Actualmente hay alrededor de 68,5 millones de desplazados en todo el mundo, de los cuales 25,4 millones cruzan fronteras internacionales en busca de protección. Si bien los migrantes y los refugiados suelen gozar de un buen estado de salud general, corren el riesgo de caer enfermos mientras se desplazan de un lugar a otro o durante su estancia en los países de acogida, debido a las deficientes condiciones de vida o a los cambios en su estilo de vida.
Esta es la principal conclusión del primer informe sobre la salud de los refugiados y los migrantes en la Región de Europa de la OMS, publicado hoy por la Oficina Regional de la OMS para Europa. El informe, preparado en colaboración con el Instituto Nacional de Salud, Migración y Pobreza de Italia (INMP), resume los datos disponibles más recientes sobre la salud de los refugiados y los migrantes en la Región de Europa de la OMS – a partir del examen de más de 13 000 documentos – y los avances logrados por los países en la promoción de su salud.

1. La salud de los refugiados y los migrantes es importante
Porque el derecho a la salud es un derecho humano fundamental; porque los refugiados y los migrantes contribuyen activamente tanto al desarrollo de las sociedades que los acogen como al de sus países de origen, y porque los grupos de población con una cobertura sanitaria más reducida que los demás pueden afectar negativamente a la salud del conjunto de la población.
2. El número de migrantes suele sobreestimarse
Los ciudadanos de algunos países de Europa estiman que hay 3 ó 4 veces más migrantes de los que hay realmente. Sin embargo, en realidad el número total de refugiados y migrantes como porcentaje de la población mundial ha permanecido relativamente estable durante varios decenios, en torno al 3%. Contrariamente a ciertas percepciones de una afluencia de refugiados a los países ricos, el 85% de los refugiados a nivel mundial son acogidos por países en desarrollo.
3. Por lo general, los migrantes y los refugiados suelen gozar de buena salud
Sin embargo, corren el riesgo de caer enfermos mientras se desplazan de un lugar a otro o durante su estancia en nuevos países, debido a las deficientes condiciones de vida, como en los campamentos con malas condiciones de alojamiento o saneamiento, o a cambios en su estilo de vida, como la insuficiencia de alimentos y agua, y a un mayor estrés.
4. Los refugiados y los migrantes pueden enfrentarse a dificultades para tener acceso a la asistencia sanitaria
Por motivos tales como su condición jurídica, las barreras lingüísticas y la discriminación. Algunas estrategias nacionales en materia de salud pueden no referirse en absoluto a la salud de los refugiados y los migrantes o a la accesibilidad de la asistencia sanitaria para estos grupos.
5. Los refugiados y los migrantes presentan un menor riesgo de contraer cualquier tipo de cáncer, excepto el cáncer cervicouterino
Sin embargo, el cáncer tiene más probabilidades de ser diagnosticado en una etapa avanzada, lo que puede conducir a resultados sanitarios considerablemente peores en comparación con la población de acogida. La incidencia y la prevalencia de la diabetes y la tasa de mortalidad por esta enfermedad también son más elevadas entre los refugiados y los migrantes, en comparación con la población de acogida.
6. Colapso de los sistemas de salud en el país de origen
Y el hecho de vivir con unas condiciones deficientes de saneamiento y agua contaminada antes de su recorrido migratorio o durante el mismo aumenta el riesgo de padecer diversas infecciones (bacterianas, víricas o parasitarias), incluido el de enfermedades prevenibles mediante vacunación. Debido al riesgo sanitario potencialmente mayor que representan las enfermedades infecciosas para los refugiados y los migrantes como resultado de las condiciones existentes en los lugares de origen, tránsito o destino, es necesario que estos reciban protección contra dichas enfermedades (por ejemplo, la tuberculosis, el VIH o la hepatitis), y que los dispensadores directos de atención sanitaria comprendan los riesgos sanitarios de esta población. Los niños refugiados y migrantes presentan un riesgo elevado de contraer enfermedades prevenibles mediante vacunación, ya que el proceso migratorio puede interrumpir su calendario de vacunación.
7. Parece haber una mayor prevalencia de los trastornos de estrés postraumático entre los refugiados y los solicitantes de asilo que entre la población de acogida
También suelen comunicarse casos de depresión y ansiedad, vinculados a los largos procesos de solicitud de asilo y a las malas condiciones socioeconómicas, como el desempleo o el aislamiento.
8. Los trabajadores migrantes constituyen el grupo más numeroso de migrantes a nivel mundial
En 2015, alrededor del 12% de todos los trabajadores de la Región de Europa eran migrantes. Las condiciones de empleo varían enormemente, al igual que los riesgos para la salud de los empleos y el acceso a la protección social y sanitaria. Los hombres migrantes sufren muchas más lesiones relacionadas con el trabajo que los trabajadores no migrantes.
9. Los niños sin padres o tutores son especialmente vulnerables
Están especialmente expuestos a problemas de salud o sociales: los riesgos de ser secuestrados o víctimas de trata para ser vendidos o explotados pueden verse agravados si los controles en las fronteras son insuficientes, si los derechos del niño ya han sido vulnerados anteriormente o si los niños no están protegidos. Los niños también son vulnerables a la explotación sexual y presentan tasas más altas de depresión y de síntomas de trastornos de estrés postraumático.
10. Adecuar los sistemas sanitarios a las necesidades de los refugiados y los migrantes
Ello significa proporcionar una cobertura sanitaria de calidad y asequible, así como protección social, a todos los refugiados y migrantes con independencia de su condición jurídica; lograr que los sistemas de salud sean respetuosos con las diferencias culturales y lingüísticas para eliminar las barreras de comunicación; velar por que los trabajadores sanitarios cuenten con los equipamientos necesarios y con una amplia experiencia para diagnosticar y tratar las infecciones y enfermedades más comunes; trabajar mejor en los distintos sectores que se ocupan de la salud de los migrantes, y mejorar el acopio de datos sobre la salud de los refugiados y los migrantes.