Llamamiento a la acción desde la comunidad de la salud

Llamamiento a la acción desde la comunidad de la salud

Frenemos la contaminación del aire que respiramos: prevengamos enfermedades y salvemos vidas

WHO
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La ciencia es tan clara como debería serlo el cielo

Es el momento de actuar

La contaminación del aire afecta la salud de miles de millones de personas en todo el mundo. Es la causante de la muerte de al menos siete millones de personas al año a nivel mundial, la gran mayoría debido a enfermedades no transmisibles (crónicas), como enfermedades cardiovasculares y respiratorias y cáncer de pulmón.

La buena noticia

Estas muertes son prevenibles.

La Segunda Conferencia Mundial de la OMS sobre Contaminación del Aire y Salud, que se celebrará próximamente en Cartagena (Colombia) en marzo de 2025, representa una oportunidad única para que gobiernos, dirigentes y otras instancias decisorias se comprometan a adoptar medidas audaces y decisivas en favor de un aire limpio con miras a salvar vidas.

El aire limpio no es un lujo: es un derecho humano y vital para la salud y el bienestar de todas las personas, especialmente las más vulnerables.

El precio de no actuar es demasiado alto

El uso de combustibles fósiles – que representó el 80% del conjunto de las fuentes de energía mundial en 2023 – impulsa la contaminación del aire y el cambio climático. Esta cifra exige tajantemente una transición hacia energías más limpias en todo el mundo.

Cada año, el precio de los efectos de la contaminación del aire en la salud a nivel mundial es de USD 8,1 billones, aunque menos del 1 % de la asistencia mundial para el desarrollo se invierte en mejorar la calidad del aire en los países de ingreso bajo y mediano, donde viven las poblaciones más vulnerables. Los beneficios económicos de reducir la contaminación del aire superan con creces sus costos. Necesitamos un compromiso urgente de gobiernos y empresas.

Nuestra salud está en juego

Respirar aire contaminado daña todos los órganos y sistemas de nuestro cuerpo, no solo los pulmones, sino también el corazón, la circulación, los riñones, el hígado, los ojos, los huesos y muchos más. La contaminación del aire puede deteriorar el desarrollo cognitivo y conductual en los niños y contribuir a la demencia en las personas mayores.

Las mujeres embarazadas tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones, como abortos espontáneos o la muerte prenatal de su bebé. Los recién nacidos tienen más probabilidades de nacer antes de tiempo o con un tamaño inferior al adecuado, lo que aumenta sus posibilidades de enfermarse más adelante en la vida.

Además, la exposición a contaminantes del aire tiende a ser mayor en las regiones más pobres, a menudo en lugares donde el acceso a la atención médica ya es limitado.

Únase al llamamiento de la comunidad de la salud por un aire limpio

Como comunidad de la salud somos testigos de las consecuencias de la contaminación del aire. Nosotros, los trabajadores de la salud y asistenciales, los pacientes y los progenitores de niños afectados, presenciamos el daño que el aire tóxico está causando a la salud de las personas, lo que reduce drásticamente nuestras perspectivas de una vida larga y saludable, ahora y en el futuro.

No podemos permitirnos esperar más.

El aire limpio es esencial para que todas las personas puedan vivir y esencial para el derecho a un ambiente saludable. Los gobiernos y las empresas deben tomar medidas urgentes, implementando acciones efectivas para que el aire limpio sea una realidad para todas las personas.
Astrid Puentes Riaño, UN Special Rapporteur on the human right to a healthy environment

Trabajadores de la salud y asistenciales, grupos de pacientes, miembros de organizaciones de la sociedad civil y particulares apoyan a la OMS en el llamamiento a los dirigentes mundiales y las instancias decisorias para frenar la contaminación y velar por un futuro con aire limpio para todas las personas.

Hacemos un llamamiento a la acción audaz de los gobiernos, dirigentes y otras instancias decisorias, los donantes y el sector privado para limpiar el aire que todos respiramos. En sus respectivas funciones, deberían comprometerse sin demora a:

  • garantizar el cumplimiento de medidas robustas para frenar la contaminación del aire, reducir las emisiones en origen y lograr con celeridad la plena aplicación de las Directrices Mundiales de la OMS sobre la Calidad del Aire;
  • velar por una transición justa e inclusiva hacia energías limpias y la reducción gradual de los combustibles fósiles de forma justa y equitativa;
  • reforzar las acciones por un aire limpio, mejor seguimiento y vigilancia, y la capacidad institucional para limitar la contaminación del aire y mitigar el cambio climático;
  • incrementar la financiación nacional e internacional para que el aire limpio pase a ser una prioridad en los programas mundiales y nacionales políticos y de salud, y
  • establecer fuerzas de trabajo intersectoriales con las competencias y la capacidad de diseñar y aplicar políticas con las que luchar contra la contaminación del aire, centrándose en la sensibilización continua, la capacitación, la investigación y el intercambio de las mejores prácticas de salud pública, especialmente en los países más afectados.

Nos comprometemos a predicar con el ejemplo:

  • sensibilizando sobre los efectos en la salud de la contaminación del aire y su relación con el cambio climático entre todos los actores del sector de la salud pública, los pacientes y el público en general, junto con medidas eficaces para reducir las emisiones y la exposición;
  • integrando la cuestión de la contaminación del aire en los planes de estudio, los programas de formación, los programas de educación continua y la práctica y las directrices profesionales en el ámbito de la salud;
  • defendiendo a los trabajadores de la salud y asistenciales con cargos de liderazgo y capacidad de toma de decisiones para que influyan en las políticas e iniciativas relativas a la calidad del aire, de manera que se otorgue prioridad a los pacientes, la salud pública y los sistemas de salud;
  • reduciendo la huella ambiental de los sistemas de salud al tiempo que se mejora la calidad y la accesibilidad de la atención, y
  • estableciendo colaboraciones entre organizaciones de salud y de otros ámbitos para apoyar la acción por un aire limpio.

Gracias a su dedicación y a la confianza que generan, los trabajadores de la salud y asistenciales y los miembros de la comunidad de la salud pueden defender con firmeza el argumento de la salud para fomentar la acción por un aire limpio.

Le instamos a unirse a este llamamiento a la acción para frenar la contaminación del aire que respiramos y lograr un futuro saludable tanto para las personas como para nuestro planeta.

Únase a nosotros para marcar la diferencia hoy, participe en iniciativas por un aire limpio y divulgue este llamamiento a la acción entre sus compañeros para dar un mayor alcance al mensaje.

¡SUME SU VOZ HOY!

Esta convocatoria fue iniciada conjuntamente con:

La Alianza Global para la Salud Climática, la Sociedad Europea de Neumología, la Fundación Europea del Pulmón, la Alianza para la Salud y el Medio Ambiente, el Consejo Internacional de Enfermeras, la Federación Internacional de Asociaciones de Estudiantes de Medicina, la Sociedad Internacional de Médicos por el Medio Ambiente, la Unión Internacional contra el Cáncer, la Asociación Médica Mundial y la Organización Mundial de Médicos de Familia.

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