Gripe A (H5N1)
16 de mayo de 2024 | Preguntas y respuestas
El «H5N1» es un subtipo de virus de la gripe A. Estos virus causan una enfermedad respiratoria grave y muy infecciosa en las aves denominada gripe aviar (o influenza aviar), pero también han infectado a los mamíferos, incluido el ser humano.
La infección por el virus gripal A (H5N1) puede causar síntomas de gravedad diversa a las personas y resultar incluso mortal. Aunque estos síntomas afectan principalmente al sistema respiratorio, también localizarse en otras partes del cuerpo. Por ejemplo, puede aparecer conjuntivitis. Además, este virus se ha encontrado en algunas personas que habían tenido contacto con animales infectados o con su entorno, pero que no han presentado síntomas.
El linaje ganso/Guangdong del virus A (H5N1), que se detectó por primera vez en 1996, ha causado varios brotes en las aves desde entonces. Desde 2020, una variante de este virus viene ocasionando un número sin precedentes de muertes de aves silvestres y de corral en muchos países. Aunque inicialmente afectó solamente a África, Asia y Europa, en 2021 se propagó a Norteamérica y en 2022 a América central y del sur. Entre esos dos años se registró la epidemia más amplia y prolongada de gripe aviar en Europa y Norteamérica, durante la cual los virus persistieron en las poblaciones de aves durante un periodo inusualmente largo.
Desde 2002 se ha notificado un número creciente de brotes letales de infección en mamíferos por virus de la gripe A con el subtipo H5 de la proteína hemaglutinina, entre ellos el virus H5N1, y es probable que se hayan producido otros que no se hayan detectado ni notificado. Estas infecciones se han encontrado en mamíferos tanto terrestres como marinos, por ejemplo, en mamíferos criados para peletería, focas, lobos marinos y otros animales silvestres y domésticos como zorros, osos, nutrias, mapaches, gatos, perros, vacas y cabras, entre otros.
En casi todos los casos, la transmisión del virus A (H5N1) se produce por contacto estrecho con aves infectadas, tanto vivas como muertas, o con lugares contaminados por el virus, como los mercados avícolas. En algunas ocasiones, también ha habido contagios de mamíferos al ser humano. Es posible que se hayan producido casos que no se hayan detectado, pero, de acuerdo con los conocimientos actuales, la infección en el ser humano y la transmisión entre personas de este virus no ocurren con facilidad.
Este virus infecta principalmente a los animales, pero desde 2003 se han notificado cerca de 900 casos en el ser humano, más de la mitad mortales. Se trata de un virus que evoluciona de continuo y no se puede descartar que se acabe transmitiendo con facilidad entre las personas. Si esto ocurriera, podría desencadenarse una nueva pandemia por gripe, como ocurrió en 1918 y 2009 con las pandemias causadas por el virus A (H1N1).
La infección por este virus puede causar gripe (a menudo superior a los 38 °C) y malestar general, tos y dolores en la garganta y los músculos. También puede producir otros síntomas al principio de la infección, como conjuntivitis y afectación de partes del cuerpo distintas del sistema respiratorio. La infección puede agravarse con rapidez y ocasionar síntomas respiratorios graves y alteraciones neurológicas, como alteración del estado mental y convulsiones.
El virus A (H5N1) se ha detectado también en muestras recogidas de personas asintomáticas que habían estado en contacto con animales infectados o con su entorno.
- Los huevos, la carne y los productos cárnicos se pueden comer sin riesgo si se cocinan correctamente. En el apartado «¿Cómo cocinar la carne y los huevos procedentes de zonas donde hay brotes de infección por el virus A (H5N1) en animales?» de esta página se ofrece más información al respecto.
- Es muy arriesgado consumir carne y huevos crudos o no suficientemente cocinados procedentes de zonas donde hay brotes de gripe aviar. Estos productos no deben comerse, ni tampoco los animales que hayan estado enfermos o hayan muerto repentinamente.
- Del mismo modo, la leche cruda puede ser peligrosa para la salud y no debe consumirse. En su lugar, la OMS recomienda consumir leche pasteurizada. Si este tipo de leche no se puede conseguir, también se puede calentar la leche cruda hasta la ebullición para que sea apta para el consumo.
Para mantener la salubridad de los alimentos hay que seguir cinco medidas clave:
- cuidar de que estén limpios
- separar los alimentos cocinados de los crudos
- cocinar los alimentos completamente
- mantener los alimentos a temperaturas seguras
- usas agua y materias primas no contaminadas
Más información sobre el modo de mantener la salubridad de los alimentos.
En algunos lugares se ha detectado el virus A (H5N1) en la leche cruda de vacas lecheras infectadas. De acuerdo con los estudios realizados, la pasteurización inactiva el virus y permite que la leche se pueda consumir sin riesgos.
La OMS recomienda no consumir leche cruda para reducir la exposición a diversos patógenos, entre ellos el virus A (H5N1). La Organización recomienda encarecidamente consumir leche pasteurizada. Si este tipo de leche no se puede conseguir, también se puede calentar la leche cruda hasta la ebullición para que sea apta para el consumo.
Del mismo modo, no entraña riesgos consumir queso y otros productos lácteos de leche no contaminada, siempre que se apliquen las normas habituales de higiene.
La labor de la OMS en el ámbito de la inocuidad de los alimentos
Es necesario tratar adecuadamente a los pacientes con gripe para evitar que presenten síntomas graves y fallezcan. En los casos en que se confirme una infección por virus gripales mediante pruebas analíticas que se agrave y se complique, se ha de instaurar lo antes posible un tratamiento antivírico, por ejemplo, con oseltamivir. Lo mismo debe hacerse si el paciente es asintomático o presenta síntomas leves, pero corre más riesgo de presentar síntomas graves.
Algunos países, en el marco de su labor de preparación frente a las gripes pandémicas, han desarrollado y autorizado vacunas que se podrían utilizar para prevenir las infecciones por virus de la gripe aviar, entre ellos los del subtipo H5N1. Sin embargo, las infecciones por este virus en el ser humano son escasas y no se recomienda vacunar contra ellas.
La OMS, como parte de la aplicación del Marco de PIP, tiene acuerdos con 15 fabricantes de vacunas para disponer de alrededor del 10% de la producción diaria de vacunas contra las pandemias por gripe que puedan producirse en el futuro. Estas vacunas se distribuirán a los países en función de las necesidades y los riesgos para la salud pública.
Las vacunas contra la gripe estacional que se administran actualmente al ser humano no protegen contra los virus animales de la gripe A, incluido el subtipo H5N1.
La OMS trabaja con los países para ayudarlos a prevenir, detectar y tratar los casos humanos de infección por el virus A (H5N1).
Nuestra Organización colabora con otros organismos y agencias mundiales, como la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con el fin de prevenir y controlar la propagación de las enfermedades animales.
La OMS cuenta con una red internacional de laboratorios que conforman el Sistema Mundial de Vigilancia y Respuesta a la Gripe (GISRS). Este sistema identifica y vigila las cepas de los virus gripales en circulación y asesora a los países sobre el riesgo que entrañan para la salud humana y sobre las medidas disponibles de control y tratamiento.
La OMS colabora con asociados de todo el mundo en la preparación para las pandemias de infección por el virus A(H5N1) y por otros virus gripales que infectan a los animales.