Sr. Teodoro Herbosa, Secretario de Estado de Salud de Filipinas y Presidente de la Asamblea de la Salud,
Señores Ministros, señores Jefes de Delegación, Sr. Mike Ryan, Director General Adjunto, estimados colegas y amigos:
Le estoy profundamente agradecido, señor Presidente, por su liderazgo al frente de la 78.ª Asamblea Mundial de la Salud.
Ha presidido una Asamblea de la Salud histórica y ha tenido el honor de proclamar la adopción del Acuerdo sobre Pandemias de la OMS.
Por ello, me complace entregarle el mazo ceremonial con el que proclamó la adopción del Acuerdo.
[EL DIRECTOR GENERAL ENTREGA EL MAZO AL SECRETARIO HERBOSA]
Deseo expresar también mi más sincero agradecimiento a las Presidentas de las Comisiones A y B.
En primer lugar, a la Dra. Esperance Luvindao, Ministra de Salud y Servicios Sociales de Namibia, por su liderazgo como Presidenta de la Comisión A.
Sra. Luvindao: era usted la Presidenta cuando su Comisión aprobó el Acuerdo sobre Pandemias en la noche del lunes 20 de mayo de 2025, momento en que todos fuimos conscientes de que lo habíamos logrado. Ha administrado usted un orden del día muy completo, dada la gran diversidad de actividades de nuestra Organización.
La invito a subir al estrado para recibir el mazo ceremonial como muestra de nuestro reconocimiento.
[EL DIRECTOR GENERAL ENTREGA EL MAZO CEREMONIAL A LA DRA. LUVINDAO]
A continuación, quiero dar las gracias a la Sra. Katarzyna Drążek-Laskowska, Directora del Departamento de Cooperación Internacional de Polonia, por su liderazgo como Presidenta de la Comisión B.
Ha gestionado usted un orden del día igualmente extenso y diverso, con una amplia gama de cuestiones técnicas, políticas y administrativas de gran importancia. Si no me equivoco, hoy se ha batido el récord de votaciones celebradas en la Comisión B.
La invito a acercarse para recibir el mazo ceremonial en señal de nuestro reconocimiento.
[EL DIRECTOR GENERAL ENTREGA EL MAZO CEREMONIAL A LA SRA. DRĄŻEK-LASKOWSKA]
Estimados colegas: los invito a que me acompañen una vez más para dar las gracias al Presidente, a las Presidentas y a todos los Vicepresidentes, Vicepresidentas y Relatores por su liderazgo y su labor al servicio de esta Asamblea de la Salud.
[APLAUSOS]
Quisiera aprovechar esta oportunidad para hacer extensivo mi agradecimiento al Dr. Jerome Walcott, Presidente del Consejo Ejecutivo, y a la Dra. Cathrine Lofthus, Presidenta del Comité de Programa, Presupuesto y Administración, por haber contribuido al éxito de esta Asamblea de la Salud. Les ruego que los aplaudan en señal de agradecimiento.
[APLAUSOS]
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Señor Presidente,
Excelencias, estimados colegas y amigos:
El viernes por la tarde me ausenté antes de tiempo de la Asamblea de la Salud para asistir a la ceremonia de graduación de secundaria de mi hija Blen.
Cuando nos mudamos a Ginebra hace ocho años, Blen era una niña. Hoy es una joven con todo el futuro por delante.
Como cualquier padre, me siento muy orgulloso de ella y estoy deseoso de ver adónde la lleva la vida.
Y, como cualquier padre, también me preocupa su futuro y el mundo en el que va a vivir.
Un mundo incierto, marcado por guerras, pobreza, desigualdad y divisiones;
Un mundo amenazado por pandemias y epidemias, por una alimentación insuficiente e inadecuada, por el aire y el agua contaminados, por carreteras peligrosas y por la grave amenaza del cambio climático.
La semana pasada me reuní con ministros de salud de casi 50 países, muchos de los cuales atraviesan crisis muy graves, como Haití, el Líbano, Palestina, Sierra Leona, Siria, el Sudán y Ucrania.
Esa experiencia me hizo tener muy presente el inmenso sufrimiento que padece tanta gente en el mundo.
Pero también me recordó que, si bien hay muchos motivos de preocupación, también hay muchas razones para la esperanza.
Es cierto que a veces se abusa de expresiones como «histórico» y «gran hito», pero pocas veces han sido tan apropiadas como para referirse a la adopción del Acuerdo de la OMS sobre Pandemias el pasado martes.
Del mismo modo, la aprobación del próximo aumento de las contribuciones señaladas ha constituido un claro voto de confianza en la OMS en este momento decisivo. Muchas gracias.
También han adoptado ustedes una serie de resoluciones importantes en distintas áreas de la labor técnica de la Organización:
Una nueva meta para reducir a la mitad los efectos de la contaminación atmosférica en la salud de aquí a 2040;
Nuevos objetivos sobre nutrición materna e infantil;
El refuerzo de la normativa sobre la comercialización digital de sucedáneos de la leche y alimentos para lactantes;
Una nueva estrategia mundial sobre medicina tradicional;
Por primera vez, resoluciones sobre la salud pulmonar y la salud renal;
Una resolución para avanzar hacia un futuro sin plomo;
La inclusión del Día Mundial de la Eliminación del Cáncer de Cuello Uterino y del Día Mundial de la Prematuridad en las campañas oficiales de salud de la OMS;
Y resoluciones sobre la salud digital, la dracunculosis, la financiación de la salud, el personal de salud y asistencial, el diagnóstico por imagen, la atención obstétrica y de enfermería, las enfermedades raras, la deficiencia sensorial, las enfermedades cutáneas y la conexión social, entre otras.
En todas estas resoluciones, han expresado la voluntad colectiva de las naciones del mundo —es decir, de las Naciones Unidas— de actuar conjuntamente ante desafíos compartidos.
El trabajo realizado esta semana refleja la amplitud de la misión y el mandato de la OMS.
Sí, la OMS se enfrenta a muchos retos, pero ustedes han manifestado con claridad su apoyo inequívoco para superarlos.
Sí, hay conflictos en el mundo, pero han demostrado que también hay cooperación;
Sí, hay división, pero han demostrado que también hay unidad;
Sí, hay desigualdad, pero han reafirmado su compromiso con la equidad;
Sí, hay enfermedades, pero han reafirmado su compromiso con la salud, la salud para todos.
Gracias a todos por el trabajo realizado durante esta semana, en la que ustedes, las naciones del mundo, han hecho historia.
Muchas gracias por su apoyo a la OMS y por su compromiso permanente con nuestra aspiración fundacional: alcanzar el grado máximo de salud que se pueda lograr para todas las personas, no como un lujo para unos pocos, sino como un derecho para todos.
Muchas gracias. Nuestro más sincero agradecimiento, en mi nombre y en el de toda la familia de la OMS. Les deseo a todos un feliz regreso a casa.