Obesidad
Por sobrepeso y obesidad se entiende una acumulación anormal o excesiva de grasa que supone un riesgo para la salud. Un índice de masa corporal (IMC) superior a 25 se considera sobrepeso, y superior a 30, obesidad. En 2019, aproximadamente 5 millones de muertes por enfermedades no transmisibles (ENT) se debieron a un IMC superior al óptimo.
Las tasas de sobrepeso y obesidad siguen creciendo entre los adultos y los niños. De 1990 a 2022, el porcentaje de niños y adolescentes de 5 a 19 años con obesidad se multiplicó por cuatro, pasando del 2% al 8% a nivel mundial, mientras que el porcentaje de adultos de 18 años o más con obesidad se duplicó con creces, pasando del 7% al 16%.
La obesidad es una de las dos facetas de la doble carga de la malnutrición, y actualmente hay más personas con obesidad que con insuficiencia ponderal en todas las regiones de la OMS, excepto en la Región de Asia Sudoriental. Aunque anteriormente se consideraba un problema exclusivo de los países de ingresos altos, en la actualidad algunos países de ingresos medianos registran prevalencias de sobrepeso y obesidad de las más altas del mundo.
El sobrepeso y la obesidad son importantes factores de riesgo de algunas enfermedades crónicas, incluidas enfermedades cardiovasculares tales como las cardiopatías coronarias y los accidentes cerebrovasculares, que son las principales causas de defunción en todo el mundo. Asimismo, el sobrepeso puede dar lugar a la diabetes y sus trastornos conexos, en particular la ceguera, las amputaciones de extremidades y la necesidad de diálisis. Desde 1980 las tasas de incidencia de diabetes se han cuadruplicado en todo el mundo.
El exceso de peso puede provocar trastornos osteomusculares tales como artrosis. Además, la obesidad está relacionada con algunos tipos de cáncer, entre ellos los de endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula biliar, riñón y colon. El riesgo de desarrollar estas enfermedades no transmisibles aumenta aunque el sobrepeso sea muy leve, y se agrava a medida que se incrementa el índice de masa corporal (IMC).
La obesidad en la infancia guarda relación con una amplia gama de complicaciones de salud graves y un mayor riesgo de aparición prematura de enfermedades conexas. Algunos estudios revelaron que sin intervenciones, los niños y adolescentes obesos probablemente lo seguirán siendo en la edad adulta.
Muchas de las causas del sobrepeso y la obesidad se pueden prevenir y revertir. Aunque intervienen otros factores, la causa fundamental de la obesidad es un desequilibrio entre las calorías consumidas y las gastadas. Los regímenes alimentarios han cambiado en todo el mundo a lo largo de los últimos decenios en los que se ha producido un aumento del consumo de alimentos de alto contenido calórico, ricos en grasas y azúcares libres. También ha disminuido la actividad física debido al carácter evolutivo de muchos tipos de trabajo, un mayor acceso al transporte y una creciente urbanización.
Para disminuir el riesgo de sobrepeso y obesidad hay que reducir el número de calorías consumidas en forma de grasas y azúcares, aumentar la ingesta diaria de frutas, hortalizas, legumbres, cereales integrales y frutos secos, y realizar una actividad física con regularidad (60 minutos al día los niños y 150 minutos a la semana los adultos). En los bebés, los estudios han demostrado que la lactancia materna exclusiva desde el nacimiento hasta los 6 meses de edad reduce el riesgo de que los lactantes tengan sobrepeso u obesidad.