Los líderes mundiales han expresado un apoyo abrumador al texto de la primera declaración política mundial de las Naciones Unidas sobre la respuesta integrada a las enfermedades no transmisibles (ENT) y la salud mental. La declaración, negociada durante un proceso intergubernamental de cinco meses, se considerará en el octagésimo periodo de sesiones de la Asamblea General para su aprobación final en octubre de 2025.
Los jefes de Estado y de gobierno y los ministros de salud se reunieron ayer en la cuarta reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre las enfermedades no transmisibles y la salud mental.
Las ENT, incluidas las enfermedades cardiovasculares y pulmonares, el cáncer y la diabetes, son las principales causas de muerte en todo el mundo, y en 2021 se cobraron al menos 43 millones de vidas, incluidas las de 18 millones de personas menores de 70 años. Cuatro de cada cinco (82 %) de esas muertes prematuras se dan en países de ingreso bajo y mediano. Las condiciones de salud mental afectan a más de mil millones de personas en todo el mundo.
Las ENT están aumentando en todos los países y afectan a todas las comunidades, lo que las convierte en problemas urgentes para la salud pública, la productividad y el crecimiento económico sostenible.
La declaración política examinada se titula «Equidad e integración: transformar vidas y medios de subsistencia mediante el liderazgo y las medidas en materia de enfermedades no transmisibles y la promoción de la salud mental y el bienestar».
La declaración establece metas mundiales que deben alcanzarse para 2030, a saber: 150 millones menos de consumidores de tabaco; 150 millones más de personas con la hipertensión bajo control; y 150 millones más de personas con acceso a atención de salud mental.
Integra las enseñanzas extraídas de la pandemia de COVID-19 y responde a los nuevos desafíos mundiales, ampliando el conjunto de áreas de las ENT para incluir la salud bucodental, la salud pulmonar, el cáncer infantil, las enfermedades hepáticas, las enfermedades renales y las enfermedades raras; ampliando los determinantes ambientales, incluida la contaminación del aire, las soluciones limpias para cocinar, la exposición al plomo y los productos químicos peligrosos; y reconociendo el riesgo cambiante de daños digitales por la exposición a las redes sociales, el tiempo excesivo frente a pantallas, el contenido dañino y los riesgos de información errónea y desinformación.
También contiene un enfoque regulatorio más estricto sobre los cigarrillos electrónicos, los productos de tabaco novedosos, la comercialización de alimentos poco saludables para los niños, el etiquetado en la parte frontal de los envases y la eliminación de las grasas trans. Sus compromisos incluyen las experiencias y las necesidades de las personas que viven con ENT y condiciones de salud mental, las poblaciones vulnerables al clima, las poblaciones de los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) y las personas que viven en entornos humanitarios.