L'histoire d'Emilia

L'histoire d'Emilia

Emilia, 36 años, dueña de una tienda, Colombia

«El bebé muerto al que di a luz a las 32 semanas de embarazo ya tenía nombre: Julio César. Fui a la clínica a toda velocidad porque tenía la tensión arterial muy elevada. Después de examinarme, el médico me dijo que descansara y me recetó un medicamento para bajar la tensión arterial, pero no me dio ningún otro consejo. En la farmacia me dieron muchos más consejos sobre los alimentos a evitar, el consumo de sal (que debía reducir drásticamente), el descanso y la forma de acostarme; estaba muy sorprendida de que el médico no me hubiera dicho nada de esto. 

Al cabo de una semana seguía presentando los mismos síntomas, así que volví a la clínica. El médico me llevó rápidamente a hacerme una ecografía durante la cual me dijo que algo iba mal. Le pregunté de qué se trataba y me dijo que el bebé no presentaba ningún signo vital. Ya sabía que mi bebé estaba muerto. Sé que se podría haber evitado. Si me hubieran dado más información desde el principio y hubiera recibido más atención médica en los momentos críticos de mi embarazo, mi bebé se podría haber salvado.»