La inminente llegada del monzón y la financiación insuficiente comprometen los logros sanitarios en Cox's Bazar (Bangladesh)

8 de mayo de 2018
Comunicado de prensa
Ginebra

La OMS advierte de que, a menos que se obtenga urgentemente más financiación, la llegada del monzón a Bangladesh compromete gravemente los servicios sanitarios básicos que se prestan a 1,3 millones de personas —refugiados rohinyá y sus comunidades de acogida— que viven en Cox's Bazar.

La OMS y sus asociados han estado intensificando sus operaciones sanitarias desde septiembre de 2017 para ayudar a las autoridades bangladesíes a salvar la vida de miles de refugiados que, en un breve periodo, han cruzado en masa la frontera con Myanmar. Ante el alto riesgo de que aparezcan brotes entre los refugiados, que viven en campamentos superpoblados y en condiciones sanitarias deficientes, la OMS ha priorizado desde el principio el control de las enfermedades.

La OMS estableció rápidamente un sistema vital de alerta temprana de los brotes y, junto con las autoridades y sus asociados, ha administrado más de 3 millones de dosis de vacunas contra enfermedades mortales como el cólera, el sarampión, la rubéola, la difteria, el tétanos y la poliomielitis. Tras la detección de un brote de difteria, la Organización reaccionó rápidamente para enviar a expertos internacionales, medicamentos, suministros y equipos médicos de emergencia.

A fin de proteger del cólera a las comunidades durante la estación del monzón, la OMS y sus asociados iniciaron el pasado 6 de mayo una campaña masiva de administración de la vacuna anticolérica oral a cerca de un millón de rohinyás y miembros de las comunidades de acogida. Esta tercera campaña de vacunación oral contra la enfermedad se añade a las dos llevadas a cabo el año pasado, cuando se vacunaron alrededor de 900 000 personas.

La OMS y sus asociados trabajan sin descanso para ampliar la prestación de otros servicios sanitarios básicos para los refugiados. Por ejemplo, las madres saben que ahora pueden llevar a sus hijos enfermos a un dispensario donde recibirán tratamiento. La OMS también está ayudando a ampliar el hospital distrital de Cox's Bazar para responder mejor a la afluencia adicional de pacientes refugiados, y ha establecido en la facultad de medicina un laboratorio que se necesitaba con apremio. Además, se siguen ampliando los servicios de salud reproductiva, salud mental y enfermedades crónicas.

El Dr. Roderico Ofrin, Director de Emergencias en la Región, explica: «Estamos realizando esfuerzos colectivos junto con el Gobierno de Bangladesh y otros asociados para la salud con objeto de satisfacer las necesidades urgentes de los refugiados rohinyá. Este es un entorno de emergencia muy difícil pero, hasta ahora, hemos podido evitar una importante crisis de salud pública. Debemos mantener y reforzar estos esfuerzos concertados frente a los riesgos que conlleva la actual temporada de lluvias».

Sin embargo, estos progresos se podrían ir al traste en cualquier momento, y la salud de los refugiados continúa estando en peligro. Los primeros corrimientos de tierras, que se registraron en el Campamento 4 en Ukhia, dejaron una víctima mortal y dos heridos. Este suceso es una señal inequívoca de la llegada inminente del monzón a Bangladesh, por lo que es necesario intensificar las labores de preparación.
Alrededor de 65 de los 226 centros de salud de los campamentos de refugiados se encuentran en lugares que pueden inundarse y sufrir corrimientos de tierras, y muchos más podrían quedar inaccesibles. A la OMS le preocupa también el aumento del riesgo de enfermedades diarreicas, enfermedades respiratorias y paludismo en estos campamentos superpoblados cuando se complique el acceso a los servicios sanitarios. El suministro de agua y las condiciones de saneamiento son todavía bastante insuficientes y empeorarán con las inundaciones. Además, la temporada de huracanes también es inminente.

En los últimos meses, la OMS y sus asociados se han estado preparando para la estación del monzón y de ciclones. Para ello, han identificado los centros de salud amenazados por las inundaciones y los corrimientos de tierras y les han suministrado equipos y suministros médicos. Además, han intensificado la preparación frente a los brotes y han formado a equipos médicos móviles para poder desplegarlos de inmediato.

La falta de fondos es otro problema importante. A pesar de la extraordinaria generosidad del Gobierno de Bangladesh y de los encomiables esfuerzos de los asociados para la salud, los recursos disponibles son increíblemente limitados. Las organizaciones de ayuda pusieron en marcha el Plan conjunto de respuesta a la crisis humanitaria de los refugiados rohinyá, con el que pretenden recaudar US$ 113,1 millones para el sector de la salud. Por el momento, solo han obtenido el 3,4% de esa cantidad. Para 2018, la OMS ha emitido un llamamiento con el fin de recoger US$ 16,5 millones, pero aún no ha conseguido recaudarlos.

El Dr. Richard Brennan, Director de Operaciones de Emergencia de la OMS, explica: «Sin financiación, las operaciones en Cox's Bazar se complican y corremos el riesgo de malograr los enormes progresos alcanzados hasta ahora. Los planes de acción futuros de la OMS dependen enteramente de los donantes. Tenemos suficientes recursos para mantener nuestras operaciones hasta finales de junio, cuando la estación lluviosa estará en pleno apogeo. Pero no somos los únicos: muchos de nuestros asociados se encuentran en una situación financiera igual de precaria. La comunidad internacional debe aportar urgentemente fondos para prestar apoyo en este momento crucial tanto a los refugiados como a Bangladesh, el país que los acoge».