubriendo especialmente las zonas más expuestas (rostro, cuello, hombros, espalda, rodillas y parte superior de los pies).
- No permita que los niños y adolescentes utilicen cabinas de bronceado.