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«El paludismo cero empieza conmigo»
Las cifras del paludismo: carga de morbilidad mundial y regional
En 2018 se estima que hubo 228 millones de casos de esta enfermedad en 89 países, sin que entre 2014 y 2018 se hayan conseguido avances significativos en la reducción del número de casos. La estimación del número de muertes por paludismo en 2018 es de 405 000 fallecimientos, una cifra similar a la del año anterior.
En 2018, la Región de África de la OMS concentró el 93% de los casos mundiales de paludismo y el 94% de las muertes por esa enfermedad. Más de la mitad del total de casos se dio en seis países: Nigeria (25% de los casos); República Democrática del Congo (12%); Uganda (5%); y Côte d’Ivoire, Mozambique y Níger (4% cada uno).
Metas mundiales y financiación
Los datos y tendencias recientes indican que no se alcanzarán dos objetivos críticos de la Estrategia Técnica Mundial contra la Malaria 2016–2030 de la OMS: reducir la incidencia de casos de paludismo y las tasas de mortalidad en un 40% o más hasta 2020. Por consiguiente, tampoco se está avanzando según lo deseado en la consecución de la meta específica sobre paludismo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que prevé poner fin a esta enfermedad en todo el mundo hasta 2030.
Se estima que, en 2018, la financiación total destinada al control y la eliminación del paludismo alcanzó los US$ 2700 millones, muy por debajo del objetivo de financiación de US$ 5000 millones previsto en la Estrategia mundial. Casi el 70% de la financiación de la lucha contra el paludismo procedió de fuentes internacionales. Los Gobiernos de los países en los que el paludismo es endémico aportaron aproximadamente el 30% de la financiación total.
Deficiencias en el acceso a intervenciones fundamentales
El Informe mundial sobre el paludismo refleja importantes deficiencias de cobertura en el acceso a los instrumentos fundamentales recomendados por la OMS para prevenir, detectar y tratar el paludismo, especialmente en los países que registran las mayores cargas de morbilidad en todo el mundo.
En 2018, solamente la mitad (50%) de la población con riesgo de paludismo de África dormía bajo mosquiteros tratados con insecticidas, una cifra que es similar a la del año pasado y solo supone una mejora mínima respecto a 2015.
Alrededor de una tercera parte (31%) de las mujeres embarazadas de África en las que habría estado indicado un tratamiento antipalúdico preventivo recibió dicho tratamiento en 2018 con el número recomendado de dosis (3 o más).
En el periodo 2015-2018, un elevado porcentaje (36%) de niños del África subsahariana con signos de fiebre no recibió atención médica.
«De gran carga a gran impacto»
Como respuesta a los datos y las tendencias recientes, la OMS y la Alianza RBM para acabar con el paludismo han catalizado el nuevo enfoque «De gran carga a gran impacto» para recuperar el impulso en la lucha contra el paludismo, especialmente en los países que soportan la mayor carga de morbilidad. El enfoque se basa en cuatro pilares:
- Voluntad política de reducir los fallecimientos por paludismo
- Información estratégica para generar impacto
- Mejora de las directrices, políticas y estrategias
- Respuesta nacional coordinada contra el paludismo
En el marco del primer pilar se insta a los dirigentes de los países afectados por el paludismo a traducir sus compromisos políticos declarados en recursos y medidas tangibles que salven más vidas. En ese sentido, las campañas que implican a las comunidades y los líderes nacionales —como «El paludismo cero empieza conmigo»— pueden fomentar la rendición de cuentas y la acción.
«El paludismo cero empieza conmigo»
La campaña «El paludismo cero empieza conmigo», lanzada inicialmente en Senegal en 2014, recibió el respaldo oficial de todos los Jefes de Estado africanos en la Cumbre de la Unión Africana de julio de 2018, y pretende implicar a todos los miembros de la sociedad: a los dirigentes políticos que controlan las decisiones de política pública y los presupuestos, a las empresas privadas que se beneficiarán de una población laboral libre de paludismo, y a las comunidades afectadas por la malaria, cuya aceptación e implicación resulta crucial para el éxito de las intervenciones de control de paludismo.
Señales esperanzadoras
Aunque los progresos en la respuesta mundial contra el paludismo se han estancado, un grupo de países con una baja carga de morbilidad por paludismo está avanzando con rapidez hacia su eliminación. Así, en 2018:
- 49 países, nueve más que en 2010, notificaron menos de 10 000 casos autóctonos de paludismo
- 27 países, 10 más que en 2010, registraron menos de 100 casos de paludismo.
Los países que no registren ningún caso autóctono de paludismo durante tres o más años consecutivos pueden solicitar a la OMS que certifique oficialmente la eliminación de la enfermedad. En 2019 fueron declarados oficialmente libres de paludismo dos países, Argelia y Argentina. En todo el mundo hay ya 38 países y territorios que han alcanzado este hito.
Algunos países con una carga de morbilidad por paludismo elevada también están dando pasos importantes para reducirla.
- La India, un país que soporta el 3% de la carga mundial de paludismo, registró 2,6 millones de casos menos en 2018 que en 2017.
- Uganda, con un 5% de la carga, notificó 1,5 millones de casos menos en 2018 que en 2017.
Perspectivas de nuevas intervenciones
Es fundamental aumentar la inversión en el desarrollo y la aplicación de una nueva generación de instrumentos para alcanzar los objetivos mundiales relativos al paludismo fijados para 2030. Los progresos futuros en la lucha contra el paludismo se verán probablemente determinados por las innovaciones y avances tecnológicos en nuevos instrumentos, tales como sistemas de diagnóstico novedosos y antipalúdicos más eficaces.
El Director General de la OMS proclamó recientemente un «reto de erradicación del paludismo» e instó a la comunidad sanitaria mundial a intensificar la inversión en la investigación y el desarrollo de instrumentos y enfoques innovadores y transformadores.
Lucha antivectorial
Se han presentado diversos instrumentos y tecnologías nuevos orientados a la lucha contra los vectores del paludismo para que la OMS los evalúe. En el caso de que demuestren ser eficaces para controlar la enfermedad, la OMS formulará nuevas recomendaciones de política o modificará las existentes para fomentar su aplicación en los países afectados por el paludismo. Entre los instrumentos que se están evaluando actualmente figuran, por ejemplo, nuevos tipos de mosquiteros tratados con insecticidas, repelentes espaciales (no tópicos) de mosquitos, trampas contra vectores, métodos basados en la genética dirigida y cebos de azúcar diseñados para atraer y matar a los mosquitos Anopheles. Consulte aquí una descripción general al respecto.
Vacuna antipalúdica
En 2019, tres países —Ghana, Kenya y Malawi— introdujeron la vacuna antipalúdica RTS,S en determinadas zonas mediante un programa piloto coordinado por la OMS. En ensayos clínicos rigurosos, esta vacuna ha demostrado disminuir un 40% los casos de paludismo en niños pequeños. Los datos y la experiencia derivados del programa se tendrán en cuenta en las futuras decisiones de política sobre un posible despliegue más amplio de la vacuna.
El programa de vacunación se ha puesto en marcha en colaboración con los ministerios de salud de los tres países, el PATH y GSK, el fabricante de la vacuna. El programa se financia con contribuciones de Gavi, la Alianza para las Vacunas, el Fondo Mundial y el Unitaid.