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Paludismo

11 de diciembre de 2024

Datos y cifras

  • Se calcula que en 2023, a nivel mundial, se produjeron 263 millones de casos de paludismo y 597 000 muertes por la enfermedad en 83 países.
  • La Región de África de la OMS soporta una fracción desproporcionadamente alta de la carga mundial de paludismo.
  • En 2023, la Región de África concentró un 94 % de los casos de paludismo (246 millones) y un 95 % de las defunciones por la enfermedad (569 000).
  • De todas las muertes por paludismo registradas en la Región, alrededor de un 76 % corresponde a niños menores de 5 años.

Panorama general

El paludismo (o malaria) es una enfermedad potencialmente letal transmitida a los humanos por algunos tipos de mosquitos. Se da sobre todo en países tropicales. Se trata de una enfermedad prevenible y curable.

La infección es causada por un parásito y no se transmite de persona a persona.

Los síntomas pueden ser leves o potencialmente letales. Los síntomas leves son fiebre, escalofríos y dolor de cabeza. Los graves son fatiga, confusión, convulsiones y dificultad para respirar.

Los lactantes, los menores de 5 años, las mujeres embarazadas y las niñas, los viajeros y las personas con VIH o sida corren más riesgo de sufrir una infección grave.

El paludismo puede prevenirse evitando las picaduras de mosquitos y con medicamentos. Los tratamientos pueden evitar que los casos leves empeoren.

En la mayoría de los casos, el paludismo se transmite a las personas por la picadura de algunas hembras infectadas del mosquito Anopheles. Las transfusiones de sangre y las agujas contaminadas también pueden transmitir la enfermedad. Los primeros síntomas pueden ser leves, similares a los de muchas enfermedades febriles y, por eso mismo, difíciles de reconocer como indicativos de paludismo. De no tratarse, el paludismo por P. falciparum puede desembocar en un cuadro clínico grave y causar la muerte en 24 horas.

Hay cinco especies de parásitos Plasmodium que pueden provocar paludismo en el ser humano, dos de las cuales, Plasmodium falciparum y Plasmodium vivax, constituyen la mayor amenaza. P. falciparum es el parásito del paludismo más mortífero y el más prevalente en el continente africano. P. vivax es el parásito dominante en la mayoría de los países fuera del África Subsahariana. Las otras especies que pueden infectar a los humanos son P. malariae, P. ovale y P. knowlesi.

Síntomas

Los primeros síntomas más comunes del paludismo son fiebre, dolor de cabeza y escalofríos.

Los síntomas suelen aparecer a los 10-15 días de la picadura.

Para algunas personas los síntomas pueden ser leves, especialmente para aquellos que han sufrido una infección palúdica anteriormente. Como algunos no son específicos del paludismo, conviene someterse a una prueba cuanto antes.

Algunos tipos de paludismo pueden causar enfermedades graves y la muerte. Los lactantes, los menores de 5 años, las mujeres embarazadas, los viajeros y las personas con VIH o sida corren un mayor riesgo. Los síntomas graves incluyen:

  • cansancio y fatiga extremos
  • deterioro del estado de conciencia
  • convulsiones
  • dificultad para respirar
  • orina de un color oscuro o con sangre
  • coloración amarillenta de los ojos y la piel
  • hemorragias anormales.

Las personas con síntomas graves deben recibir cuidados de emergencia rápidamente. Un tratamiento precoz para un cuadro leve de paludismo puede evitar que la infección se agrave.

La infección por paludismo durante el embarazo también puede causar el parto prematuro o que el bebé tenga bajo peso al nacer.

Carga de morbilidad

Según el último Informe mundial sobre el paludismo, en 2023 hubo 263 millones de casos de la enfermedad, por 252 millones en 2022. Se calcula que en 2023 la enfermedad causó la muerte de 597 000 personas, frente a las 600 000 muertes registradas en 2022.

La Región de África de la OMS continúa soportando una fracción desproporcionadamente alta de la carga mundial de paludismo. En 2023, la Región concentró alrededor del 94 % de los casos de paludismo y el 95 % de las muertes por esta enfermedad. De todas las muertes por paludismo registradas en la Región, alrededor de un 76 % corresponde a niños menores de 5 años.

Más de la mitad de esas muertes se produjeron en cuatro países: Nigeria (30,9 %), la República Democrática del Congo (11,3 %), Níger (5,9 %) y la República Unida de Tanzanía (4,3 %).

Prevención

El paludismo puede prevenirse evitando las picaduras de mosquitos y con medicamentos. Consulte con un médico acerca de la posibilidad de recibir tratamiento, como quimioprofilaxis, antes de viajar a zonas en las que el paludismo sea común.

Reduzca el riesgo de contraer paludismo evitando las picaduras de mosquitos: 

  • Utilice mosquiteros cuando duerma en lugares donde el paludismo está presente.
  • Utilice repelente de mosquitos (que contenga DEET, IR3535 o Icaridina) después del anochecer.
  • Utilice serpentín fumigante y vaporizadores.
  • Vista indumentaria de protección.
  • Coloque mosquiteros en las ventanas.

Control de vectores

El control de vectores es un componente básico de las estrategias de control y eliminación del paludismo, pues resulta muy eficaz para prevenir la infección y reducir la transmisión de la enfermedad. Las dos principales intervenciones son el uso de mosquiteros tratados con insecticida y la fumigación de interiores con insecticidas de acción residual.

La aparición de mosquitos Anopheles resistentes a insecticidas hace peligrar ahora los progresos en la lucha mundial contra el paludismo. Con todo, los mosquiteros de nueva generación, que protegen mejor contra el paludismo que los mosquiteros tratados únicamente con piretroide, están cada vez más disponibles y representan una herramienta importante en la lucha mundial contra la enfermedad.

Anopheles stephensi representa una amenaza adicional para el control del paludismo en África. Originario de partes de Asia Meridional y la Península Arábiga, esta especie de mosquito invasor se ha ido extendiendo a lo largo del último decenio: hasta la fecha se ha registrado su presencia en ocho países africanos. An. stephensi prospera en entornos urbanos, soporta altas temperaturas y es resistente a muchos de los insecticidas utilizados en salud pública.

Tratamiento quimioprofiláctico

Las personas que viajen a zonas en las que el paludismo es endémico deberían consultar a su médico varias semanas antes de partir. El profesional médico determinará qué medicamentos profilácticos son apropiados para el país de destino. En algunos casos es preciso empezar a tomarlos entre dos y tres semanas antes de partir. Todos los medicamentos profilácticos deben tomarse siguiendo la pauta prescrita mientras se esté en la zona en la que existe riesgo de contraer la enfermedad, y su administración debe continuar durante cuatro semanas después de la última exposición posible a la infección, ya que a lo largo de ese periodo todavía pueden salir parásitos del hígado.

Quimioprofilaxis

Se entiende por quimioprofilaxis el uso de medicamentos, ya sea por separado o combinados, para prevenir la infección palúdica y sus consecuencias. Para ello, es necesario administrar un ciclo completo de tratamiento con un fármaco antipalúdico a poblaciones vulnerables en determinados momentos del periodo de mayor riesgo de paludismo, con independencia de que el receptor esté o no infectado.

Son tratamientos de este tipo la quimioprofilaxis antipalúdica perenne y la quimioprofilaxis antipalúdica estacional; el tratamiento preventivo intermitente de embarazadas y niños en edad escolar; la administración de quimioprofilaxis antipalúdica tras el alta, y la administración masiva de medicamentos. Estos procedimientos, que son seguros y costoeficaces, están pensados para complementar las actividades permanentes de lucha contra la enfermedad, como son en particular las medidas de control del vector, el diagnóstico rápido en caso de presunta infección y el tratamiento de los casos confirmados con medicamentos antipalúdicos.

Vacuna

La OMS lleva recomendando desde octubre de 2021 un amplio uso de la vacuna antipalúdica RTS,S/AS01 en niños que viven en regiones con transmisión de paludismo por P. falciparum de moderada a alta. Está demostrado que la vacuna reduce significativamente la incidencia del paludismo y la forma grave y letal de la enfermedad en los niños pequeños. En octubre de 2023, la OMS recomendó una segunda vacuna segura y eficaz contra el paludismo, la R21/Matrix-M. En la actualidad, las vacunas se están distribuyendo en programas de inmunización infantil sistemática en toda África.  Se espera que las vacunas antipalúdicas utilizadas en África salven decenas de miles de vidas jóvenes cada año. Con todo, el mayor alcance se logrará cuando las vacunas se introduzcan junto con una combinación de otras intervenciones antipalúdicas recomendadas por la OMS, como los mosquiteros y la quimioprofilaxis.

Preguntas y respuestas sobre las vacunas antipalúdicas

Tratamiento

La celeridad en el diagnóstico y el tratamiento del paludismo rebaja la incidencia de la enfermedad, reduce sus efectos mortales y contribuye a atenuar su transmisión. La OMS recomienda la confirmación del diagnóstico con pruebas parasitológicas (ya sean pruebas de microscopía o de diagnóstico rápido).

El paludismo es una infección grave y siempre requiere tratamiento con medicamentos.

Para prevenir y tratar el paludismo se emplean múltiples medicamentos. Los médicos elegirán uno o más en función de:

  • el tipo de paludismo
  • si un parásito del paludismo es resistente a un medicamento
  • el peso o la edad de la persona infectada
  • si la persona está embarazada.

Estos son los medicamentos más comunes contra el paludismo:

  • La polifarmacoterapia combinada a base de artemisinina es el tratamiento más eficaz contra el paludismo por P. falciparum.
  • La cloroquina está recomendada para tratar la infección por el parásito P. vivax solo en lugares donde este es todavía sensible al medicamento.
  • La primaquina debe agregarse al tratamiento principal para prevenir recaídas de la infección por los parásitos P. vivax y P. ovale.

La mayoría de los medicamentos utilizados se presentan en forma de cápsulas. En el caso de algunas personas puede ser necesario que tengan que ir a un centro de salud u hospital para que se les administren medicamentos inyectables.

Resistencia a los medicamentos antipalúdicos

Tras la aparición de resistencia parcial a la artemisinina en la subregión del Gran Mekong, la OMS está muy preocupada por la confirmación de este problema en Eritrea, la República Unida de Tanzanía, Rwanda y Uganda. Sobre la base de las pruebas disponibles, también se sospecha de este tipo de resistencia en Etiopía, Namibia, el Sudán y Zambia.

En 2022, la OMS formuló una estrategia para combatir las resistencias a los fármacos antipalúdicos en África. Para fundamentar las políticas de tratamiento en los países donde el paludismo es endémico, y a fin de garantizar la pronta detección de toda farmacorresistencia y una adecuada respuesta a ella, es preciso ejercer una vigilancia sistemática de la eficacia de los fármacos antipalúdicos.

Para más información sobre la labor que lleva a cabo la OMS en relación con la resistencia a los medicamentos antipalúdicos en la subregión del Gran Mekong, véase la página web del Programa de Eliminación del Paludismo en el Mekong.

Mutaciones genéticas

La mayoría de las pruebas de diagnóstico rápido del paludismo se dirigen a una o dos proteínas específicas producidas por el parásito palúdico P. falciparum: la HRP2 y la HRP3. Ahora bien, los parásitos con mutaciones genéticas que impiden la expresión de estas proteínas no se detectan mediante estas pruebas. Esto puede hacer que no se diagnostique a pacientes con paludismo, lo que abre la puerta a la propagación de estos parásitos mutados. En 2023 se notificó por primera vez la presencia de estos parásitos mutados en 41 países con paludismo endémico, entre ellos Burkina Faso, el Chad, el Togo e Indonesia. Aunque su prevalencia sigue siendo baja en la mayoría de los países, supera el 15 % en el Brasil, Djibouti, Eritrea, Nicaragua y el Perú.

Eliminación

Se define la eliminación del paludismo como la interrupción de la transmisión local de una determinada especie de parásito palúdico en una determinada zona geográfica a resultas de actividades realizadas con esa intención. Después se requieren medidas permanentes para impedir que la transmisión arraigue de nuevo.

En 2023 hubo 35 países que notificaron menos de 1000 casos autóctonos de la enfermedad, cuando en 2000 habían sido solo 13. Los países donde no se ha registrado ningún caso de paludismo autóctono durante al menos 3 años consecutivos pueden solicitar la certificación por la OMS de la eliminación del paludismo. Desde 2015, el Director General de la OMS ha certificado la ausencia de paludismo en 14 países, a saber, Maldivas (2015), Sri Lanka (2016), Kirguistán (2016), el Paraguay (2018), Uzbekistán (2018), la Argentina (2019), Argelia (2019), China (2021), El Salvador (2021), Azerbaiyán (2023), Tayikistán (2023), Belice (2023), Cabo Verde (2024) y Egipto (2024).

Países y territorios que han recibido de la OMS la certificación de la eliminación del paludismo.

Vigilancia

La vigilancia del paludismo es el proceso de reunir, analizar e interpretar de modo continuo y sistemático los datos relativos a la enfermedad y de emplear después esos datos para planificar, implantar y evaluar medidas prácticas de salud pública. Una mejor vigilancia de los casos y las muertes por paludismo ayuda a los ministerios de salud a determinar qué territorios o grupos de población son los más afectados y permite a los países seguir de cerca la evolución de las características epidemiológicas de la enfermedad. El hecho de contar con sólidos sistemas de vigilancia del paludismo también ayuda a los países a diseñar intervenciones de salud eficaces y a evaluar la repercusión de sus programas de lucha contra el paludismo.

Respuesta de la OMS

La Estrategia Técnica Mundial de la OMS contra la Malaria 2016-2030, actualizada en 2021, es un marco técnico para todos los países donde el paludismo es endémico. El objetivo de la estrategia es dar orientación y apoyo a los programas nacionales y regionales en su labor de control y eliminación del paludismo.

En la Estrategia se establecen una serie de metas mundiales ambiciosas, pero factibles. Entre ellas destacan las siguientes:

  • reducir la incidencia del paludismo al menos en un 90 % para 2030
  • reducir la tasa de mortalidad por paludismo al menos en un 90 % para 2030
  • eliminar la enfermedad en al menos 35 países para 2030
  • impedir que el paludismo resurja en los países en los que se ha certificado su ausencia.

Guiándose por esta estrategia, el Programa Mundial sobre Malaria coordina las actividades mundiales de la OMS destinadas a combatir y a la postre eliminar la enfermedad, para lo cual:

  • desempeña un papel de liderazgo en la lucha contra el paludismo, apoyando eficazmente a los Estados Miembros y reuniendo a los asociados para lograr la cobertura sanitaria universal y alcanzar los objetivos y las metas de la Estrategia Técnica Mundial contra la Malaria;
  • da forma a la agenda de investigación y promueve la generación de pruebas en apoyo de orientaciones mundiales respecto de nuevas herramientas y estrategias para lograr impacto;
  • elabora orientaciones mundiales éticas y basadas en pruebas en materia de paludismo a las que se da una difusión efectiva a fin de promover su adopción y aplicación por los programas nacionales de lucha contra el paludismo y por otras partes interesadas pertinentes, y
  • vigila y responde a las tendencias y las amenazas mundiales en la esfera del paludismo.