La Organización Mundial de la Salud acogió hoy con beneplácito una nueva resolución de la Unión Interparlamentaria (UIP) sobre el logro de la cobertura sanitaria universal (CSU) para el año 2030. La resolución, adoptada en la Asamblea de la UIP en Belgrado (Serbia), llega un mes después de que los Jefes de Estado acordaran una declaración política de alto nivel de las Naciones Unidas sobre la CSU en Nueva York.
La CSU se considera cada vez más como una piedra angular para el desarrollo mundial sostenible, ya que los líderes y las comunidades reconocen que la salud es tanto un derecho humano como un elemento esencial para el crecimiento económico.
«La cobertura sanitaria universal es una elección política. El mes pasado, los líderes mundiales señalaron su disposición a realizar esa elección. Ahora es el momento de convertir esos compromisos en resultados sanitarios», dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.
Y añadió: «Los parlamentarios tienen un papel vital que desempeñar para que esto suceda. Porque son los parlamentarios quienes aprueban las leyes y asignan los fondos. Son los parlamentos los que hacen que los gobiernos rindan cuentas de los compromisos que han contraído y los que forjan las alianzas que ayudan a los países a hacer realidad la cobertura sanitaria universal».
En la resolución de hoy se pide a los parlamentos y a los parlamentarios que «tomen todas las medidas posibles para lograr la CSU», haciendo hincapié en la necesidad de contar con marcos jurídicos sólidos y asignar recursos adecuados.
Al igual que en la declaración de las Naciones Unidas, en la resolución se destaca la importancia de garantizar una atención primaria de salud sólida —la prestación de servicios de salud esenciales a nivel comunitario— y de fortalecer los sistemas sanitarios. También se hace hincapié en el papel que desempeñan los sistemas y servicios de salud sólidos para garantizar la seguridad sanitaria mundial. Un país solo puede proteger a su población y lograr que los brotes no se conviertan en epidemias cuando los grupos más vulnerables pueden obtener atención sanitaria. La resolución hace especial hincapié en la salud de las mujeres, los niños y los adolescentes, incluida la salud sexual y reproductiva, como un componente clave de la cobertura sanitaria universal.
La resolución finaliza con una petición a la OMS para que colabore con la UIP y otros asociados con el fin de apoyar la aplicación de la resolución a nivel mundial, regional y nacional y supervisar los progresos realizados.
«La resolución destaca el poder de la colaboración entre la UIP y la OMS, y se basa en el Memorando de Entendimiento que ambas organizaciones firmamos en octubre de 2018», añadió el Dr. Tedros.
Notas para los editores:
En septiembre de 2019, durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, la OMS y 11 organizaciones asociadas presentaron el proyecto Mayor colaboración, mejor salud: Plan de acción mundial a favor de una vida sana y bienestar para todos. En el Plan de acción mundial se esbozan las formas en que los 12 organismos trabajarán juntos para ayudar mejor a los países a acelerar los progresos hacia la consecución de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionadas con la salud.
El Informe de seguimiento de la cobertura sanitaria universal, publicado por la OMS y sus asociados en septiembre, puso de relieve la necesidad de duplicar la cobertura sanitaria de aquí a 2030. Advierte de que, si las tendencias actuales continúan, hasta 5000 millones de personas seguirán sin poder acceder a la atención de la salud en 2030, plazo que los líderes mundiales han fijado para lograr la cobertura sanitaria universal. La mayoría de esas personas son pobres y carecen de acceso a los servicios básicos de salud.
Invertir US$ 200 000 millones adicionales al año en la ampliación de la atención primaria de la salud en los países de ingresos bajos y medios podría salvar 60 millones de vidas, aumentar la esperanza media de vida en 3,7 años para 2030 y contribuir significativamente al desarrollo socioeconómico. En el informe se estima que esto representaría un aumento de aproximadamente el 3% respecto de los US$ 7,5 billones que ya se gastan cada año en salud en todo el mundo.